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Dicen que dicen que dijo

Luego de que un diario porteño publicara en tapa su renuncia a la candidatura presidencial, el senador Reutemann volvió a refutar las interpretaciones sobre sus dichos. No es la primera vez que le pasa.

Parece que el hombre que hacía gala de sus silencios se está complicando con las palabras. Ya nadie entiende lo que quiere decir y todos dicen lo que él dice que no dijo. ¿Una conspiración? ¿Una red de malinterpretadores? ¿O problemas para comunicar algo diferente al silencio?

Corría el año 2003 y el Lole se excusaba de aceptar la candidatura presidencial porque había visto “cosas raras” que tal vez se irían a la tumba con él. Con el paso de los años esas cosas raras desparecieron súbitamente, para pasar a ser inventos del periodismo, mitos, creaciones urbanas.

En febrero de este año, con Néstor recauchutándose la carótida en un sanatorio, a la vuelta de un largo viaje, dijo que había que estar contentos si “los Kirchner no se robaban la Casa Rosada”. A los pocos días salió a decir que los dichos eran para Moyano, que hasta donde se sabe no trasladó la CGT a Casa de Gobierno.

La última fue el domingo, cuando el diario La Nación publicó en tapa, como título más importante, que  “Reutemann decidió que no será candidato a presidente”, con explicaciones del periodista Morales Solá, donde publica textualmente las palabras del Lole: “No me engancho con la candidatura. No la siento. Ésa es la verdad. Y yo siempre me dejo llevar por mi intuición. Nunca voy contra ella”.

Sin embargo, ayer nomás el mismo Reutemann salió a decir en el portal Sin Mordaza que “Morales Solá (Joaquín) interpretó a su manera mis declaraciones en off y armaron la tapa. No pienso salir a aclarar nada”, aclaró, para luego agregar que “recién a fin de año” tomará la decisión de ser o no candidato.

Desde el reutemismo salieron a pegarle a Morales Solá. Para el diputado nacional Carlos Carranza el periodista hizo “una asociación libre de ideas sueltas y una suerte de mensaje apocalíptico, que forma parte de una fina operación del mismo ex presidente”. “Cuando Reutemann quiere decir algo lo dice –agregó Carranza–. No lo manda a decir por nadie, y hasta que no salga de su boca qué va a ser de su futuro ningún periodista puede interpretar metamensajes que a veces sólo generan mayor confusión”.

“No lo entienden”.

“Hay muchos que no entienden la forma de interpretar la política que tiene Reutemann”, dijo ayer el senador provincial y ex ministro de Hacienda del Lole Juan Carlos Mercier, cuando la prensa lo consultó sobre el tema. “Reutemann presidente más que un proyecto político es un proyecto de vida. Pero como todo proyecto de vida debe ser alimentado permanentemente para que se logre. Pero para que se concrete falta mucho tiempo”, remató.

Puede ser que Reutemann se encuentre siempre con malos intérpretes de su discurso, pero lo cierto es que de las últimas tres veces que el Lole abrió la boca, en dos terminó desmintiendo sus propios dichos. En la otra se desbocó y de alguna manera hizo un anticipo de lo que publicó Morales Solá, cuando pidió “que se metan la candidatura en el culo”, aunque como viene la mano no sería raro que dentro de un tiempo diga que no dijo culo sino rulo.

Por mucho tiempo los analistas políticos se llenaban la boca hablando de los silencios de Reutemann, del manejo de los tiempos y su sentido de la oportunidad. A juzgar por las últimas declaraciones, puestas ahora en zonas confusas de doble interpretación, parece que el Lole está queriendo salir de aquel lugar donde cabían todas las palabras que la gente quisiera imaginar, para entrar en una etapa donde intenta llenar los espacios con algún contenido altisonante. Por ahora bien no le ha ido. Los silencios cada uno los interpreta como quiere, pero nadie puede adjudicar esas interpretaciones al que sólo calla. Con las palabras ocurre lo contrario. Reutemann debe saber que las palabras se las adjudican al que las pronuncia.

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