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Sur provincial

Dos célebres clanes y un crimen

La pesquisa por un homicidio en Empalme Villa Constitución derivó en el arresto de tres hombres acusados de haber brindado datos para el fatal asalto y de ayudar en la huida de los autores. Están prófugos conocidos apellidos del hampa nicoleño.


Tres hombres fueron imputados esta semana como partícipes en el crimen de un mecánico que recibió dos disparos al protagonizar un tiroteo contra tres desconocidos que lo sorprendieron en su vivienda de Empalme Villa Constitución en medio de un robo.

A su vez, los investigadores buscan a un nicoleño que ingresó al hospital local con un disparo minutos después del tiroteo fatal en la localidad vecina, quien agonizó tres días hasta fallecer por la herida que le causó un plomo en el abdomen. Asimismo, tras la audiencia imputativa surgió el apellido de dos hermanos, también oriundos de San Nicolás y con frondosos prontuarios por robos, sospechados de haber participado en el asesinato.

El sábado 11 de julio, alrededor de las 21, Eduardo Zupanovich, de 52 años, reparaba el motor de una motoniveladora municipal en el fondo de su casa donde posee su taller mecánico, en la zona rural de Empalme Villa Constitución. El mecánico había acomodado unos reflectores para trabajar cómodo en el patio. Eduardo escuchó unos ruidos que venían del descampado; sólo distinguió tres siluetas y se imaginó que los intrusos iban a robarlo, según dijeron los pesquisas que alcanzó a contar la víctima a los amigos que lo socorrieron.

A raíz de los recientes asaltos que habían sufrido diferentes familias villenses, Eduardo tenía un revólver calibre 38, sabía tirar y esa noche no esperó a confirmar sus sospechas.

Las siluetas se movieron y abrió fuego en cinco oportunidades. Los intrusos respondieron nueve veces y desaparecieron, dejando en el patio las vainas servidas calibre 9 milímetros.

Como consecuencia de la balacera, Zupanovich terminó malherido con dos tiros: uno en una pierna y el otro en la zona abdominal. La víctima alcanzó a alertar a un amigo que lo socorrió y que llamó al 911. “Había tres bultos y empecé a disparar”, alcanzó a decir el herido a los pesquisas para luego ser trasladado a un hospital de la lindera Villa Constitución. Una vez compensado, el hombre fue derivado al día siguiente al sanatorio Mapaci de Rosario, donde quedó en coma inducido hasta el atardecer del martes 14, cuando falleció.

Las detenciones

En base a tareas investigativas, los pesquisas realizaron tres allanamientos simultáneos el miércoles pasado: uno en Empalme Villa Constitución y los restantes en la ciudad bonaerense de San Nicolás, separada del departamento Constitución por el Arroyo del Medio. En la primera localidad, los uniformados de la PDI villense, con apoyo de la Policía del Nodo 4 Rosario, detuvieron en el barrio Las Ranas a Roberto Mansilla, a quien le secuestraron de su vivienda teléfonos celulares. El hombre está sospechado de haber suministrado datos de Zupanovich a los asaltantes. En San Nicolás, se realizaron dos operativos a primera hora de la mañana: uno fue en la vivienda del primo de Roberto, identificado como Rubén Mansilla, en el barrio Las Mellizas (lindero con el límite interprovincial) y en el otro los policías arrestaron a Juan Manuel Jaime, cuñado del hombre que el sábado del tiroteo ingresó al nicoleño hospital San Felipe con una herida de bala y se domiciliaba en la misma vivienda. Fuentes del caso refirieron que la principal hipótesis es que el herido haya participado del enfrentamiento, por lo que se dictó un pedido de captura, ya que luego de ser atendido desapareció del centro de salud.

La imputativa

En ese marco, el jueves pasado los detenidos tuvieron la audiencia imputativa en Villa Constitución presidida por el magistrado Ignacio Vacca, donde la fiscal Valeria Pedrana los acusó como partícipes de homicidio en ocasión de robo agravado por la utilización de arma de fuego.

Tras el allanamiento realizado en la vivienda que comparten Juan Manuel Jaime y su cuñado, identificado por fuentes del caso como Miguel Marcatelli, los investigadores determinaron que la antena de la empresa de telefonía captó el celular de Juan Manuel en Empalme el sábado por la noche y que entre las 21.20 y las 22 intercambió 12 llamados con otro celular ubicado en la misma zona.

Jaime pidió el uso de la palabra en la audiencia, cuyo contenido fue ventilado por el Diario El Sur de Villa Constitución, y explicó que su presencia en la zona se debía a que Marcatelli lo llamó y le dijo que, como se le había roto el auto, lo tenía que ir a buscar al puente de Villa (por la autopista Aramburu). El hombre describió que cuando llegó su cuñado “venía colgado” de otras dos personas, a quien identificó como los hermanos Garfagnoli, trascendió en la audiencia. El imputado agregó que, a pesar de que preguntó al trío qué era lo que había pasado, no consiguió respuesta. Jaime insistió hasta que los acompañantes se sinceraron y le dijeron que Marcatelli había resultado baleado tras intentar asaltar a un hombre en su casa. Y aseguró que cuando vio que uno de los hermanos llevaba una pistola abandonó al trío para no saber nada más de ellos.

En ese marco, los tres imputados como partícipes quedaron en libertad por el transcurso del proceso, mientras que la defensa de Jaime solicitó que su defendido cuente con custodia policial tras los aportes que realizó en la audiencia pública.

Clanes pesados

Los hermanos Mauro y Fernando “Cacha” Garfagnoli, vinculados por el testimonio de Jaime con el crimen de Zupanovich, son conocidos en la crónicas policiales desde hace casi una década por integrar bandas dedicadas a más de una decena de golpes en el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. Allá por 2006, investigadores rosarinos atraparon a gran parte del grupo de expertos asaltantes que estaba integrado no sólo por los hermanos sino también por otras dos familias cuyos apellidos volvieron a resonar en la causa que investiga el crimen del mecánico. Según la acusación, los hermanos Garfagnoli cometían golpes con Mario Marcatelli, pariente de Miguel y sobrino de José Omar “Gringo” Marcatelli. El Gringo era un reconocido hampón nicoleño que contó varios pedidos de captura, se fugó de penales, participó en persecuciones, robos calificados y un homicidio. Tenía 43 años cuando dos hombres en moto pasaron por la puerta de su casa la madrugada del 10 de abril de 2011 y lo ejecutaron de cuatro balazos.

El sindicado líder de la gavilla era Mauro y les atribuyeron asaltos a una tienda de Empalme, a dos cerealeras de Pavón y General Conesa y un restaurante de Theobald.

Por ese tiempo, los investigadores indicaron que otros integrantes de la banda eran el nicoleño Arnaldo Mansilla, José Andino –un veterano ex miembro de la Policía Bonaerense y también apodado Indio–, junto con Miguel Figueroa, alias Pocho.

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