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Dictaron preventiva para femicida y a quien actuó como encubridor

Raúl Devías, presunto asesino, descartó el cuerpo con la colaboración de un vecino. Dejaron el cadaver de la mujer envuelto en frazadas en la calle. El juez señaló que se daba entre el acusado y la víctima una “relación de poder basada en la sumisión”, en un “contexto de violencia de género"


La pareja y el hombre que ayudó a descartar el cuerpo de María Lourdes Arangio, la mujer de 32 años cuyo cadáver fue encontrado en junio envuelto en frazadas en el barrio porteño de Colegiales, fueron procesados con prisión preventiva por “femicidio” y “encubrimiento”, respectivamente, informaron este viernes fuentes judiciales.

Así lo dispuso el juez en lo Criminal y Correcional 26 de Capital Federal, Damián Kirszenbaum, quien consideró que existen pruebas suficientes para procesar a Raúl Antonio Devías, de 50 años, alias “el Gitano”, por el delito de “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra su pareja y por haber mediado violencia de género”, en calidad de autor.

En tanto, el segundo detenido, Gabriel Fernando Massara, de 50 años, un vecino que se entregó a la policía por haber sido la persona que ayudó a sacar el cuerpo de Arangio desde la casa de Devías hasta la calle, también fue procesado con prisión preventiva por el delito de “encubrimiento agravado”.

Según los informantes, ni Massara ni Devías, quienes continuarán presos en el penal de Ezeiza, tenían antecedentes en el fuero penal.

Al dictar el procesamiento de Devías, el juez Kirszenbaum señaló que se daba entre el acusado y la víctima una “relación de poder basada en la sumisión”, en un “contexto de violencia de género”.

Kirszenbaum destacó que “el Gitano” tenía con Lourdes una “relación de poder basada principalmente en su adicción a las drogas, las cuales éste le proveía cuando la acogía en su casa” y que esa circunstancia le impedía a la víctima abandonar al imputado y “salir del contexto de violencia en el cual se hallaba”.

En este marco, el magistrado mencionó la presencia en el vínculo de “violencia física y psicológica” y que incluso Devías amenazaba “de muerte” a Arangio o le decía que iba a secuestrar o a entregar a alguna de sus hijas “a una red de trata de personas”.

Un testigo clave de la causa es un vecino y amigo de la víctima de nacionalidad brasileña que declaró que Lourdes le dijo en varias oportunidades que Devías le pegaba, la retenía en la casa y la amenazaba, e incluso aportó capturas de pantallas en las que la mujer le decía vía chat que si llegaba a desaparecer el responsable iba a ser “el Gitano”.

Según otro testigo, cuando Devías salió a su encuentro, Arangio se le paró enfrente y le dijo: “Yo te dije mi nombre y apellido, si llego a desaparecer vos sabés mi nombre”.

Respecto a Massara, en la causa hay incorporados una serie de mensajes de audio en los que el propio imputado confiesa a un allegado que él sacó el cadáver a la calle, pero que lo hizo para que Devías “no mate a más mujeres”.

El crimen se descubrió el 18 de junio a la mañana, cuando un vecino llamó a la línea 911 para reportar la presencia de un bulto de grandes dimensiones, envuelto con dos frazadas entre dos autos estacionados, en Céspedes al 2900, en el barrio de Colegiales.

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