Rodrigo Arévalo
Economistas rosarinos analizaron en diálogo con El Ciudadano las consecuencias que traería una dolarización de la economía argentina, como propuso el director del Consejo Económico Nacional de Estados Unidos, Larry Kudlow.
Esteban Guida señaló que “es una medida descabellada”, ya que “se perdería la autonomía monetaria y la economía quedaría sujeta al sector externo”.
“La autoridad deja de utilizar la emisión monetaria y la tasa de interés como elemento de acción política sobre la economía”, consideró el referente de la fundación Pueblos del Sur.
Además, indicó que “sacar la moneda nacional no soluciona el problema de fondo de la Argentina” y “ata” al país “a la autoridad emisora del dólar”, en este caso el Tesoro norteamericano. “Puede ser muy peligroso porque nos quita la herramienta de acción económica más importante, que es la moneda”, expresó Guida.
Por su parte, Federico Fiscella graficó: “Es tirar la impresora de billetes por la ventana. Perdés el control sobre el tipo de cambio y la tasa de interés. Se pierde la herramienta principal de política económica que es la moneda”.
El economista sólo marcó un aspecto positivo de la dolarización: “El gobierno no tendría la posibilidad de inflacionar vía emisión monetaria”. Sin embargo, consideró que los efectos de quedarse sin el peso son tan riesgosos que lo que parece positivo quedaría licuado.
“Es suicida hacerlo. Incluso el sistema político quedaría limitado sin tener moneda. Para eso que declaren a la Argentina como una colonia de Estados Unidos y que los norteamericanos decidan qué hacer con nosotros, a lo Puerto Rico. No puedo creer que se esté discutiendo esto”, ironizó Fiscella.
En tanto, Alejandro Bonalumi señaló que para dolarizar la economía “primero se debería generar un gran cambio cultural y una reorganización total de la política productiva argentina”. Por eso, consideró que “hoy en día no es viable”.
“En un momento traería un fuerte ajuste, doloroso como el que sufrió Ecuador. A largo plazo podría equilibrarse. Ecuador dominó la inflación, sin embargo no tiene una política industrial”, comparó Bonalumi.
Por otra parte, advirtió que en el caso de avanzar con una propuesta de este tipo, “es necesario que lo haga un gobierno fuerte”. Tanto el presidente Mauricio Macri como su jefe de Gabinete, Marcos Peña, y su ministro de Economía, Nicolás Dujovne, desgastaron su imagen pública ante las últimas corridas cambiarias y la imposibilidad de domar la inflación. Por eso, el periodista económico dijo que “primero debe haber un relanzamiento del gobierno con caras nuevas y un acuerdo con la oposición”.
Como ventajas de una dolarización, enumeró: “La Argentina tendrá que equilibrar cuentas obligatoriamente porque no podría emitir. También va a hacer madurar a la política argentina y terminar con el desprecio por los fondos públicos”.
Por último, analizó por qué la convertibilidad de los 90 terminó fracasando: “Los depósitos en plazo fijo en pesos se retiraban en dólares. Entonces se vació el sistema financiero y explotó. La convertibilidad se financió con la venta de empresas del Estado y cuando esa plata se terminó no se generaron dólares para sostenerla”.
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