Espectáculos

Sábado en Empleados de Comercio

Dos heroínas de geriátrico

La directora Cristina Carozza habla de “Todos los males comienzan con un dolor”, una versión de “Arritmia”, de Leonel Giacometto, en la que actúan María Pía Soler y Marianela Druetta, que este fin de semana regresa a la cartelera


Estrenada en principio como un fragmento de la obra original y luego en su versión completa, este sábado regresa a la cartelera teatral local Todos los males comienzan con un dolor, una versión de Arritmia, del prolífico dramaturgo rosarino Leonel Giacometto, cuya versión original, protagonizada por la recordada Berta Krasniansky junto a Claudia Schujman, con la dirección de Ignacio Mansilla, estrenada en el CET en 2006, aún sobrevuela el imaginario colectivo local, más allá de la cantidad de versiones que la obra tuvo en estos años en todo el país.

En principio, el material trabaja a partir de la idea de decrepitud con dos personajes femeninos del mismo nombre, en un guiño al absurdo; dos mujeres mayores internadas en un geriátrico que viven una especie de epifanía constante mientras consumen pastillas y ven, irremediablemente, pasar el tiempo que les queda.

“Allí comparten sus recuerdos, sus alegrías, miedos y males; todos los males que siempre comienzan con un dolor”, escribió a modo de presentación del material la docente y directora teatral local Cristina Carozza quien dirige esta versión en la que actúan María Pía Soler y Marianela Druetta, con asistencia de Nahuel Costa y Juan Cruz Segovia.

“Este proceso comenzó en la Escuela de Teatro, dentro del Profesorado, donde, en tercer año, soy docente de la materia Actuación. Allí, en la segunda parte del año tomamos autores de teatro argentino contemporáneos en formato de dúos o monólogos, porque creo que es importante acercarle a los alumnos este tipo de materiales para que se encuentren con temáticas que nos son propias, con nuestro propio lenguaje y sus singularidades y puedan abordar e investigar sobre estas poéticas”, expresó Carozza a El Ciudadano. Y agregó: “De allí surgió la obra Arritmia, de Leonel Giacometto, que Pía y Marianela eligieron como escena de examen; ellas le pusieron mucho trabajo a ese material y tuvimos la necesidad, luego de ese recorrido, de continuar juntas como equipo y montar una versión completa de la obra”.

Construir la vejez

“Yo vi la versión original con Berta Krasniansky y Claudia Schujman, con la dirección de Nacho Mansilla”, continuó Carozza, a modo de evocación de aquella recordada puesta del teatro local. Y continuó: “Obviamente es difícil superar esa propuesta inicial, ya que como imagen para mí es muy fuerte y tengo un gran recuerdo de aquellas actuaciones. Este texto fue y es representado en distintos lugares del país y hay muchas versiones de estas Anas, que es como se llaman las dos ancianas. Pero también me pregunté hacia dónde iríamos nosotras, y ahí comenzó nuestra propia historia. Por un lado quedamos seleccionadas para el ciclo «Historias mínimas» que organiza anualmente La Nave, con lo cual llegamos a un primer formato de casi media hora el año pasado. Hablamos con el Leonel, el autor, y estuvo de acuerdo con que dispusiésemos del texto; nos permitió hacerle modificaciones, un gran gesto de su parte ya que hay muchos autores que no lo permiten. Esto pasó porque los primeros encuentros que tuvimos con ese mundo fueron a través de los cuerpos de las actrices, que por cierto son muy jóvenes y había que buscar por dónde pasaba la vejez en ellas. Entonces aparecieron esos cuerpos desfachatados, con pelucas, grotescos, pícaros, por momentos olvidados. Y en las palabras aparecían recuerdos, sensaciones, historias. Entre estas cosas y un pequeño lugar, por decirlo de alguna manera, construimos la vejez”.

Carozza, directora y docente de vasta trayectoria en la ciudad, habló también del proceso que atravesaron las actrices y del crecimiento del material desde el comienzo hasta el presente. “Fueron varios factores que hicieron crecer la obra; uno de los más importantes fue el vínculo que establecieron las actrices entre sí y el compromiso fundante de ir más allá, las ganas de actuar de ellas nos llevaron a un crecimiento de todo el equipo. Luego pasamos a una segunda etapa donde el desafío fue extendernos, dejar de ser esa obra de media hora para llevarla en sus tiempos largos, y es eso lo que presentamos actualmente, la versión extendida de Todos los males comienzan con un dolor, título que surge también del propio texto de Giacometto, ya que buscábamos una frase que nos representara y sin duda fue esa”.

Miedo a la decrepitud

Respecto de la decrepitud, “ese lugar tan temido”, y el irremediable paso del tiempo, la directora analizó: “Es sorprendente como se van cruzando nuestras historias personales con el teatro. Todos atravesamos pérdidas y nos enfrentamos al dolor, a ver el deterioro de los cuerpos, la imposibilidad, la decrepitud, y ante la ausencia, rescatamos del olvido los recuerdos que nos hicieron felices, o todo eso que vivimos juntos. En mi caso, con la partida de mis padres muy cercana, me encontré frente a este texto; pero no quería hacer más de lo mismo, quería tener otra mirada acerca de la vejez y sus dolores. De hecho, necesité reírme, dejar atrás Pami, las ambulancias, los análisis, los médicos. Y ahí apareció ese giro que da el humor: cambiar la mirada sobre las cosas, que la vejez no duela, que estos personajes sean dos heroínas de geriátrico, como una especie de Thelma & Louise a punto de saltar empastilladas”.

Y finalmente completó: “Pensando en Pirandello, ves lo patético de la situación pero como espectador estás lejos, como si miraras a través de una lupa; te reís porque eso no te pasa o no te va a pasar momentáneamente, pero si te acercás un poco, una vez que se fueron las risas aparece una especie de compasión, de reflexión, entonces lo que te alejó también te acerca y te hace ver otras realidades”.

Para agendar

Todos los males comienzan con un dolor se presentará este sábado, a las 21, en la sala Empleados de Comercio, de Corrientes 450. Y regresará a la cartelera con nuevas funciones los sábados 24 y 31, a partir de las 22, en Teatro Odiseo, de San Lorenzo 1329

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