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Dos locos sueltos en Leeds, la historia de los rosarinos dentro de los festejos y la visita a Bielsa

Fernando Masau e Ignacio Battilana viajaron a Inglaterra para vivir los festejos del título del equipo dirigido por Marcelo Bielsa, con el que se sacaron una foto en el vestuario de Elland Road. Los dos fanáticos vivieron un día increíble y hasta les ofrecieron 1.200 dólares por la camiseta leprosa.


Fernando Masau e Ignacio Battilana compartieron el jardín en el Normal 2 hace muchos años. Y la vida los volvió a cruzar gracias a Newell’s. Allá por 2009, Fer y Nacho se reencontraron en el Parque para jugar futsal y desde allí volvieron a compartir su amor por la Lepra y comenzaron una amistad que se fue robusteciendo con los colores rojinegros como excusa.

La vida quiso que ambos decidieran probar suerte en Europa. Hace un poco más de un año, Ignacio viajó a Milán y Fernando decidió ir a Barcelona. Y si bien no se vieron más, las charlas continuaron y Newell’s siempre fue tema principal en cada una de ellas.

“Nos vinimos a conocer y trabajar. Probar cómo nos iba. Hace más de un año que estamos fuera de Rosario. Y ahora estamos los dos sin trabajo producto de la pandemia”, explica Masau desde tierras catalanas.

Leprosos dentro del festejo de Leeds.

Los dos son fanáticos de Newell’s, y como es lógico, también de Marcelo Bielsa. Y en la cabeza de Fernando rondaba la idea de ir a Leeds para vivir en carne propia toda la locura que veían por TV con el entrenador rosarino. Pero la pandemia le empezó a romper la ilusión de concretar ese sueño. Parecía imposible.

El 11 de julio, Fernando vio un mensaje de audio de Nacho. Y no tuvo que escucharlo para saber de qué se trataba. “Fer, ¿cómo estás vos para ver al Loco en el último partido?”, fue la consulta de Battilana.

De ahí en más fue todo una locura. Bien a lo Bielsa. “Empezamos a ver los vuelos, a ver si se podía. Nacho vive en Agrelo, una localidad de la isla de Cerdeña, y le salían carísimo los vuelos en estos momento”, confía Masau.

Leprosos dentro del festejo de Leeds.

No importó. Bielsa valía cualquier esfuerzo. Ignacio hizo una conexión aérea Cerdeña-Roma-Londres. Y desde ahí se fue en tren a Leeds. Y Fernando hizo Barcelona-Manchester, para llegar también en tren a la tierra prometida del Loco. Y casi sin pensarlo, el miércoles 22 –el número parece otro capricho del destino-, ambos se reencontraron en la estación de trenes de Leeds, enfundados en camisetas de Newell’s y justo a tiempo para los festejos, ya que ese día Leeds enfrentaba a Charlton y recibiría la tan ansiada Copa que certificaba el regreso a la Premier tras 16 años de frustración.

Fernando y Nacho sabían de la locura que había provocado Bielsa en territorio británico, pero ese día se dieron cuenta que todo lo que habían visto o leído era poco. “No te imaginás lo que siente esa gente por el Loco. Lo aman, es Dios, vimos mucha gente llorando. Un pibe de 20 años nos dijo entre lágrimas que nunca iba a olvidar que Bielsa le permitirá ver a Leeds por primera vez en su vida en la Premier”, cuenta Fernando.

Y esa locura también pasó a ser propia. “Estábamos con la camiseta de Newell’s y se nos empezó a acercar la gente enloquecida. Nos habremos sacado 2.000 fotos, no exagero, más que en toda mi vida. Nos daban a los chicos para que se saquen fotos con nosotros, se acercaban para abrazarnos emocionados, éramos Messi en calle Oroño el día de un partido de Newell’s. Fue todo muy impactante”, relata Fernando, aún emocionado.

Les pasó de todo. Fue una verdadera locura. Un hincha de Leeds le ofreció a Fernando 1.200 dólares por la camiseta que tenía puesta. Sí, moneda más, moneda menos, casi ¡200 mil pesos! “No se la vendía ni loco. El sentimiento vale más que cualquier plata. Además me la regaló mi hermano, tiene un valor extra”, confiesa Masau, a quien también le quisieron comprar la campera original que llevaba puesta.

Los dos leprosos habían llevado unas camisetas para niños con el escudo de Newell’s, y decidieron regalarse a algunos chicos, con la condición de tener el grito: “¡Newell’s, carajo!”. Y en medio de esas charlas, un papá fanático de Leeds les pidió que se sacaran una foto con él y su pequeña bebé, de nombre Amelia. Ahí fue cuando le contaron que en el Coloso hay un sector que se denomina así por la famosa Vieja Amelia, y el hincha de Leeds se emocionó y subió esa historia a las redes.

En medio de la locura, apareció una estatua de Bielsa en una camioneta. Un hincha local la hizo y permite que todos se saquen fotos con ella. Invitó a los dos rosarinos a pasear por las calles de Leeds junto a la imagen del Loco. Y al finalizar el recorrido, les pidió que escriban una frase sobre el Loco en el capot del vehículo. “Isaac Newell llegó de Inglaterra y fundó una escuela en Argentina. Años más tarde, un maestro fue a hacer escuela en Inglaterra. La historia del fútbol se llama Newell’s Old Boys. Bielsa”, escribió Fernando.

El mensaje escrito por Masau en la camioneta de hinchas del Leeds, con la recorrieron la ciudad.

Faltaba algo más. Poder ver a Marcelo, aunque sea una foto a la lejanía. La chance estaba. Los papás de ambos estudiaron con Bielsa y se mantienen en contacto. Y el padre de Fernando le escribió al Loco para contarle que iban a ir a Leeds ese día. Era una posibilidad, que empezó a diluirse cuando salió el traductor que integra el cuerpo técnico del Loco y les dijo que el entrenador se había ido temprano.

“Nos fuimos a dormir con una adrenalina enorme, pero con la bronca de no haber visto a Marcelo”, cuenta Fernando.

Pero resignarse no era una posibilidad. Los dos fanáticos tiraron su última ficha el jueves a la mañana, sabiendo que a las 14 tenían pasaje de regreso. “Nos levantamos a desayunar y le digo a Nacho, ‘yo le escribo que nos vamos hoy’. Nos jugamos todo los que nos quedaba”, confiesa.

Los minutos pasaron sin respuesta. El último intento sobre la hora no había alcanzado. De pronto, Bielsa los llamó. “Me explicó que estaba reunido con los dirigentes todo el día, pero si íbamos al centro de entrenamiento de Leeds, nos vería al menos unos minutos”, recuerda Fernando.

La misión no fue sencilla. Tal vez el propio James Bond no se hubiera animado. Eran las 10 y el tren para llegar a la combinación de vuelos de regreso salía a las 14. Podían quedarse varados en Leeds. No dudaron. “Era un bondi como los lecheros, hicimos como 47 paradas. No llegábamos más”, cuentan.

Llegaron al predio de Leeds. Los recibió un secretario de Bielsa y los hizo subir a su oficina. Pasaron algunos minutos y el salón se iluminó de rojo y negro. Apareció Bielsa. “Les pido disculpas por la calidad del encuentro, pero estamos reunidos con los directivos todo el día”, se excusó el Loco, mientras Fernando preparaba el celular para las fotos y Nacho, que veía a Marcelo por primera vez en forma personal, no podía parar de temblar.

“Este es un mensaje para José Luis (Masau) y Juan Carlos (Battilana). Es increíble José y Juan Carlos, mirá dónde están sus hijos, cincuenta años después, en Leeds! Increíble. Un abrazo grande para ambos”, grabó Bielsa en un video para los papás de ambos, que compartieron escuela con el Loco en la juventud.

Misión imposible… cumplida. Regocijo para el cuerpo, alegría infinita para el alma leprosa de Fernando y Nacho. Una historia increíble, llena de locura, digna de Bielsa y sus fanáticos.

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