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Egipto: las protestas ya se cobraron 150 vidas

El presidente Hosni Mubarak nombró a los generales Omar Suleiman y Ahmed Shafik respectivamente vicepresidente y premier del futuro gobierno egipcio, pero la iniciativa no llevó a un cese de las protestas callejeras, que prosiguieron ayer por quinto día consecutivo y se cobraron  150 vidas. La comunidad internacional instó a Mubarak a poner fin a la represión Pese al nuevo gabinete, no cede la presión social en Egipto

El presidente egipcio Hosni Mubarak designó el sábado a un vicepresidente, el jefe de la inteligencia Omar Suleiman, por primera vez en 30 años, y a un nuevo primer ministro, ambos con rango de general, para tratar de desactivar una rebelión que en cinco días se cobró más de cien muertos.

Suleiman, de casi 77 años, considerado como uno de los jefes de inteligencia más importantes de Oriente Medio por haber tratado temas sensibles como el conflicto israelo palestino, se convirtió en número dos de Mubarak, alimentando conjeturas sobre la posibilidad de que sea el sucesor del mandatario, de 82 años, en el poder desde 1981.

El jefe de Estado, que la víspera disolvió su gobierno y anunció reformas, designó al ex ministro de Aviación y ex jefe de la Fuerza Aérea Ahmed Shafiq en el cargo de primer ministro.

Con decenas de miles de personas en las calles de El Cairo y otras ciudades del país para exigir su renuncia, el presidente egipcio movió por fin ficha, después de varios días de silencio.

Pero esas primeras medidas no parecieron convencer a la oposición y los manifestantes de deponer las protestas.

El opositor y Premio Nobel de la Paz, Mohamed ElBaradei, calificó de “insuficientes” los cambios e instó a Mubarak a dejar el poder cuanto antes por el bien de Egipto, en una declaración a la televisión Al Jazeera.

En la calle, los nombramientos tampoco cayeron bien. “No es una buena decisión. (Suleiman) es un hombre de Mubarak. Esto no es una señal de cambio”, dijo Osama, un manifestante en el centro de El Cairo. “Ni Mubarak, ni Suleiman: estamos hartos de estadounidenses”, corearon grupos de manifestantes, en referencia a las buenas relaciones del régimen de Mubarak con Washington.

Las autoridades adelantaron este sábado dos horas, a las 16.00, el inicio del toque de queda, que se prolongará hasta las 08.00 de la mañana. Pero los manifestantes desacataron la medida y seguían en la calle por la noche, al igual que el día anterior.

Al menos 102 personas murieron y varios centenares heridas en los enfrentamientos del viernes y el sábado, según fuentes médicas y de los servicios de seguridad.

El viernes, los choques entre policías y manifestantes antigubernamentales dejaron 62 muertos, 35 de ellos en El Cairo, según esos reportes.

El sábado, se registraron 11 muertos (tres en El Cairo, tres en Rafah y cinco en Ismailiya), según fuentes médicas. Otras 22 personas murieron en enfrentamientos entre manifestantes y policía en Beni Sueif, a unos 140 km al sur de El Cairo, según fuentes de la seguridad.

Estos muertos se suman a los siete registrados en los tres primeros días de protestas, llevando el total de muertos a 102 desde el 25 de enero.

El ejército, columna vertebral del régimen, fue movilizado junto con la policía para mantener el orden y aplicar el toque de queda en El Cairo, Alejandría y Suez.

El ejército llamó además a la población a protegerse de los saqueadores que desvalijaron decenas de comercios en varios barrios de la capital donde la policía brillaba por su ausencia.

En la tarde del sábado, El Cairo parecía un campo de batalla, con restos de coches quemados y escombros en las calles y un espeso humo negro que aún salía de la sede del partido gubernamental, ubicado a orillas del Nilo e incendiado la noche anterior.

Varios países expresaron su preocupación por la situación en el más poblado de los países árabes (de 80 millones de habitantes). El presidente estadounidense, Barack Obama, instó a Mubarak a “cumplir con sus promesas” y a no usar la “violencia contra manifestantes pacíficos”.

Obama se reunió este sábado con el consejo de seguridad nacional para debatir la crisis en Egipto, y reiteró su llamado al gobierno de El Cairo a emprender reformas y mostrar cautela con los manifestantes.

En la reunión, que duró una hora, participaron el vicepresidente Joe Biden, el consejero de seguridad nacional Tom Donilon, y funcionarios de política exterior y seguridad, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

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