Sociedad

Naturaleza muerta

Día Mundial de los Humedales: llamado a poner límites a la degradación

El desarrollo de megaurbanizaciones y el avance sin control de la agricultura y ganadería intensivas continúan siendo “grandes amenazas” para los humedales argentinos, ecosistemas claves para mitigar la crisis climática que aún no cuentan con una ley que los proteja


El desarrollo de megaurbanizaciones y el avance sin control de la agricultura y ganadería intensivas continúan siendo “grandes amenazas” para los humedales argentinos, ecosistemas claves para mitigar la crisis climática que aún no cuentan con una ley que los proteja.

Así lo advirtió Marta Andelman, coordinadora de comunicación de Fundación Humedales, y remarcó que la Argentina tenía más de la quinta parte de su superficie salpicada con estos ecosistemas de enorme biodiversidad, muchos de los cuales ahora no son más que zonas donde la vida ha sido exterminada y contaminadas.

“En Argentina el 22 por ciento del territorio estaba originalmente ocupado por humedales, muchos de los cuales se han perdido o están en proceso de degradación por el uso del suelo y la sobreexplotación de recursos naturales”, sostuvo Andelman con motivo del Día Mundial de los Humedales, que se conmemoró al cumplirse un nuevo aniversario del Convenio Ramsar, el acuerdo mundial sobre los humedales firmado en esa ciudad de Irán el 2 de febrero de 1971.

Paradójicamente, fue después de esa fecha –la Argentina es firmante del acuerdo– es cuando más se deterioraron las condiciones de conservación, especialmente desde que el país se abrió a la soja transgénica (1996).

Poco antes, en Santa Fe, la gobernación de Carlos Reutemann instaló una serie de canales en la porción de la provincia de los Bajos Submeridionales, prácticamente destruyendo el mayor los reservorios que tenía la provincia para ganar tierras para cultivo que al poco tiempo resultaron estériles.

Los humedales son áreas que permanecen en condiciones de inundación o, por lo menos, con su suelo cubierto por agua (de origen fluvial, marino, pluvial o subterráneo) durante periodos de tiempo considerables que amortiguan las inundaciones y las sequías, actuando como esponjas y reservorios.

“Los servicios ecosistémicos que brindan son fundamentales para la adaptación al cambio climático –advirtió Andelman– ya que protegen las costas de los fenómenos meteorológicos extremos y constituyen barreras contra la subida del nivel del mar y los impactos de las tormentas”.

Además, remarcó que “proveen agua potable y regulan los efectos del cambio climático global, almacenando grandes cantidades de carbono”.

En ese sentido, destacó que según la Convención de Ramsar, cuyo objetivo es la conservación y uso racional de humedales, desde 1970 se perdió el 35 por ciento de los humedales de todo el planeta, a una velocidad que supera tres veces la pérdida de bosques”.

Y en Argentina las grandes amenazas son su transformación para el uso de distintas actividades productivas y emprendimientos como desarrollo de infraestructura.

“Se drenan los humedales, se rellenan para elevar el terreno y construir megaurbanizaciones como countries y barrios náuticos como los de Escobar, Tigre y la cuenca del río Luján, que provocan inundaciones en áreas aledañas con los impactos sociales, ambientales y económicos que eso implica”, denunció la bióloga.

También se refirió a los cambios en el uso de la tierra para agricultura y ganadería intensiva “ya que se desarrollan diques y terraplenes para que el agua no entre en estas zonas productivas inundando campos vecinos e impactando en el equilibrio ecológico del humedal”.

Precisamente eso es lo que ocurrió –y aún ocurre– en la zona de islas frente a Rosario, un ecosistema único –el Alto Delta– en el que se llegó a sembrar soja tras desmontes de selvas de galería por fuego.

“El delta del Paraná, segundo en importancia en Sudamérica después del Amazonas, se encuentra endicado en un 14 por ciento”, graficó la experta.

Por último, consultado por la ley de Humedales, Andelman recordó que se presentó dos veces: “Tuvo media sanción en diputados pero nunca prosperó por los obstáculos que pusieron los agronegocios, temiendo que impidiera desarrollos agrícolas y ganaderos”, explicó.

“Es importante –concluyó Andelman– poner un límite a la degradación que sufren los humedales y definir qué actividades se pueden hacer en esos ambientes y cuáles no. Por eso es fundamental una ley que establezca limitación de desarrollos urbanos, agropecuarios, industriales y vuelcos de desechos en humedales y áreas adyacentes”.

Desde el agua para defender el agua

Detener el volcado de residuos a los ríos, impedir que nuevos emprendimientos privaticen el acceso a la costa y exigir un inventario de humedales son algunos reclamos que organizaciones ambientales lanzaron en el marco del Día Internacional de los Humedales con una caravana náutica en Gualeguaychú, Entre Ríos.

Organizadas desde una década y media atrás para resistir la instalación de megaplantas papeleras sobre el río Uruguay, la asamblea y las organizaciones ambientalistas completaron una caravana náutica para visibilizar su reclamo por la protección “de uno de los ecosistemas más necesarios para la vida”.

“Los humedales almacenan agua de lluvia, frenan las crecidas abruptas de los ríos y amortiguan inundaciones y sequías”, indicaron en un comunicado.

Además, señalaron que “retienen las lluvias y actúan como una esponja que libera el agua lentamente. Por eso es tan importante dejar de construir sobre el valle de inundación”.

Entre las actividades que destruyen los humedales en Entre Ríos, las organizaciones ambientales detallaron “la contaminación por agrotóxicos, efluentes industriales y cloacales, la invasión inmobiliaria de consumo suntuario (clubes privados y barrios cerrados) y la extracción de arenas para fracking”.

En ese contexto, remarcaron que “hace 8 años junto a organizaciones de afectados por inundaciones, universidades, científicos y distintas fuerzas políticas intentan lograr una ley de protección de humedales que fracasa frente al poder económico de las cámaras inmobiliarias, sectores dominantes de la agroindustria, empresas forestales y arroceras”.

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