El precandidato a presidente por el Peronismo Federal Eduardo Duhalde salió hoy al cruce de las críticas que le hizo Felipe Solá, uno de sus rivales dentro de ese espacio político, y remarcó que “hay imbéciles que creen que el orden es de derecha”.
De esta forma, Duhalde insistió en que será el “Presidente del orden”, algo que Solá había calificado en los últimos días como una expresión “de derecha”.
“Hay imbéciles que creen que el orden es de derecha. No hay países de izquierda que sean desordenados. Desde los regímenes totalitarios hasta los socialistas o socialdemócratas todos ponen orden. Chile con su gobierno de izquierda, o Uruguay con Mujica ponen orden. El orden es sustancial para el sistema democrático”, enfatizó el ex presidente.
En declaraciones a Radio 10, el precandidato presidencial afirmó que “se necesita un plan integral para combatir la inseguridad, y eso se puede lograr en un tiempo corto”.
“No podemos seguir conviviendo con la inseguridad. Eso se arregla en 6 meses o un año. Hay que ocuparse, tienen que trabajar todos los intendentes del país, todos los gobernadores. Hay que averiguar cuántos chicos que cometieron delitos están sueltos. No hay datos sobre eso”, indicó Duhalde.
Asimismo, el ex presidente aseguró que los menores que cometen delitos no pueden estar libres.
“Los menores asesinos no pueden estar un día en la calle. Deben ser tratados en los cuarteles militares por sociólogos y psicólogos. Esto no es solamente un tema del Gobierno nacional, pero debe haber un plan hacia el futuro. Y acá nadie sabe nada, porque es un país desordenado”, dijo.
Por otro lado, Duhalde también repartió críticas para el gobierno de Cristina Kirchner, al advertir que “no hay Gabinete”.
“Lo primero que hay que ordenar es lo institucional, porque de lo contrario no se puede poner orden hacia abajo. No hay gabinete, porque nunca hay reuniones con los ministros. Entonces uno dice una cosa y otro dice otra. Debe haber un equipo preparado para saber lo que hay que hacer”, señaló.
Además, el ex presidente cargó con dureza contra el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien fuera ministro durante su gestión, al que consideró “un perrito faldero”.
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