Espectáculos

Rodaje en aislamiento

Doce actores y ocho directores se hacen “Murciélagos” en cuarentena para filmarse en una película

Peto Menahem, Maida Andrenacci y el rosarino Juan Pablo Geretto cuentan cómo fue el rodaje en aislamiento del film que se conocerá en julio y que relata ocho historias atravesadas por temáticas vinculadas a los afectos y las problemáticas que asoman durante la pandemia del covid-19


Peto Menahem, Maida Andrenacci y Juan Pablo Geretto forman parte del elenco de Murciélagos, una película filmada íntegramente en confinamiento por 12 directores, que se estrenará el próximo mes y que relata ocho historias atravesadas por temáticas vinculadas a los afectos y las problemáticas que asoman como consecuencia de la actual coyuntura.

La película que, además, reúne actuaciones de Julieta Vallina, Oscar Martínez, Luis Ziembrowski y su hija Clara, Carlos Belloso, Moro Anghileri, Marcelo D’Andrea, Héctor Díaz y Azul Lombardía, se emitirá por una sala virtual el 2 de julio, y lo recaudado por la venta de entradas con un valor “a voluntad” se donará al Banco de Alimentos de Buenos Aires a través de Amnistía Internacional.

Esta nueva dinámica a distancia en el modo de producir contenido audiovisual, que tuvo su primera manifestación local con Terapia en cuarentena, una serie web rodada durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio y estrenada a mediados de mayo en la plataforma Cont.ar, generó distintas sensaciones entre los actores.

En diálogo con Télam, Geretto contó que el proceso de producción le resultó “triste” y observó: “Los que lo hicimos, supongo, que fue por las ganas de trabajar, de colaborar, de ocupar el tiempo pero de ninguna manera porque nos guste trabajar así”.

Su historia, dirigida por Baltazar Tokman, es la de un señor que pasa la cuarentena solo y habla (aunque no se sabe con quién) sobre sus miedos generados por teorías conspirativas: “Él cree en todas -describió- aunque haya alguna que contraponga a otra”.

Producida por Masses Content y la agencia Alegría, con música de Nicolás Arroyo y guion de Virginia Martínez, salvo el relato de la realizadora Paula Hernández, el equipo de dirección se completa con Hernán Guerschuny, Daniel Rosenfeld, Tamae Garateguy, Diego Fried, Martín Neuburger, Connie Martin y Azul Lombardía.

Tokman junto a Martín dirigen también a Menahem “en la cama y solo tal vez aburrido, harto, angustiado”, según contextualizó el actor, hasta que recibe una visita inesperada y encuentra un libro dedicado a él.

Menahem y Tokman se conocieron por videollamada: “La cuestión fue entender e incorporar el dispositivo con el que él quería filmar, una especie de arnés casero que debía ponerme. Y entender la cámara. Mostrar opciones de encuadre y luz. Después, sin que ellos estuvieran viendo, filmar. Estuve más pendiente de no hacer cagadas con la técnica que de actuar bien”, enfatizó.

El aprendizaje respecto de dichas cuestiones fue algo que también rescató Andrenacci, quien dirigida por Diego Fried y Martín Neuburger, y en dupla con el actor Héctor Díaz construyó una pareja que, en proceso de separación, se ve obligada a convivir bajo el mismo techo durante la cuarentena.

La locación del relato que la actriz protagoniza fue su propia casa y para ello debió transformarse en los ojos de sus directores, a quienes les habilitó cada centímetro de su hogar, espacio que también se convirtió en su lugar de trabajo.

Respecto de la experiencia, Andrenacci expresó: “Fue muy gracioso porque sabían todo lo que tenía en casa. Además fuimos ingeniándonosla para crear y resolver cada problema que aparecía. Era el doble de concentración, porque como actriz entrás al set cuando está todo ya armado, te ponen el micrófono y te ocupás de actuar. En este caso, nos ocupábamos de todo. Aprendimos muchísimo de cada área”.

Consultado sobre las similitudes entre el guión y sus propias vivencias durante el aislamiento social, Peto Menahem analizó: “Con algunas historias me identifiqué más, con otras menos. Con la que me tocó a mí, me sentí muy identificado. Vivo el aislamiento como todos, lo mejor que podemos. Conviviendo con mi mujer e hijo, con paciencia y amorosamente en lo posible. Leemos más. Cocinamos más. Extraño mucho reunirme con la familia y los amigos. Extraño el teatro. Extraño ir a comer afuera. Pero también lo vivo con mucho dolor: demasiada injusticia, demasiada desigualdad, demasiada estupidez, demasiada codicia. Todo esto se manifestó brutalmente y es muy doloroso. También demasiados panelistas. Y demasiadas opiniones”.

Por su parte Geretto apuntó: “Me pasó un poco de cada una de las historias, y aunque en general no la estoy pasando mal, tuve días menos fáciles que otros”.

A su tiempo Andrenacci confesó que apenas leyó el guión la película le encantó: “Porque cuenta de manera cinematográfica y poética situaciones que conozco. Más allá de cada situación en particular, el aislamiento me enfrentó a sentimientos y sensaciones nuevas. Cuando pensé que todo se iba a volver monótono, me sorprendí teniendo actitudes que jamás hubiera imaginado, investigando sobre temas o leyendo cosas que antes no me interesaban. Es como atravesar la barrera del tiempo con uno mismo, y con el otro ¿Qué hay del otro lado cuando ya hiciste todo lo que tenías pendiente, cuando ya cocinaste lo de siempre, ya tuviste la pelea de siempre con tu pareja? De eso es de lo que trata esta historia de la película, así que enseguida sentí esa familiaridad con el relato”.

Filmar a distancia

Respecto del formato en el que se llevó a cabo la filmación de Murciélagos, Menahem opinó que “la única ventaja es la rapidez”. “Y por supuesto el hecho mismo de hacerla, de ponerse en acción no a pesar sino tomando las limitaciones como condiciones dadas. Sería hermoso hacer eso cada día con todas las limitaciones. A veces sale, a veces no”, agregó.

Por su parte, Andrenacci sopesó: “Entender en profundidad cómo funciona cada área que participa en el armado de una escena o de una película, me cambió la mirada. La próxima vez que entre a un set voy a mirar todo con otros ojos. Por el contrario, ocuparse de todo genera que una no pueda actuar totalmente relajada”.

Siguiendo el argumento, la actriz observó que es ese el motivo por el que existen “profesionales de cada área con un trabajo tan artesanal como particular. Los buenos sonidistas, directores de fotografía, camarógrafos. Hacen la diferencia en una película”.

“Después -enfatizó Menahem, quien encontró el mayor desafío en las cuestiones técnicas que se vio obligado a aprender a manejar- no hacer el trabajo en conjunto, en equipo, mirándose, entendiéndose en el lugar con toda la gente, todo eso para mí es pura desventaja”.

Otro fue el reto de Andrenacci: “Debí dejar la exigencia de lado y entender que la manera en que se está filmado es parte del proyecto también: un registro del aislamiento en las historias que se cuentan y en cómo fue filmado”.

En ese sentido, para Geretto las desventajas se relacionan con lo humano: “Murciélagos fue para unirnos a una causa, pero extraño el trabajo en equipo, enamorarme de un camarógrafo, los productores que no saben qué hacer con nosotros, el café quemado de la lata dispenser, las charlas, que me dirijan, quienes te abordan el cuerpo e investigan la ropa para ponerte el micrófono”, enumeró.

Consultados sobre el futuro que avizoran, Geretto expresó: “Que nos olvidemos de que el otro es una potencial amenaza y gane el abrazo y el beso la batalla”, mientras que Menahem imaginó un rodaje pospandemia “igual que antes, después de que haya cura para esto”.

En tanto, para Andrenacci, es incierto lo que vendrá: “Tal vez quede todo a mitad de camino entre lo que fue y el peor escenario que nos imaginamos o cada área tenga su protocolo y situaciones para evaluar, pero no me imagino un mundo sin ficción. El arte siempre se las rebusca para encontrar la forma”.

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