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Crimen mafioso

Ejecutan a un hombre en su casa de Villa Gobernador Gálvez

Cuatro hombres armados lo sorprendieron por la madrugada, lo separaron de su familia y lo mataron de un tiro en la sien.


Le decían Guaso y no le temblaba la pera con nada. Pero ayer por la madrugada le tiraron abajo la puerta de su casa de Villa Gobernador Gálvez, con supuestas intenciones de robo: después de maniatarlo, le dieron un tiro en la cabeza. Todos los voceros, oficiales y extraoficiales, aseguran que la víctima, de 34 años, era un hombre vinculado con crimen organizado, en especial venta de drogas. Según describió un allegado, “tenía más enemigos que conocidos”. Hasta anoche los investigadores no tenían sospechosos ni detenidos; pero ninguno se creía la versión de que homicidio ocurrió en medio de una entradera, por más que los asesinos se llevaran del lugar un auto y un equipo de música.

Al cierre de esta edición, algunos pesquisas se animaban a decir que fue un crimen mafioso, pero a la hora de individualizar quién lo encargó los dedos acusadores parecían no tener brújula. “Se había peleado con los Monos y con los enemigos de los Monos”, explicó una fuente del caso, haciendo referencia a la banda de barrio Las Flores.

Eran más o menos las 4.30 de ayer cuando un auto Peugeot 307 gris, con los vidrios polarizados, paró en la puerta de una casa precaria, ubicada en Levalle al 2700, del barrio Pueblo Nuevo. Del coche bajaron, al menos, cuatro personas armadas, a cara descubierta, y siempre de acuerdo con investigadores del caso tiraron la puerta de calle a patadas.

En su interior, Pablo Andrés Dure, de 34 años, conocido como Guaso, dormía con su mujer y sus hijos. Con el estruendo que generó la entrada de los recién llegados, el hombre de la casa salió de su cuarto, para ver qué pasaba. Pero mucho no pudo hacer.

Tres de los hombres lo redujeron. Uno de ellos obligó a su pareja a que se quedara en el dormitorio junto a los niños y le precintó las muñecas.

De acuerdo con voceros de la pesquisa, los otros dos pistoleros llevaron al Guaso al baño, lo inmovilizaron de la misma manera que a la muchacha y le exigieron que les entregara dinero que supuestamente tenía en su ranchito. Mientras tanto, en la puerta del domicilio, una o dos personas custodiaban todo.

Según lo que expuso la concubina de Pablo a los investigadores, en un momento del asalto sus captores tomaron las llaves del Citroën C4 en el que se movilizaba Guaso, cargaron en él un minicomponente y se fueron, sin dejar rastro. Una vez que se aseguró que los aparentes ladrones se habían ido de su casa, la mujer salió a ver cómo estaba su pareja. Lo encontró en el baño, tirado, boca abajo, con un pequeño orificio en el parietal derecho. Unos momentos más tarde la casa de Pueblo Nuevo se llenó de policías e investigadores.

Uniformados de la Policía de Investigaciones determinaron que Pablo Andrés Dure murió producto de una herida de arma de fuego, efectuada con una bala calibre 22 milímetros.

“No es un dato menor que hayan usado este tipo de arma. Las balas tan pequeñas como ésta no tienen la fuerza para atravesar dos veces un hueso, por lo que una vez que ingresan al cuerpo rebotan por dentro hasta que se detienen”, explicó un conocedor del tema, reforzando la teoría del crimen mafioso.

De acuerdo con voceros del caso, varios vecinos de la zona fueron entrevistados, pero ninguno pudo identificar a los agresores. De igual manera, varios allegados al hecho explicaron que el Guaso tenía problemas con muchas personas del mundo del hampa, pero hasta anoche esto no facilitaba en nada la individualización de sus posibles homicidas. “Tenía problemas con los Bassi, pero también con la familia Cantero. Hacía un tiempo que se había peleado con todos y andaba de guapo, tirando tiros sin problemas”, señaló a <El Ciudadano> un conocedor de la interna de Villa Gobernador Gálvez, quien agregó que la víctima se caracterizaba por “andar siempre de caño e ir mucho al frente”.

Fuentes de la Unidad Regional II informaron que Pablo Andrés Dure contaba con antecedentes relacionados a causas por tráfico de estupefacientes. El hecho es investigado por el fiscal de Homicidios Dolosos Adrián Spelta.

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