En una Rosario que crecía demográficamente, que tenía entre sus ciudadanos muchos inmigrantes, una ciudad comercial y también atenta al tiempo libre, a la diversión y los pasatiempos. El historiador Eduardo Guida Bria repasa lugares emblemáticos de una época de la que casi no hay rastros visibles.
Club Mercantil
En 1853, existía en Rosario el Club Mercantil, que presidía don Antonio Berdier, donde se realizaba actividad social, que se confundía con los negocios, puesto que allí se recogía la información sobre precios y transacciones y donde se realizaban bailes de gala.
Este recinto, explicó Guida Bria a El Ciudadano estuvo ubicado en la calle Córdoba entre Laprida y Maipú. “El Casino estaba conducido por comerciantes nativos y extranjeros, lo que fue en realidad el primer club social de Rosario”, señaló.
En 1858, un grupo de comerciantes se reúne en el Club Mercantil para dejar constituido el Casino Mercantil, que presidió Emiliano Frías, constituyendo una entidad con el nombre Casino y Bolsa Mercantil, que publicaba las noticias comerciales, movimientos de buques y otros aspectos del comercio.
En este ámbito se realizó el primer concierto lírico realizado en la ciudad, siendo iniciativa de su comisión directiva. Asimismo, promovía los bailes de carnaval y disponía instalaciones suntuosas para la época. En 1859 entro en cesación de pagos a consecuencia de la elección de los miembros del Tribunal de Comercio, los comerciantes extranjeros se separaron y fundaron a su vez el “Club de Residentes Extranjeros” cuyo presidente fue Miguel de Madrid.
Los primeros antecedentes de la actual “Bolsa de Comercio” sitúan al Club Mercantil, como entidad en la que se realizaban actividades sociales, que se aunaban con los negocios, puesto que allí se recogían las informaciones sobre precios y transacciones. Durante la presidencia de Antonio Berdier, las reuniones se realizaban con total naturalidad.
Un teatro con todos estos nombres: La Esperanza, Del Siglo, Del Litoral, La Ópera
El docente e historiador Eduardo Guida Bria explica que otro sitio dedicado a la diversión en Rosario fue el teatro de “La Esperanza” situado en la calle Puerto (hoy San Martin) casi esquina Santa Fe (hoy ese solar es ocupado por el Banco Municipal).
Para 1868 el teatro de “La Esperanza” era lo más parecido que tenía la ciudad al Paraíso, y fue tan así que algunos lo llamaban “El Teatro del Siglo”. Tenía capacidad para 600 personas, aunque era común que este número se elevara a cerca de 1.100.
Sus dueños fueron José Olmos y Francisco Navarro, y por allí pasaron distintas compañías representando lo más sublime del drama, la comedia y la lírica, hasta que la trágica noche del 19 de septiembre de ese año un infortunado accidente producto de la rotura de una lámpara a querosén derivó en un pavoroso incendio que lo destruyó. Se inauguró el 21 de junio de 1857.
“La Esperanza” sería reconstruido luego como Teatro Del Litoral y en 1878 pasó a llamarse La Opera, nombre que conservó hasta su cierre definitivo en 1885.
Fénix
Uno de los primeros clubes de la ciudad, fue el “Fénix”, fundado por un grupo de jóvenes en 1868 como “Sociedad Coral El Fénix” y tres años después lo denominan “Casino El Fénix”. Se dedicaba en principio a encuentros corales asistiendo la sociedad de la época a los recitales.
Ya en 1880 contaba con 300 socios y se le suman salas de esgrima. Años luego se fusiona con el Jockey Club en 1905. La sede fue la calle Rioja 1052 donde se ubica el legendario Club Español.
Guida Bria recuerda que participar de una velada en el Club Social era participar “del evento”. La burguesía rosarina de principios del siglo XX no podía quedar afuera de ninguna fiesta que se realizara en este distinguido club. Se situaba en los altos de calle Córdoba entre Libertad (hoy Sarmiento) y Progreso (hoy Mitre) para 1915. Fue fundado en 1873 en los altos de la casa de banquetes de Mercer.
Fue un reducto de difícil acceso para quien no estuviera en la nómina de los apellidos especialmente destacados de la ciudad. En 1911 era presidente Fermín Lejarza y este se ufanaba del criterio que mantenían desde su fundación. Tenían un verdadero toque británico.
Los hombres se dedicaban a hablar de negocios, jugar a las cartas, beber, leer el diario o dormir la siesta. Tenía salones espejados, sillones, muebles de estilo y sala de lectura.
Junto con el Club Residentes Extranjeros y el Club Fénix, fueron las primeras entidades sociales de la ciudad. Luego se traslada a calle Mitre 848, es demolido el reducto y en la actualidad se ubica el Sindicato del Seguro.
Años más tardes: biográfos y bailes blancos
Durante las décadas del 40, 50 y 60 la cinematografía fue la principal atracción de las familias. A los precursores del séptimo arte en la zona oeste de Rosario, se destacaron biógrafos como el “Gardel” en Ovidio Lagos al 700 (el edificio modificado aún se encuentra); el Cine Rivadavia en la esquina sudoeste de Mendoza y Suipacha, hoy existe un edificio horizontal. Este cine cerró en diciembre de 1962. El Cine Cervantes cuya fachada se conserva en calle San Juan 2550. Más hacia el oeste de la ciudad se destacó el Cine Echesortu, en Mendoza al 3900, hoy se mantiene su estructura externa y es utilizado como cochera de un supermercado. El Cine Echesortu fue inaugurado en 1925, con secciones al aire libre, y que posteriormente se remozaría como Palace Echesortu. Lindaba con una recordada Pizzería “Pedrín” de gran atracción en los años 60 y 70. En la ochava sudoeste se encontraba una entidad mutualista de la Policía (hoy supermercado). Por calle Alsina también se ubicó unos años más tarde un Restaurant Parrilla, llamado “Costa Azul” con estacionamiento en la entrada.
Hacia la década del 40 tomaron impulso, asimismo, los bailes en clubes sociales y deportivos de la zona. Desde los llamados bailes blancos de Plaza Jewell (al estilo de los similares realizados en Alberdi por Regatas Rosario y Remeros Alberdi, de tipo elitista) hasta los del Centro Progresista, Echesortu, los tradicionales del Club Libertad, pasando por los de Servando Bayo. También se destacaba Atlantic Sportmen, El Luchador, Intercambio, Nueva Era, el Salón Cosmopolita y otros.
Los animaban conjuntos musicales rosarinos como los de Abel Bedrune, Atilio Cavestri, “Los Zorros Grises”, de Alfredo Dandrea; “Los Dados Negros”, de Juan Risiglione.
El rosarino que conoce mucho su historia dice que cabe recordar también Panamá Jazz y las orquestas típicas de Julio Conti, Luis Chera, Francisco Plano, Leónidas Montero, con cantores como Pedro Bassini, Ricardo Landi, Alfredo Belussi, José Berón, y los reconocidos Walter Gómez y sus Globetroters, entre otros.
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