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Fin de la cacería

Dos prófugos agotados se rindieron ante la Policía local

Estaban en una arrocera, junto a un casero al que no maltrataron. Los apresó un agente, Fernando Papini, en soledad.


Christian Lanatta y Víctor Schillaci fueron finalmente encontrados ayer a la mañana a tres kilómetros del campo donde fue detenido Martín Lanatta, en las cercanías de Helvecia.

Los dos últimos capturados del trío de condenados por el triple crimen de la efedrina, que se evadieron de un penal bonaerense el 27 de diciembre pasado, fueron atrapados por la Policía de Santa Fe en una arrocera. Lanatta y Schillaci estaban armados, tenían dinero y habían tomado de rehén a un casero. El anuncio fue hecho por el vicegobernador provincial Carlos Fascendini y desde el gobierno nacional reinó la cautela luego del papelón del sábado (cuando durante varias horas se anunció la detención de los tres evadidos que terminó siendo sólo uno). Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación, voló a Helvecia para reconocerlos y desde allí afirmó que la captura se logró gracias a un “trabajo coordinado” entre los gobiernos nacional y provincial. Sin embargo, fuentes en la localidad santafesina dijeron que la Policía provincial limitó el acceso de las fuerzas federales a la comisaría donde estaban los detenidos. En un comunicado, Apropol sostuvo que un solo uniformado, Fernando Papini, logró la captura.

Ayer a la mañana, el vicegobernador de la provincia de Santa Fe, Carlos Fascendini, anunciaba en un programa radial porteño la captura de Lanatta y Schillaci. La detención, decía, había sido realizada por la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), dependiente de la Policía de Santa Fe. El gobierno nacional desayunaba la noticia luego de que el domingo las fuerzas federales desplegaran varios operativos en Helvecia por tierra, agua y aire, revisando casas, autos y embarcaciones, todas acciones que terminaron en fracaso.

Lanatta y Schillaci fueron encontrados pasadas las siete en una arrocera ubicada a tres kilómetros del campo donde fue detenido Martín Lanatta el sábado. Estaban armados, tenían municiones y dinero en efectivo, y habían tomado de rehén a un casero, que había llegado a trabajar un rato antes. Al ser encontrados por la Policía, no ofrecieron resistencia. Los prófugos estaban bien de salud, aunque tenían golpes producto del accidente que del sábado, cuando volcaron por un bache en la ruta 1.

Franco Martín, el casero de la arrocera que fue tomado de rehén por Lanatta y Schillaci, sostuvo que lo sorprendieron cuando entraba a trabajar. La finca estaba deshabitada porque su dueño había viajado a Brasil y la última vez que Franco estuvo allí fue el sábado. Según el casero, sus raptores estaban armados pero lo trataron bien. Él los reconoció enseguida, aunque se hizo “el tonto” para no correr riesgos. Igualmente, los prófugos se dieron cuenta y le dijeron que se porte bien.

Pero Lanatta y Schillaci no contabna con un dato. Según Lourdes, la esposa de Franco, el casero había hablado antes de ir a trabajar con su patrón, que le dijo que pase por la comisaría para pedir que lo acompañen al campo: “Desde la comisaría le dicen que vaya, que ellos después iban. Abrió el establecimiento y se encontró con estas personas”.

Cuando llegó la Policía, los fugados se estaban poniendo ropa de trabajo que Franco llevaba en su mochila. No hubo resistencia ni disparos.

Los dos prófugos fueron llevados a la comisaría de Helvecia por las fuerzas provinciales.

Según fuentes en el lugar, la Policía de Santa Fe limitó el acceso de los uniformados federales a los detenidos hasta la llegada de las autoridades nacionales. Incluso, en su página web, la organización policial Apropol sostuvo que la detención la había hecho un solo efectivo de la Unidad Regional VII. “Se trata de nuestro compañero Fernando Papini (…) que con mucho profesionalismo y valor logró detenerlos a pesar de que ambos tenían en su poder armas largas”, reza el comunicado.

Luego de la primicia de Facendini, la ministra Bullrich viajó a Helvecia para reconocer a los detenidos. Es que después del papelón que se generó el sábado a partir del anuncio de la detención de tres prófugos que finalmente era sólo uno, y de la catarata de tuits de felicitaciones mutuas entre el presidente Mauricio Macri, la vice Gabriela Michetti y la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, desde el PRO decidieron actuar con mayor cautela. En una conferencia de prensa en la localidad del litoral santafesino, Bullrich sustuvo que hay que terminar con “el poder del narcotráfico” y se esforzó por remarcar que la detención fue el resultado de un trabajo conjunto y coordinado entre los gobiernos nacional y provincial, aunque los aplausos se los llevó la siempre polémica Policía local.

Los dos prófugos fueron trasladados en un avión de Prefectura al penal de Ezeiza y se espera que sean entrevistados por la Justicia federal.

Con vida

Christian Lanatta y Víctor Schillaci “agradecieron al juez y a las fuerzas de seguridad que están con vida”, contó uno de los abogados de los detenidos, Humberto Próspero, al finalizar la audiencia en los tribunales de Comodoro Py, tras la cual, los recapturados fueron trasladados al Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza. “Los vi cansados, con el trajín lógico de estos días”, precisó el letrado, y reveló que el juez Torres les ofreció una bebida porque se veían “deshidratados”.

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