Conciertos

Estreno

Dos óperas clásicas italianas llegan al teatro El Círculo

El director de escena Rubén Martínez habla de sus puestas de “Suor Angélica” e “I Pagliacci” que se presentan en la ciudad.


Dos clásicos de la ópera italiana de todos los tiempos, Suor Angélica e I Pagliacci, desembarcarán este fin de semana en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza). La gran noche de estreno será este domingo a partir de las 19, con repetición el martes 11 a las 20.30, en el marco de una gala que tendrá un condimento especial, dado que se tratará de la función inaugural de la Temporada Abono 2017 de ese primer coliseo local. Las localidades están a la venta en la boletería del teatro (Laprida 1223), o a través del sistema ticketek.com.ar.

De este modo, Suor Angélica, con música de Giácomo Puccini, que por primera vez se ofrecerá en la ciudad en versión completa, e I Pagliacci, con libro y música de Ruggero Leoncavallo, llegan a escena a partir de una producción de la Asociación Cultural El Círculo, con la colaboración de la Ópera de Rosario, y el auspicio del Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia y la Secretaría de Cultura y Educación municipal.

“Montar una ópera es algo muy importante y muy complejo, no sólo para la ciudad o para los que la hacemos, sino también para la cultura en general, porque la ópera no es algo de elite ni tampoco algo vetusto; ése es un mito que hay que desterrar. Cuando comencé a estudiar canto en el Instituto del Teatro Colón, hace más de treinta años, ese acercamiento me atrapó porque en la ópera están todas las temáticas, todas las problemáticas, y en su gran mayoría tienen una absoluta vigencia”, adelantó Rubén Martínez, quien tiene a su cargo la dirección escénica de ambas óperas, cuyos elencos están integrados por primeras figuras de la lírica, donde se destacan, en los roles protagónicos, el tenor Enrique Folger, la soprano Paula Almerares, artista internacional que en la ciudad ya participó de montajes como Lucía de Lammermoor, El Barbero de Sevilla o Elixir de amor, y el barítono Leonardo López Linares, junto a las mezzosopranos Anabella Carnevali y Graciela Mozzoni, los tenores Andrés Novero y Daniel Gomez Lopez, y el barítono Ismael Barrile.

Las óperas contarán con la participación del Coro de la Ópera de Rosario, dirigido por Horacio Castillo, con la participación del Coro de Niños entrenado por Morena Sánchez Mastrangelo, y la Orquesta Sinfónica Provincial, bajo la dirección de Carlos Vieu. “Además –completó Martínez–, van a participar artistas de la Escuela Municipal de Artes Urbanas (Emau), dado que en I Pagliacci hay escenas de circo que serán interpretadas por ellos, y que de este modo se suman a la propuesta”.

Violencia y discriminación

“Los dos títulos escogidos para abrir la temporada tienen como punto central la discriminación de género y la violencia inherente a dicha acción, una contribución desde el arte operístico para ayudar a tomar conciencia de este flagelo”, adelantan desde la Ópera de Rosario, y completan: “Los deseos incumplidos, la purga de un pecado de juventud, y los celos enfermizos son los ejes de estas dos historias que describen personajes y situaciones cotidianas de la vida del hombre con la más cruda realidad. Son características del estilo verista al cual pertenecen, mostrando el equilibrio perseguido por esta corriente entre el texto y la música, logrando una perfecta armonía entre las palabras y las notas musicales”.

“Más allá de las limitaciones presupuestarias, logramos hacer dos óperas cuyas puestas son conceptuales sobre la historia de la ópera verista, es decir que vienen de lo verdadero, de la vida misma”, expresó Martínez, quien agregó acerca de la ópera en un acto con música de Giácomo Puccini y libreto de Giovacchino Forzano, estrenada en el Metropolitan Ópera Nueva York, el 14 de diciembre de 1918: “Sor Angélica es la historia de una monja que por «pecar» y haber tenido un hijo, la dejan encerrada dentro de un monasterio durante siete años, y sufre en esa clausura el hecho de no poder ver a su hijo al que sólo vio el día de su nacimiento, con un desenlace trágico; eso la lleva a un momento de locura y luego de redención, algo celestial, que Puccini lo expresa de una manera sensacional”.

Por otra parte, el director habló de I Pagliacci, conmovedora ópera en un acto con música y libreto de Ruggero Leoncavallo, estrenada en el Teatro dal Verme, de Milán, el 21 de mayo de 1892, que se sitúa en Calabria, en 1870, cuando al pueblo llega una compañía de payasos ambulantes, y que describe una saga de amores no correspondidos entre sus protagonistas, un hecho que deriva en venganza y en tragedia. “En I Pagliacci, en otros tiempos, a la tragedia que se desata entre sus protagonistas se la referenciaba como un crimen pasional; hoy es violencia de género, y allí radica la vigencia de estos materiales. Pero en estas obras hay mucha violencia en general: no sólo de hombres hacia mujeres sino también de mujeres hacia hombres y hasta de familias, si pensamos en lo que le pasa a Sor Angélica con la suya. De hecho, en I Pagliacci, hay dos asesinatos y una violencia tremenda, que es muy propia de la ópera verista, que trabaja sobre el concepto de los sentimientos salvajes, como el odio o el amor extremos, la pasión desenfrenada y la venganza”, detalló.

“No hay que olvidar que este clima trágico de las óperas viene de los autores clásicos como Shakespeare, Moliere o Goethe, entre otros; son los «best sellers» de otros tiempos que siempre están volviendo aggiornados. Y nosotros somos como museos andantes que vamos llevando y repensando estos materiales siempre con una mirada propia, pero en lo personal, creo que siempre hay que tener muy presente lo que quiso contar el autor y cómo ese relato impacta en el presente”, expresó finalmente Martínez acerca de los montajes que cuentan con el diseño de vestuario de los talentosos creadores locales Ramiro Sorrequieta y Liza Tanoni.

Paula Almerares, figura internacional

Paula Almerares (La Plata, 1970) comenzó sus estudios con la reconocida soprano Myrtha Garbarini y luego con Janine Reiss en París. Debutó en 1991, en el Teatro Argentino de La Plata, con Romeo y Julieta de Gounod, donde luego interpretó a Musetta de La Bohème, de Puccini. En 1993 cantó junto a Alfredo Kraus en el Teatro Colón con Los cuentos de Hoffmann, y tuvo su gran desembarco europeo en 1995, en el Teatro La Fenice de Venecia, con Orfeo ed Euridice, y en el Festival de Galicia con La scala di seta. A lo largo de estos años, se ha presentado en los más prestigiosos escenarios del mundo, entre otros, el Metropolitan Opera de Nueva York, Sodre de Montevideo y Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires.

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