Miguel Passarini
Los diálogos entre las distintas formas de las artes escénicas contemporáneas transitan en el presente un tiempo de bordes muy difusos que, saludablemente, corren del debate si algo es una performance, si es danza, es teatro o todo eso al mismo tiempo.
Lejos de esos bordes limitantes, este viernes se conocerá en Rosario Las Fieras, el hambre del alma, una propuesta que pareciera conjugar varias aristas de esas escénicas, sumada la música en vivo, en un trabajo que tiene en escena a los actores Damián Sanabria y Cristian Bordi, bajo la dirección de Sandra Yuyo, con la participación como banda invitada de Lavanda Sonora Ska.
La propuesta, que se presentará por el momento todos los viernes de este mes, a las 21, en Micelio, cuenta además con la asistencia coreográfica y entrenamiento Ceci Colombero, diseño y realización de vestuario de Lorena Fenoglio, diseño de escenografía de Pali Díaz, realización de escenografía de Pali Diaz, Marcos Reche y Las Fieras; diseño de luces de Mafer Weber con operación de Helena Vittar, maquillaje de Maira Seri y Cecilia Gassa, operación sonora de Omar Núñez, edición de audios de Facu Martínez, diseño gráfico de Brayan Estormin Orchestra, fotografía de Sonia Gauna, tráiler de Adriano Espinosa y asesoramiento en gestión y producción de Aimé Fehleisen.
“Esta es una obra en la que dialogan teatro, música y danza y donde apelamos al humor como herramienta para aliviar la crudeza de lo que acontece en escena”, contó la directora Sandra Yuyo a modo de adelanto. Y sumó: “Las referencias estéticas y formales de la dramaturgia provienen de los cuentos trágicos y la estética de lo que aparece en escena está atravesada por el rock como género musical popular”.
Las Fieras… a las que alude el título de este material que se suma a la agenda teatral local son dos hermanas que fueron abandonadas de pequeñas en un teatro cerrado. “Desde entonces, viven allí en condiciones deplorables, pero con la reciente reapertura del teatro trabajan en los camarines y fantasean con ser artistas mientras se prueban los vestuarios. Entre éstos, hay unas brillantes prendas rojas con pedido expreso de «no tocar». Es así que el dúo desobedece y al momento de usarlas comienzan a bailar desaforadamente hasta llegar a límites extremos”, plantea el equipo de trabajo a modo de síntesis narrativa de la propuesta.
“La obra surge a partir del cuento «Las zapatillas rojas» del libro Mujeres que corren con lobos (de la escritora norteamericana Clarissa Pínkola). Lo que tomé de allí es esa mirada acerca del cuento trágico que es lo que cuenta esa historia, pero lo trasladé a un universo más cercano a este equipo de trabajo que tiene que ver con lo teatral y con la música”, contó la directora.
Ver esta publicación en Instagram
Y sumó: “Transformamos un poco este cuento donde el color rojo tiene un peso, pero ya no son zapatillas sino un vestuario rojo que es en cierto modo el disparador de la obra a partir de la música en vivo. El universo del rock y el universo escénico están entrelazados a partir de la irrupción de estos dos personajes, estas «fieras» que viven ocultas en un sucucho como si fuera la tramoya del teatro y allí habitan lo privado mientras que en el teatro habita lo público”.
En el mismo sentido, la directora habló acerca de la cuestión de género que atraviesa el material: “La idea o definición de la obra es que son Las Fieras, es en femenino, de todos modos la intención también estuvo en romper con la lógica binaria, plantear la deconstrucción de la que hablamos y transitamos todes, más allá de que lo femenino está en el vínculo y en el modo de definirse y lo masculino, para ellas, está en el afuera. Ellas se conocen de ese modo y la poca crianza que tuvieron estuvo dada de esa forma, más allá de que es al mismo tiempo una decisión política del grupo de trabajo de deconstruir un poco el lenguaje buscando potenciar lo femenino y no tanto lo masculino”.
Finalmente, la creadora habló acerca del proceso de trabajo con los actores y del abordaje de un cierto clima de humor que rompe con la lógica trágica: “Más allá de la inspiración de este cuento que nos interpelaba, nos preguntamos qué queríamos decir con él, cómo poner en escena algo de ese universo, qué cosas nos inspiraban, donde primó esta idea de dos universos muy antagónicos; el que tiene todo y el que no tiene nada y no es sólo en relación con las clases sociales sino también con aquellos sectores que, por muchos motivos, permanecen ocultos donde cuesta mucho poder soñar y tener deseos. Y en el mismo sentido, cómo son esos lugares a los que los artistas podemos aspirar pero que llegar cuesta muchísimo o se vuelve algo imposible, donde se ponen en tensión ideas como la fama o el éxito en un universo que va camino a la tragedia pero que no reniega de cierto tono de comedia”.
Para agendar
Las Fieras, el hambre del alma se conocerá este viernes, a las 21, en Micelio (Valparaiso 520), donde seguirá en cartel los restantes viernes del mes. Las entradas anticipadas con descuento se reservan a través del 341 6228660.
Comentarios