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Venganza

Ejecutaron a un joven en Fray Luis Beltrán

La víctima, de 19 años, recibió ocho disparos en la casa de un vecino, ubicada en Riccheri al 500.


Pablo Alvarado fue ejecutado de ocho disparos a plena luz del día y a la vista de los vecinos, quienes presenciaron cómo dos hombres con casco a bordo de una moto le cortaron el paso a unos metros de su casa de Riccheri al 500, de la vecina localidad de Fray Luis Beltrán. Eran las 15.30 de anteayer cuando el joven de 19 años vio que el acompañante se bajaba y adivinó la jugada. Corrió a la vivienda del vecino, le golpeó la ventana y se escondió en una de las habitaciones. Gabriel G., de 32 años, se levantó sobresaltado de la siesta, no por el golpe en la ventana sino por las detonaciones. En segundos, vio a Pablo correr por su casa. El perseguidor no le perdió el paso, se metió en una habitación, lo alcanzó y le descerrajó ocho tiros con una pistola 9 milímetros. Una vez cumplido el objetivo, el homicida se reunió con su cómplice y huyeron.

Los vecinos llamaron a la Policía y cuando llegaron los uniformados, Pablo aún estaba con vida. Lo llevaron en un patrullero al centro de salud Juan Bautista Cairo. Pasaron unos minutos y cuando los médicos decidieron trasladarlo a un hospital de mayor complejidad el joven falleció producto de las lesiones que le provocaron los plomos. En un primer examen, el médico forense constató ocho orificios de bala calibre 9 milímetros, al igual que las vainas que se hallaron en la habitación. Las lesiones estaban distribuidas de la siguiente manera: tres en el tórax, tres en el brazo y dos en la pierna. Para el fiscal de San Lorenzo Leandro Lucente, a cargo de la investigación, el crimen posee características particulares que inducen a remitir el hecho en una ejecución o un ajuste de cuentas. “Los primeros testimonios hablan de dos hombres con casco que llegaron en una moto. Uno se bajó, lo siguió y le disparó. Estamos en plena recolección de pruebas por lo que no se pueden asegurar las diferentes hipótesis que surgieron”, describió Lucente en referencia a los rumores de que los atacantes son oriundos de barrio Copello de Capitán Bermúdez. De esa ciudad era oriunda la víctima fatal y también contaba con una prisión domiciliaria dispuesta por el juez de Menores de San Lorenzo por haber sido encontrado responsable del homicidio de Oscar “Muslito” González, un hombre asesinado en febrero de 2012 en ese mismo barrio. Muslito era pariente cercano de Brian González, alias Gordo, detenido por el asesinato de la promotora Analía Rivero, ocurrido en noviembre del año pasado frente al boliche Stone de Bermúdez. También estuvo mencionado en el ataque a balazos que sufrió la casa del gobernador Antonio Bonfatti, ocurrido en octubre de 2013, caso que tiene a dos procesados, entre ellos un policía. Además, algunos de los familiares de Brian están investigados en dos causas de la Justicia federal por tráfico de estupefacientes.

Cerca de las 21 del 27 de febrero de 2012, Sergio Oscar “Muslito” González estaba en un quiosco ubicado en la esquina de Bahía Blanca y Suecia, de barrio Copello, en Capitán Bermúdez. En ese momento, se encontró con Héctor Ramón R., de 48 años, y padrastro de Pablo Alvarado, de entonces 17 años. Hubo un cruce de palabras entre los hombres y le siguieron algunos forcejeos. La Justicia determinó que Pablo entró en escena en plena pelea, le propinó el primer puntazo a Muslito por la espalda y su padrastro terminó la tarea. Por el crimen, el Manco fue condenado a 10 años de prisión. Sin embargo, la condena fue revisada por la Cámara de Apelaciones. El tribunal dictaminó absolver al Manco o Mostacha –como lo conocen al padrastro de Pablo– por el beneficio de la duda. Es que la evidencia determinó que el puntazo fatal lo propinó una mano diestra, justo la que le falta al Manco. El 5 de enero pasado, Pablo Alvarado fue detenido y quedó con  prisión domiciliaria hasta que se determinara la pena por el crimen de Muslito.

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