Policiales

Nueva fuga de película

Detuvieron a una mujer sospechada de facilitar la evasión de su pareja de la cárcel de Piñero

Carlos D'Angelo purga una condena a 23 años por el crimen de Edgardo Giménez en 2014. Él, y otro preso, desaparecieron este lunes de la unidad de Piñero. En un allanamiento al departamento de Joana C. encontraron ropa de los evadidos, que ya habían escapado hace dos años durante un traslado


Dos reclusos se fugaron este lunes de la Unidad Penal 11 de Piñero durante una visita. Este escape es un escándalo no sólo porque es la segunda vez que estos dos internos logran evadirse sino también porque investigan si los familiares los sacaron dentro de unos carritos que se usan para llevar paquetes dentro de la cárcel y tuvieron que pasar al menos cuatro puertas controladas sin que ningún penitenciario advirtiera que estaban más cargados que cuando habían entrado. La visita terminó a las 17 de este lunes y la ausencia de los presos se notó a las horas cuando hicieron el recuento. La autoridades del Servicio Penitenciario informaron que abrieron 15 sumarios administrativos, que incluido al director del penal de Piñero.

En cuanto a la pesquisa por el escape, cerca de las 23 de este lunes el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), de Asuntos Internos y el Grupo Táctico hizo cuatro allanamientos. Uno fue en el departamento de la pareja de uno de los evadidos, ubicado en Alice al 5000, de barrio Municipal en la zona sur, quien quedó detenida sospechada de favorecimiento doloso de evasión y tendrá la audiencia imputativa el próximo viernes, informaron voceros judiciales.

Uno de los prófugos fue identificado como Carlos Andrés D`Angelo, condenado a 23 años de prisión por el crimen del comerciante Edgardo Giménez cometido el 30 de octubre de 2014 en el negocio La Casa de la Porcelana, de la vecina localidad de Granadero Baigorria. Este lunes por la noche, apenas se enteraron los padres y la hermana de la víctima estuvieron en la sede de Casa de Gobierno de Rosario, en Santa Fe al 1900, para reclamar y manifestar su dolor por esta nueva fuga de uno de los condenados por el crimen de Edgardo.

Dos fugas increíbles de la cárcel de Piñero protagonizadas por el asesino de un comerciante

El otro evadido es Hugo Peralta, quien purga una condena a 20 años y 2 meses de prisión por los delitos de amenazas calificadas, robo simple y robo calificado por el uso de arma de fuego. D`Angelo (34) y Peralta (40) ya habían protagonizado otra fuga hace dos años, cuando junto siete internos escaparon de un minibús del Servicio Penitenciario (SP), en momentos en que se trasladaban entre el kilómetro 3 y 5 de la autopista Rosario-Santa Fe.

La última fuga: en carrito

Este lunes a las 17, los familiares de los reclusos se retiraron de Piñero. Alrededor de las 20, cuando el personal penitenciario hizo el recuento se encontraron con que faltaban dos reclusos: Peralta y D`Angelo. La investigación del escape quedó a cargo de los fiscales de Flagrancia Franco Carbone y de Homicidios Dolosos Georgina Pairola, quienes ordenaron medidas al personal de Asuntos Internos, Grupos Tácticos y de la AIC.

Los pesquisas advirtieron que una cámara del estacionamiento del penal tomó la salida de dos mujeres, que acarrearon un carrito y lo dejaron frente al baúl de un auto. Como por arte de magia, las siluetas se multiplicaron y se subieron al vehículo y se fueron. Pasadas las 23 y con los indicios recabados, los fiscales solicitaron cuatro allanamientos.

Uno fue en el barrio Municipal, en el departamento de Joana C., de 32 años y pareja de D`Angelo, ubicado en Alice al 5000, donde encontraron el famoso carrito y ropas que coinciden con las que llevaban los reclusos dentro del penal. La mujer quedó detenida y será imputada este viernes por el delito de facilitamiento de evasión ya que la sindican como una de las que trasladó a uno de los presos fuera de la cárcel, adelantaron voceros judiciales para agregar que el celular que le incautaron fue enviado a peritaje.

Tras conocerse la manera en la que abandonaron la Unidad Penitenciaria 11, el subsecretario de Asuntos Penitenciarios provincial, Jorge Bortolozzi, manifestó sentirse “consternado y avergonzado por el bajo nivel de conocimiento y de contracción al trabajo” de los empleados del establecimiento penal.

“Nadie los requisó. Es imposible fugarse salvo que se haga la vista gorda, haya connivencia y mala praxis”, consideró el funcionario sobre la fuga.

Por su parte, los fiscales Carbone y Pairola, analizaban la evidencia y la posibilidad de detener a agentes del Servicio Penitenciario por el posible delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público y favorecimiento de la evasión. A su vez, las autoridades iniciaron 15 sumarios administrativos que incluye al director de la cárcel de Piñero.

Ambos son buscados en distintos operativos que se realizan por estas horas en el Departamento Rosario y la región.

Especialistas en escapes

D’Angelo y Peralta no es la primera vez que se escapan del un lugar de encierro. El 8 de mayo de 2019, fueron parte del contingente de nueve privados de libertad que consiguió salir de un minibús del Servicio Penitenciario entre el kilómetro 3 y 5 de la autopista Rosario-Santa Fe cuando eran trasladados desde Rosario a la cárcel de Coronda luego de haber mantenido un encuentro con familiares.

Esa fuga fue al mediodía. Fue después de un alboroto desatado en el vehículo oficial y la detención del mismo en la banquina de la ruta. De los 13 presos, nueve se fugaron.

A todos los recapturaron. Peralta, evadido este lunes de Piñero, fue el último hallado. El otro, D’Angelo, fue atrapado en la ciudad bonaerense de Avellaneda 21 días después de escapar de la combi penitenciaria.

Cayó el último de los prófugos por la evasión en la autopista Rosario-Santa Fe

Dolor de los familiares de la víctima

Los padres y la hermana de Edgardo Giménez, el comerciante asesinado en 2014, crimen por el cual cumplía condena el evadido D’Angelo, apenas se enteraron de su fuga iniciaron una protesta frente a la sede de Gobernación en Rosario. Al dolor por la pérdida de su afecto le sumaron el enojo por lo que, sospechan, fue una complicidad de personal penitenciario en el escape.

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