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El peor atentado

Ejecutaron a ex gurú de una secta japonesa y seis seguidores

En 1995 atacaron con gas sarín el subte de Tokyo causando 13 muertos y más de 6.300 afectados con diversas lesiones. Cuatro años más tarde el grupo admitió por primera vez su responsabilidad en el ataque en la capital nipona y en Matsumoto


Foto: Bloomberg.com

 

El ex gurú de la secta Aum, Shoko Asahara, y otros seis miembros de esta sombría organización japonesa, todos condenados a muerte por su papel en el ataque con gas sarín perpetrado en el metro de Tokio en marzo de 1995, fueron ejecutados ayer, anunció el gobierno nipón.

El ministerio de Justicia confirmó la muerte por ahorcamiento de Asahara (cuyo verdadero nombre es Chizuo Matsumoto), fundador y gurú del grupo, pero no aportó la identidad de las otras seis personas.

Shoko Asahara esperaba desde hacía años en el corredor de la muerte junto a 12 cómplices implicados en el atentado con gas sarín que le costó la vida a 13 personas y causó diversas lesiones, algunas irreversibles, a otras 6.300.

Cerca de otros 190 miembros de la secta también fueron condenados a raíz de ese atentado, el peor ataque ocurrido en Japón.
El 20 de marzo de 1995, según un procedimiento muy pensado, varios miembros de la organización oculta Aum Verdad Suprema, creada por Asahara, vertieron gas sarín en vagones del subte Tokyo.

Habían colocado bolsas de plástico llenas de gas sarín en cinco trenes de la capital japonesa. Agujereadas con la punta de los paraguas, las bolsas dejaron escapar el veneno.

En un primer momento, nadie entendía lo que estaba ocurriendo aquella mañana, en plena hora pico, cuando varios pasajeros salían ahogándose, sin ver nada, de varias bocas del subte de las líneas atacadas.

Un tiempo antes, en lo que pareció ser una suerte de ensayo de los efectos del gas, siete personas murieron en la ciudad de Matsumoto, en el centro del país, y otras 600 sufrieron diversas lesiones.

En diciembre de 1999, la secta Aum admitió por primera vez de manera oficial su responsabilidad en el atentado contra los trenes de Tokio y de Matsumoto, y se disculpó.
“Han hecho falta 23 años desde el atentado para que se ejecutara la pena, desgraciadamente, los padres de mi marido, que murió en el atentado, fallecieron antes”, lamentó ante la cadena pública <NHK> Shizue Takahashi, la esposa de un empleado de la estación, muerto en el atentado, y presidenta de una asociación de víctimas.

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