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EE.UU. en alerta por recesión

El propio presidente Obama admitió el peligro para hoy mismo si persiste el estancamiento de la deuda.

El presidente Barack Hussein Obama alertó ayer que Estados Unidos puede entrar de nuevo en recesión económica si persiste el estancamiento en la cuestión del límite de la deuda, que se alcanzaría hoy mismo. La crisis se desatará si el Congreso no aprueba la subida del límite de deuda por encima de los 14,3 billones de dólares para reforzar la confianza crediticia de los compradores.

“Si los inversores de todo el mundo creen que la plena confianza y el crédito de Estados Unidos no están respaldados, si piensan que vamos a incumplir con nuestros pagarés, eso podría desbaratar todo el sistema financiero”, dijo Obama en la cadena televisiva CBS.

Estados Unidos está a punto de alcanzar, hoy, el límite de 14,29 billones de dólares de deuda fijado por el Congreso, techo legal más allá del cual el Estado ya no puede incrementar su endeudamiento.

“Podríamos tener una recesión peor que la que ya tuvimos. Una crisis financiera peor que la que ya tuvimos”, afirmó Obama.

Por su parte, el portavoz republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo horas antes estar preparado para llegar a un acuerdo sobre el límite de la deuda estadounidense, pero insistió en que el gobierno debería resolver los problemas de fondo de la economía del país.

“Tenemos un momento, una oportunidad para actuar. Porque si no actuamos, los mercados lo harán por nosotros”, dijo también a la <<CBS<<.

El gobierno estadounidense ha insistido en vano hasta ahora para que el Congreso aumente ese techo, pero el tema divide a los parlamentarios: los republicanos exigen antes “ahorrar miles de millones”, algo que los demócratas creen que es peligroso.

El secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, advirtió el sábado pasado que si el Congreso estadounidense no eleva el límite máximo de la deuda, Estados Unidos se encontraría en falta de pago y no estará en condiciones de cumplir con sus obligaciones financieras frente a “funcionarios, ciudadanos, empresarios e inversores”.

“Esto sería un acontecimiento sin precedentes en la historia de Estados Unidos”, que tendría consecuencias “extensas y catastróficas en la economía del país, al reducir de manera significativa el crecimiento y aumentar el desempleo”, detalló.

“Los inversores del mundo serían más reticentes a prestar fondos a Estados Unidos” y, quienes lo hagan, “pedirán tasas de interés más elevadas”, lo cual aumentaría los costos de financiamiento del gobierno, empresas y hogares, prosiguió.

Por su parte, el presidente de la Reserva Federal (Fed, banco central estadounidense), Ben Bernanke, también advirtió del peligro. “Es una propuesta arriesgada no elevar el límite de la deuda en un plazo razonable”, dijo ante una comisión del Senado el jueves pasado.

El costo de mantener el actual límite de la deuda será “como mínimo (…) un aumento de las tasas de interés, lo que en los hechos, empeorará nuestro déficit”, avisó.

El Congreso dividido y prácticamente  sin tiempo para aumentar el límite de deuda antes del plazo final de hoy, obligó al secretario del Tesoro Geithner a reubicar fondos de manera urgente para el que gobierno pueda cumplir sus obligaciones, incluidos los pagos a los tenedores de bonos de Estados Unidos.

Esas medidas sólo darían plazo al gobierno hasta el próximo 2 de agosto antes de que comience a incumplir sus pagos, incluidos los de deuda del Tesoro, un hecho que podría provocar caos en los mercados financieros.

“Un aumento en las tasas del Tesoro haría más costoso para una familia el comprar una casa, comprar un auto o enviar a sus hijos a la universidad”, afirmó el secretario del Tesoro. “Haría más caro para un emprendedor el pedir dinero prestado para iniciar un nuevo negocio o invertir en nuevos productos y equipamiento”, agregó.

La mayor economía del mundo se está recuperando muy lento después de la crisis financiera del 2007-2009. Unos 13,7 millones de estadounidenses aún no tienen trabajo y los mayores precios del petróleo y los alimentos están amenazando la recuperación.

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