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Semana clásica

Eduardo Luis y el zurdazo de Zanabria: “Newell’s se debía ese título”

Dueño de una de las voces más características de la radiofonía rosarina, el experimentado Eduardo Luis estuvo presente en muchas de las más recordadas hazañas del fútbol rosarino. El veterano periodista asistió aquel domingo 2 de junio de 1974 al inolvidable zurdazo de Zanabria


Dueño de una de las voces más características de la radiofonía rosarina, el experimentado Eduardo Luis estuvo presente en muchas de las más recordadas hazañas del fútbol rosarino. El veterano periodista que relató infinidad de goles asistió aquel domingo 2 de junio de 1974 al inolvidable zurdazo de Marito Zanabria.

“La gente de Newell’s se debía un título. En el ambiente se percibía una suerte de obligación para con los jugadores, que llegaban con una buena ventaja a semejante partido decisivo”, comenzó rememorando Luis. Claro, Central ya lucía en sus vitrinas dos coronas como campeón del fútbol argentino tras los éxitos del 71 y 73. Esta vez le tocaba a la Lepra.

“Llegaba con ventaja Newell’s, que con empatar le alcanzaba para festejar”, sigue Eduardo con su testimonio. Y enseguida agrega: “Juan Carlos Montes había diseñado un equipo compacto y no muy vistoso, pero tan efectivo como batallador. Con la base de aquel plantel que había caído en la semi del Nacional 71, más la jerarquía de Zanabria y el Mono Obberti, la Lepra llegó al cuadrangular por el título con el ánimo por las nubes”.

Triunfazo 3-2 (Ribeca, Santamaría y Obberti) sobre el Huracán del Flaco Menotti para arrancar y luego vendría un ajustado 1-0 ante Boca en cancha del Globo con otro gol del Mono y una actuación tremenda de la Momia Carrasco bajo los tres palos. “Tan confiada estaba la gente de Newell’s que ese día llenó a reventar las tribunas del estadio de Central, algo que generalmente no sucedía en esa época”, explicó Eduardo Luis. “Fue un partidazo”, lo resume. “Parecía que lo tenía Central, que ganaba bien 2-0, pero Newell’s revivió de pronto con un insólito gol de Capurro (NdR: le dio a la pelota con la nuca) y después la gran categoría de un jugador exquisito como Zanabria sellaron el 2-2 definitivo para destara el tan contenido festejo de la parcialidad leprosa”, recordó Luis.

¿El dato de color? “En plena vuelta olímpica ingresó un hombre con un piloto gris a pegarle a los protagonistas. Por suerte la policía intervino, los jugadores se refugiaron en el vestuario y la cosa no pasó a mayores”, contó Eduardo Luis, quien aún hoy, 45 años después de esa tarde soleada, sigue sin saber quién fue ese precursor de la violencia sin sentido que tanto lástima al fútbol argentino en la actualidad.

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