Ciudad

Distintas miradas sobre las cocheras subterráneas

Por Santiago Baraldi.- Los expertos en ambientalismo y urbanismo no creen que desaliente el ingreso de autos al centro.


En mayo de 1857 Marcos Paz donó el terreno para que las carretas hicieran el transporte de cargas y descarga de mercaderías entre Rosario y las ciudades del interior; para el año 1871 se proyecta una plaza y será el intendente Gabriel Carrasco quien ordene los trabajos de jardinería para inaugurarla en 1891. Hoy, la Plaza San Martín cuenta con un entorno que tiene valor patrimonial arquitectónico, con palmeras traídas de las Antillas, el retoño del pino histórico de San Lorenzo, la estatua ecuestre del prócer, frondosos plátanos que la rodean en ambas veredas y por donde circulan miles de rosarinos, estudiantes universitarios y escolares. Desde el Ejecutivo municipal proyectan hacer una cochera subterránea con dos subsuelos, con capacidad para 876 automóviles. Mientras los expertos en ambientalismo y urbanismo plantean desalentar el ingreso de más vehículos a un centro ya saturado, la Municipalidad impulsa tres grandes cocheras en la Plaza del Foro (frente a los Tribunales Provinciales), en el CMD Centro y en la plaza San Martín.

Esta semana, un grupo de vecinos hizo una presentación judicial para evitar la construcción de dichas cocheras en la plaza San Martín invocando la ley 10.000 de intereses difusos, donde argumentaron que la megaobra afectará seriamente a los edificios históricos. En tanto, la comisión de Planeamiento del Concejo Municipal, recibió a urbanistas e integrantes de diversas organizaciones que expusieron sobre el impacto que provocará una obra de esta magnitud.

Mónica Alvarado, gerenta general del Ente de la Movilidad Rosario (EMR), mencionó los avances que se lograron con la implementación de los carriles exclusivos e hizo referencia a una red de ciclovías, pero señaló que al área central de la ciudad ingresan 273 mil vehículos y mostró los mapas de flujos de acceso para justificar el porqué de los estacionamientos subterráneos propuestos. “Con la implementación de los carriles exclusivos se perderán aproximadamente dos mil sitios para estacionar y ya se eliminaron 410 en las calles con carriles y otros 270 en las arterias laterales para agilizar la carga y descarga”, explicó Alvarado.

“Nuestra Plaza de Mayo”

El arquitecto Juan Carlos Sarrabayrouse, quien participó en la ronda de consulta, dijo a El Ciudadano que la plaza San Martín “es nuestra Plaza de Mayo” y agregó que “la gerenta del Ente de Movilidad (por Mónica Alvarado) llegó a plantear que al centro ingresan 200 mil autos por día, algo imposible. El casco urbano que comprende el radio entre bulevar Oroño, avenida Pellegrini y el río tiene 320 manzanas, si por manzana estacionaran 20 autos, las cuentas no dan. Los semáforos que sacan fotos multa registran un promedio de dos mil infracciones por semana, lo que hay que hacer es cobrar esas multas y con ese dinero financiar obras complementarias, como los carriles exclusivos que funcionan muy bien. En el centro de Barcelona o en Roma hay lugares que los autos no llegan y la gente se maneja con colectivos o taxis. Si queremos menos autos en el centro hay que tener un buen servicio público”.

Sobre la posibilidad de hacer una playa subterránea y los trastornos que podría ocasionar, Sarrabayrouse agregó que “la plaza es un lugar de encuentro, de juego y cita ciudadana, paseo peatonal y también pulmón del aire urbano, ya muy contaminado por los gases de los autos. Paradójicamente se pretende justificar este insólito proyecto como un medio para «desalentar el ingreso de autos al centro», cuando se produciría un efecto contrario: la entrada y salida de vehículos en horas pico, generará enorme congestión, agravada por la necesaria existencia de semáforos en las cuatro esquinas de la plaza, mientras unos tres mil escolares y más de 15.000 universitarios entran o salen de sus clases en las escuelas lindantes…”.

Según los planos a los que tuvo acceso EL Ciudadano, las dársenas de ingreso y egreso a la playa subterránea están previstas por Dorrego y Moreno, ganando espacio a las veredas de ambas arterias lo que llevará a sacar los plátanos añosos del lugar. Consultada por este diario, la ingeniera Silvia Angelone, responsable del Laboratorio de Suelos del Instituto de Mecánica Aplicada y Estructura (Imae) de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura, apuntó que “técnicamente es posible hacer las cocheras y hay técnicas constructivas para trabajar sin vibraciones, más costosas, menos costosas, que no afectarían a los edificios históricos, técnicamente se puede hacer. De hacerlo tendrán que desmantelar la plaza para luego construirla, no sé cómo la pensaron técnicamente. Una cosa es el ordenamiento urbano, si es o no funcional para la ciudad, pero técnicamente es factible que se hagan allí un par de subsuelos; si afecta o no dependerá de dónde comience el nivel de cocheras. El suelo no tiene ningún problema, se pueden dejar núcleos donde no se tocan los árboles. Obviamente que todo no se podrá salvar, debe ser un proyecto que tendrá sus pro y sus contras y que lo deben haber analizado”. La experta de la UNR, quien trabajó en la construcción del anexo de la Bolsa de Comercio que tiene cuatro subsuelos de cocheras, agregó que “no es un problema de suelo sino que se presentan otros problemas: los ecológicos, el diseño del tránsito, cómo puede afectar en lo urbano, en la accesibilidad, cómo puede afectar a los servicios que deberán reubicarse; con los antecedentes que hay, se puede hacer”.

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