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Educar para tener un futuro

Culminó el XIV Congreso Internacional de Ciudades Educadoras en Rosario con representantes de 113 ciudades de 23 países. A modo de conclusión, se puso a la convivencia y a las sociedades igualitarias como ejes para el cambio.


Culminó el XIV Congreso Internacional de Ciudades Educadoras en Rosario del que participaron representantes de 113 ciudades de 23 países, provenientes de 4 continentes. Allí se propuso como tema central de discusión y debate “Las Ciudades: territorios de convivencia”, con una agenda que se focalizó en la importancia que supone reforzar los lazos de convivencia, de solidaridad y de respeto a la diversidad, dimensiones claves para alcanzar una armónica integración social en el seno de las comunidades.

En la declaración que se realizó en su culminación, se acordó “articular propuestas, promover acuerdos, forjar compromisos y coordinar esfuerzos orientados a abordar las problemáticas que atentan contra la convivencia armónica y la construcción de sociedades igualitarias, junto a otros niveles de gobierno, sociedad civil e instituciones académicas”.

También se remarcó, entre otras cosas, sobre la necesidad de “estimular la ampliación del espacio público, la participación ciudadana y el debate en los procesos de planificación, diseño y gestión de las políticas públicas locales, considerando la especial atención que requieren los distintos colectivos sociales”. También, la necesidad de “diseñar acciones concretas para lograr una mayor democratización del acceso al conocimiento, los saberes, las tecnologías de la información y comunicación (TIC), siendo la educación una herramienta clave”.

También fueron ejes centrales en torno a los cuales se focalizaron las presentaciones la niñez amenazada en contextos de crisis sociales y económicas; las nuevas juventudes emergentes; las migraciones, cómo ellas impactan y modifican nuestras tramas sociales y las dificultades para aceptar lo diferente y propio de otras culturas y otras identidades en el seno de las comunidades.

Organizado por la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (Aice), este congreso recibe, cada dos años, a funcionarios y especialistas en un espacio de diálogo e intercambio de prácticas de referencia y reflexión conjunta.

Al respecto, la intendenta Mónica Fein sostuvo que todo esto “debe servir para pensar que cuando algo es indispensable como la convivencia, pero que aparentemente no es posible, tenemos que cambiar en nuestras ciudades las reglas de juego”. “Cambiar las reglas de juego de un país, de una nación, es muy complejo, todos lo sabemos, pero en una ciudad no es tan complejo, es tomar la decisión de hacerlo. Y para que todos jueguen, hay que construir las reglas de juego con la sociedad. Eso significa participar, y eso es tomar decisiones, y eso significa construir con otros”, remarcó.

“Nuestro mayor desafío sigue siendo construir en la diversidad, integrar y convivir en la diversidad. No es sencillo apostar a la convivencia. En estas jornadas queda presente que la ciudad educadora es la que no puede quedarse en la certeza de haber alcanzado un fin determinado”, agregó.

Además, más de 3.000 chicas y chicos de entre 3 y 11 años aportaron a un manifiesto que fue entregado en el cierre del congreso. El documento se realizó a través de un sostenido trabajo de los Consejos de Niños.

El último día del Congreso, tres proyectos fueron reconocidos por autoridades nacionales e internacionales entre los 59 postulados como los que mejor resumieron el concepto de territorio público y apropiación del mismo para un fin educativo, compromiso, trabajo y lucha contra la exclusión. La apertura del acto de entrega estuvo a cargo del presidente delegado de Ciudades Educadoras, Miguel Ángel Essomba, y Fein.

Desde 45 ciudades, 11 países y tres continentes diferentes que presentaron en total 59 proyectos, tres fueron los elegidos y premiados por las autoridades competentes. Estas experiencias destacadas fueron: Centro de aprendizaje Opinmäki, Espoo (Finlandia), Impulso del aprendizaje-servicio como herramienta de convivencia, cohesión social y participación, L’Hospitalet de Llobregat (España) y Barrio cultural de Gamcheon: regeneración creativa de un espacio degradado a una área activa, Saha-gu (República de Corea).

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