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Educación sexual: ¿para cuándo en Santa Fe?

Desde la asociación civil Vox reclaman que se cumpla con una Ley en Santa Fe.

La educación en sexualidad es importante para las personas porque se relaciona con la vida misma, y el desarrollo de sus relaciones con su entorno social es también una forma de educación que no pretende modelar los comportamientos, sino que brinda al individuo herramientas.

La educación en sexualidad es llevar esclarecimiento en este aspecto de la vida que, más de una vez, ha operado el silencio o la omisión en este aspecto tan importante de la vida que tiene que ver en nuestra relación con nuestro propio cuerpo y la sociedad.

 

El trabajo pedagógico de la educación en sexualidad radica fundamentalmente en el sujeto de la corporalidad del mismo y de su esfera de sentimientos. Es considerar también que el cuerpo es mucho más que lo biológico de algo que aloja a nuestra razón, en nuestro cuerpo se van a ir escribiendo y marcando muchas cosas a lo largo de nuestra vida cotidiana. Es un terreno donde se van a expresar nuestros sentimientos y emociones, allí se manifestarán sensaciones enfrentadas como el dolor y el placer. Todas ellas de suma importancia en la construcción de nosotros/as como sujetos y también de nuestra ciudadanía.

 

Es por eso que educando en sexualidad reconocemos que nuestras vidas suceden en nuestros cuerpos y que además como personas podremos comprender, estudiar, ver qué pasa con ellos, como parte integrante de algo más abarcativo que es la construcción y el desarrollo total de nuestra ciudadanía.

 

Una educación que también respete las ideas, las creencias de los/as estudiantes, orientación sexual de los mismos y que fomente el conocimiento intelectual, dé curso a la información científica sobre por ejemplo las infecciones de transmisión sexual (ITS), los embarazos no deseados, como así también la edificación sostenida de actitudes, valores y destrezas para ejercer una sexualidad sana, segura, responsable y sin ningún tipo de riesgos.

 

Una herramienta importante es también la participación de las familias en sus formas más diversas para que esta educación en sexualidad logre efectividad.

 

Es importante que en la educación básica, en la educación primaria, exista una política clara de respeto e inclusión, no solamente de respetar la diversidad sino de potenciar las capacidades que la gente tiene para asumir su propia sexualidad. En este sentido sería fundamental que empezáramos a desmantelar el sistema binario de sexo y género. Además, la educación sexual es indisoluble de la perspectiva de los derechos humanos y no debe centrarse exclusivamente en cómo debe funcionar la sexualidad óptimamente.

 

Lo que es importante para nosotros/as, y para eso activamos, es que todo el mundo pueda acceder a una sexualidad fundada en el placer sin ningún tipo de culpabilidad, sana, sin discriminación, violencia, etcétera. Ya que la misma forma parte de nosotros y nos completa como seres humanos.

 

Pero lo que estimamos como muy importante es que también se hable y se reconozca la diversidad en la sexualidad y también en todos los aspectos, ya que protege nuestros derechos, favorece nuestro desarrollo y fundamentalmente la construcción de sociedades a la vez que complejas, que reconozcan esa complejidad que por ende dará como resultado sociedades más respetuosas, en donde el odio, la exclusión y la violencia de todo tipo no estén presentes en la vida cotidiana.

 

Es de esta manera que lograremos nuevas generaciones de santafesinos/as más sanos, mejores ciudadanos/as con mentalidad abierta para aceptar la diversidad en todos sus aspectos. ¿Pero qué tenemos hasta ahora en Santa Fe? Claramente muy poco, a pesar de una ley provincial de Educación Sexual aprobada en 1992, de la cual se encargaron los gobiernos justicialistas, como los de Carlos Reutemann y Jorge Obeid, de que no se ponga en práctica. Llegamos al gobierno del Frente Progresista Cívico y Social y la ministra Élida Rasino, contando con un instrumento legal que es la ley nacional de Educación Sexual Integral (ESI), no hace prácticamente nada.

 

Porque Rasino, además de no dialogar con las ONG que estamos interesadas en que la ley se aplique marcando un claro indicio poco democrático y no participativo, de vez en cuando hace algún gesto o manda alguna funcionaria para decir que están haciendo talleres de formación que no terminan nunca o que no tiene presupuesto o la excusa que tenga a mano, para no poner esta ley en marcha violando la voluntad del pueblo argentino expresada en el Congreso nacional a través de sus representantes cuando se aprobó la ley.

 

Entonces cabe preguntarse: ¿qué pasa con la ministra Rasino? ¿Por qué de una vez por todas no se puso en marcha con todo vigor y energía lo que la ley manda? ¿A qué presiones respondería el accionar de esta funcionaria?

 

De no poner en marcha esta ley, quedará en la conciencia de la señora ministra y al tribunal de la historia, los santafesinos y santafesinas que tengan embarazos no deseados, los suicidios de adolescentes, la homofobia, el no vivir una sexualidad plena y sana.

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