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Diálisis peritoneal, menos invasiva y más eficaz

En el Centro de Hemodiálisis de un sanatorio de Rosario llevan once años trabajando por la difusión de esta modalidad y la mejora en la calidad de vida de pacientes que padecen insuficiencia renal.

La importancia de la calidad de vida de un enfermo repercute tanto en la persona como en su entorno. Aquellos que padecen insuficiencia renal se enfrentan a las dos conocidas opciones: la hemodiálisis o el transplante de riñón. Sin embargo, desde hace 11 años en Rosario existe otra opción, una tercera que es efectiva y menos invasiva que la primera: se denomina diálisis peritoneal (DP). La misma consiste en el tratamiento domiciliario del paciente, en sesiones de tan sólo 20 minutos, entre tres y cuatro veces al día. Hasta el momento, sólo hay un 4 por ciento de dializados utilizando esta vía, es decir, entre 800 y 900 pacientes, mientras que a la vieja usanza, la hemodiálisis (que requiere de una internación de cuatro horas día por medio) tiene unos 20 mil pacientes. “En el país se necesita profundizar la capacitación médica de la DP”, señaló a El Ciudadano el médico Antonio Molina Rojas, jefe del Instituto de Hemodiálisis del Sanatorio de la Mujer.

Por el momento las grandes ciudades del país como Córdoba, Capital Federal, Santa Fe, Rosario, Bariloche y Resistencia son las que trabajan con esta terapia, que no es nueva en el país, pero sí poco difundida y mucho más eficaz.

“El programa de diálisis peritoneal que estamos llevando a cabo es exitoso, pero la inserción de DP en Argentina es muy baja porque hay poca difusión. Aún muchos pacientes siguen viajando a Buenos Aires cuando en realidad éste es el único centro que trabaja en Rosario desde hace 11 años y recibe pacientes de toda la región”, señaló Molina Rojas a este medio.

Cada paciente de insuficiencia renal tiene tres posibilidades de seguir con su vida: la hemodiálisis –el método más conocido para este tratamiento–, la diálisis peritoneal y el transplante.

“Esta es una terapia complementaria al tratamiento, no compite con ninguna otra y es necesario que el paciente sepa cuáles son sus opciones a la hora de comenzar su cura”, dijo Molina Rojas.

—¿En qué consiste esta modalidad de tratamiento?

—La diálisis peritoneal se realiza en el domicilio del paciente, con autocuidado. Se coloca un catéter en la cavidad abdominal, se le enseña al paciente sobre el cuidado de ese catéter (por donde entrara el líquido que oficializará de purificador) y la diferencia radica, fundamentalmente, en que el tratamiento es domiciliario, de unos 20 minutos 4 veces al día, en vez de internarse por 4 horas tres veces por semana. Claro que el ambiente donde se debe realizar este tratamiento debe contar con condiciones de higiene específica, sobre todo evitar la corriente de aire.

—Este tratamiento debe tener también un aporte psicológico importante, dado que el paciente no interrumpe su vida diaria con un tratamiento tan invasivo como la hemodiálisis.

—Hay un avance importantísimo en ese aspecto. Hay que señalar que los pacientes se adaptan perfectamente al tratamiento y psicológicamente, al no depender de una institución médica, de una internación, al estar en la comodidad de su casa, es muy importante para la calida de vida del paciente, sobre todo aquél que tiene muchas actividades al día y de esta manera no las interrumpe.

—¿En qué consiste el Home Choice?

—Es una variante menos invasiva aún: previo entrenamiento del paciente, el aparato se conecta a las 10 de la noche y se desconecta a las 8 de la mañana, así, mientras duerme, se realiza la diálisis, sin alterar un minuto de su vida diurna.

—¿A qué se debe la falta de difusión de esta modalidad de tratamiento?

—En Argentina, desde su inicio, fue el tratamiento de hemodiálisis. En casi todos los países de Latinoamérica tienen un 60 y 70 por ciento de pacientes en diálisis peritoneal, pero en Argentina sólo tenemos el 4 por ciento, esto tiene que ver con muchos aspectos en cuanto a la formación de los médicos.

—¿No se dicta en la carrera?

—Diálisis peritoneal no existe en la formación curricular del nefrólogo, y eso es preocupante. Nosotros también somos un centro formador y somos únicos en la ciudad. Lo confieso, esto es un déficit nefrológico. Por lo menos ya existen cursos y capacitación sobre diálisis peritoneal, es un proceso largo, pero vamos por el buen camino.

—¿Las obras sociales reconocen el tratamiento?

—Absolutamente.

—¿Paralelamente, cómo se siente al sostener el primer centro que realiza una terapia que mejora altamente la calidad de vida?

—Soy conciente y feliz de decir que la dedicación no comprende sólo las horas que estoy en el centro, sino también interrumpir mi vida personal para atender la necesidad de un paciente. Hay una coincidencia, en cada fiesta de cumpleaños suena el teléfono por una emergencia. Tengo una responsabilidad con un grupo de personas que confían en mí y si bien todos tenemos falencias y nos cansamos de estar trabajando todo el día, nunca me canso de sentarme frente al paciente y darle el apoyo necesario. Mi personalidad es maleable en cuanto a lo que requieren los pacientes, es el compromiso que asumí con mi carrera, con los pacientes, tengo muy buena predisposición y doy lo mejor de mí para ellos.

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