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Ejecutivos locales curtidos en las crisis

Por: Florencia Lendoiro

Acostumbrados ya a las crisis económicas y financieras frecuentes en todos los países de la región, los empresarios latinoamericanos no están tan preocupados como sus pares europeos en las estrategias que deben utilizar en lo que parece ser una incipiente poscrisis. El efecto tequila, la crisis brasileña y el diciembre de 2001 en la Argentina, entre otros acontecimientos, prepararon a los ejecutivos para afrontar adversidades complejas. De hecho, todas las personas que hoy ocupan un escritorio de CEO en las principales empresas de la región ya atravesaron una crisis que además, aseguran, fue más difícil que la actual.

Según muestran las conclusiones de “Out of Adversity”, una encuesta internacional realizada por KPMG, sólo un 5 por ciento de los encuestados latinoamericanos dijo no haber tenido experiencias de una recesión previa que les haya servido para poder lidiar con la actual. En cambio, más de un 40 por ciento de los encuestados opinó lo mismo en Alemania e Italia, un 24 por ciento en España y un 20 por ciento en Portugal.

En los estados latinoamericanos, el índice más alto surgió en Brasil, en donde el 7 por ciento de los encuestados dijo no tener experiencias pasadas que fueran relevantes y el 13 por ciento expresó que cada recesión es diferente.

“Parece que en las economías que han tenido épocas de prosperidad por algunos años, como en el caso de muchos de los países europeos, algunas de las lecciones acerca de la gestión de una empresa en momentos de crisis tendrán que volver a aprenderse”, dijo Lucio Giaimo, socio a cargo de Impuestos de KPMG en Argentina. “Para muchos países con recuerdos de momentos difíciles más recientes, los problemas que se presentaron este año son normales”, agregó.

Incluso, las empresas latinoamericanas ven a la recesión global como una oportunidad de revisar y rearmar sus operaciones en vistas a una mejora de la economía.

El estudio en esta región del mundo determinó que la recesión es vista como una oportunidad de renovación y que los empresarios esperan que los gobiernos cumplan un rol dominante en la recuperación.

La encuesta abarcó a la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela (se entrevistó a 165 ejecutivos de esos países) y se les preguntó cuáles fueron sus reacciones ante la recesión, qué lecciones habían aprendido de recesiones anteriores y cuáles eran sus planes de recuperación. También se compararon sus respuestas con las de empresarios de otras regiones del mundo.

Los empresarios latinoamericanos, menos preocupados para la poscrisis.
Los empresarios latinoamericanos, menos preocupados para la poscrisis.

Según explicaron los responsables del estudio, uno de los hallazgos clave fue que las empresas latinoamericanas no están tan preocupadas como sus pares europeas en lo que respecta al impacto de la recesión en sus operaciones. Pero, “mientras llevan la delantera con respecto a las compañías de Europa, siguen detrás con respecto a los empresarios de los países de Asia-Pacífico que han avanzado para provechar las oportunidades de mejora”.

Tanto en Latinoamérica como en Asia-Pacífico, son concientes de que el impacto de la crisis fue diferente al que ocurrió en Europa y “más que seguir la tendencia europea, como tal vez se hizo en el pasado, han reconocido que es necesario utilizar sus propios talentos empresariales para enfrentar los desafíos de este nuevo ambiente global”, agregó Giaimo.

En la práctica, las respuestas de esta encuesta se están viendo.

En Latinoamérica, el 61 por ciento de los encuestados dijo estar implementando cambios sustanciales en sus estrategias a corto plazo, y el 59 por ciento afirmó estar replanteando sus estrategias a largo plazo.

A la cabeza tanto en la reorganización a corto como a largo plazo está México. Este país se ubica más cerca de India y China en cuanto al deseo de encontrar nuevas formas de hacer negocios. Pero aún permanece detrás de los líderes del mundo, como Japón, en donde el 87 por ciento planea hacer cambios radicales a largo plazo, y Singapur, en donde ese porcentaje asciende a un 84.

Muchas de las compañías de la región se están concentrando en reducir los costos en la cadena de abastecimiento y mejorando la eficiencia. En el caso de las empresas argentinas, buscan hacerlo ya no sólo por medio del aprovechamiento de beneficios impositivos, sino a través de la reducción de costos de compras y abastecimiento (ambos 80 por ciento) y la optimización de procesos para proteger el flujo de fondos.

Otra característica que se detectó entre los empresarios latinoamericanos fue el deseo de que intervenga el gobierno en la salida de la crisis. Casi todos los encuestados dijeron creer que deberían tener un rol más activo en mejorar las condiciones económicas y sólo un 4 por ciento dijo creer que los gobiernos ya habían hecho lo suficiente.

Esto contrastó mucho con los resultados a nivel global, que reflejan que un 9 por ciento del total no quiere que sus gobiernos intervengan más, con un porcentaje mayor en Japón (14 por ciento) y en Singapur (36 por ciento.) Un dato positivo que mostró la Argentina sobre otros países del continente es que la reducción de personal como opción para reducir los costos sólo fue evaluada por el 20 por ciento de las compañías.

Éste es uno de los porcentajes más bajos de la región, en fuerte contraste con Brasil, donde la reducción de personal parece ser una de las principales alternativas para mejorar la eficiencia.

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