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Ecuador sigue bajo crisis

Junto con la entrada en vigencia de la ley que ocasionó la asonada policial Correa, autorizó un aumento a los uniformados, pero a pedido del Congreso prorrogó hasta el viernes el estado de excepción vigente.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, amplió ayer hasta el viernes el estado de excepción decretado el jueves pasado en el marco de una revuelta policial, al tiempo que se divulgaron grabaciones que hablan de la intención de asesinar al mandatario durante esa rebelión.

No obstante, en paralelo con la entrada en vigencia de la norma que reduce privilegios salariales a los uniformados, el mandatario aumentó los sueldos para policías y militares en cuatro rangos como parte de una homologación salarial pendiente desde 2008.

Los incrementos varían entre 400 y 540 dólares, en un país donde por decisión política gubernamental la moneda estadounidense mantiene la paridad uno a uno con el peso ecuatoriano.

Correa, quien denunció la sublevación como un intento de golpe de Estado, prorrogó hasta el próximo viernes el estado de excepción, que vencía ayer, al aceptar un pedido del Congreso, que denunció falta de garantías al constatar sus directivos que insurrectos seguían encargados de la seguridad del edificio.

La medida habilitó a los militares a cumplir tareas de la Policía, por lo que unos 120 miembros de la escolta legislativa fueron relevados de sus funciones por cerca de 80 soldados.

“La Policía que estuvo aquí ha perdido toda mi confianza”, dijo el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, quien suspendió las sesiones hasta pasado mañana.

Cordero recordó que el Parlamento fue tomado por insubordinados durante la protesta que dejó diez muertos y 274 heridos.

Los policías se sublevaron para exigir la derogatoria de una ley que eliminó bonificaciones para todos los servidores públicos, llegando a retener a Correa en un hospital donde se refugió tras ser agredido cuando intentaba aplacar a los manifestantes en un regimiento de Quito.

Tras la revuelta el mandatario, que fue rescatado del hospital en un violento operativo militar, denunció un intento de golpe de Estado y asesinato, y responsabilizó al derrocado ex mandatario Lucio Gutiérrez, quien negó la acusación.

Ayer, un día después de que opositores intentaran minar las denuncias de Correa, se conocieron grabaciones de la radio de la Policía en las que supuestos agentes instigaban a matar al presidente durante la rebelión.

“¡Que lo maten a Correa para que se acabe esto. Que lo maten a Correa y se acaba!” y “¡Mátenle, mátenle al presidente!”, son algunos de los mensajes entre sublevados que contiene un registro de media hora difundido por la agencia pública de noticias Andes.

“No le dejen salir a ese hijo de puta. Primero que firme (las peticiones de la Policía) de ahí (que) salga; si no, sale muerto ese cabrón”, señala una voz.

“Ese señor no sale sin firmar, sin firmar las atribuciones que le corresponden a la Policía Nacional. Ese señor tiene que darnos la atribución completa. Ese señor tiene que asegurarnos nuestra amnistía completa; tiene que asegurarnos nuestra supervivencia”, añadió otra voz.

En la misma cinta se escucha a personas que coordinaban a los sublevados para enfrentar al Ejército, mientras otras llamaban al orden y a dejar salir al mandatario.

“A ver, compañeros, no hablemos de asesinato”, “Mantengan el orden, permitan que salga el presidente” y “Déjenle que se vaya esa mierda de presidente”, rezan otros mensajes.

Ayer, a todo esto, el canciller Ricardo Patiño dijo que cree “firmemente” que Estados Unidos no estuvo detrás del intento de golpe, apartándose de las denuncias de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Bolivia, Evo Morales, rechazadas por Washington.

“Yo creo firmemente que el señor (presidente de Estados Unidos Barack) Obama no habrá tenido nada que ver con esto. Espero, confío en que sus principales autoridades tampoco”, señaló el ministro a corresponsales extranjeros.

Sin embargo, no descartó que “grupos de poder” estadounidenses que no identificó hayan participado, y llamó la atención sobre una unidad antidrogas de la Policía –entrenada por oficiales norteamericanos– que tomó el aeropuerto de Quito.

Patiño también indicó que Correa radicalizará su proyecto socialista tras la intentona golpista y admitió que “políticamente la crisis no está superada” porque los autores “siguen libres”.

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