Una nueva forma de vida es posible para aquellos que están privados de su libertad y la respuesta está en la Educación. Así lo consideró en diálogo con El Ciudadano el decano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales Franco Bartolacci. Este lunes, una noticia ratificó más que nunca lo dicho: Mauricio P. y Maximiliano J., dos jóvenes que purgan condena en la Unidad Penitenciaria Nº 6, ingresarán en 2018 a estudiar Comunicación Social y Ciencia Política.
Bartolacci también brindó números alentadores con respecto a quienes transitan su vida tras las rejas: “Hay datos estadísticos a nivel nacional que muestran que el 80 por ciento de los que tuvieron posibilidad de hacer un recorrido educativo como talleres de formación o cursado de educación formal no volvieron a reincidir en el delito. Es un dato muy contundente y es casi la motivación que impulsamos desde la Universidad, justamente, generar fuentes y herramientas para que todos puedan hacer ese trayecto de formación”.
De acuerdo a lo referido por el decano, “Mauricio y Maximiliano rindieron muy bien la semana pasada el examen para mayores de 25 años sin secundario completo, tal como lo admite la ley de Educación Superior, para aquellos que sin tener completa la escuela media, quieren ingresar a la Universidad”.
Los dos jóvenes purgan condena actualmente y se sumaron al Programa de Educación en Cárceles que fue puesto en marcha este año a través de la Secretaria de Extensión Universitaria.
“En tiempos donde se debate mucho sobre el espíritu de la educación superior, esto es, entre tantas otras cosas muy buenas que pasan todos los días, la Universidad Pública y Reformista. No hay herramienta más transformadora y liberadora que la Educación Pública”.
Desde el equipo de Extensión Universitaria felicitaron a los jóvenes que comenzarán a cursar Ciencia Política y Comunicación Social “por comprender que la extensión no es salir al afuera con ciertos saberes que nos son propios, sino construir puentes y abrir puertas para que a la Universidad entren todos”.
La elección de estas carreras también muestra un detalle diferente que suele darse dentro del ámbito carcelario, ya que la mayoría de los presos que tienen el secundario completo y quieren continuar sus estudios superiores, optan por ingresar a la Facultad de Derecho.
Un programa nuevo pero efectivo
“Este año presentamos el programa Educación en cárceles, que cuenta de varios capítulos de trabajo, recoge experiencias de talleres que distintos colectivos hacen en el penal Nº 3 de Mujeres y en la Unidad Penitenciaria Nº 6”, explicó Bartolacci.
Tanto en los talleres, cursos o en aquellos casos en que los detenidos gozan de permisos para completar sus estudios primarios y secundarios, el equipo de Extensión intenta reconocer la vocación de muchos hombres y mujeres de acceder a la formación universitaria.