Rosario, domingo 14 de diciembre de 2025
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Rosario, domingo 14 de diciembre de 2025

Detuvieron a ex convicto que como abogado hacía de correo a 15 narcos pesados detenidos, varios vinculados a Rosario

Tiene 52 años, vivía en la porteña Villa 31 y utilizaba las visitas como letrado para triangular comunicaciones con el exterior amparado en la confidencialidad de la relación con sus clientes. Así sorteaban el estricto régimen de "alto riesgo" en los penales de Ezeiza y Marcos Paz
Detuvieron a ex convicto que como abogado hacía de correo a 15 narcos pesados detenidos, varios vinculados a Rosario

Tras una investigación federal, quedó detenido Iván Carlos Méndez. Tiene 52 años, estuvo preso y se recibió de abogado en el penal de Devoto. Aprovechaba ese título para mantener reuniones privadas con 15 presos de alto perfil por narcotráfico. Y utilizaba esos encuentros para hacerles de «correo» con el exterior. El hombre no exponía una situación económica holgada: vivía en la porteña Villa 31 y se movilizaba en un auto prestado por uno de sus clientes para que no fuera a visitarlo a la cárcel en colectivo. Varios de sus «defendidos» son protagonistas de la trama narco de Rosario.

La acusación contra Méndez es la de integrar una asociación ilícita destinada a sostener el patrimonio ilícito y las actividades de actores centrales de organizaciones narcocriminales. Todos, presos de alto perfil detenidos en los penales federales de Ezeiza y Marcos Paz.

La causa se inició por tareas de inteligencia desplegadas por el Servicio Penitenciario Federal (SPF). Los encargados de la investigación son los fiscales de la Oficina de Narcocriminalidad del Área de Investigación y Litigio de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Rosario, También interviene el Fiscal Federal a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).

Recibido tras las rejas

El detenido ya había estado preso dos veces, por delitos vinculados al narcotráfico. Se recibió de abogado en el Centro Universitario de la cárcel de Devoto. Y con ese título, sorteaba las restricciones del Sistema de Alto Riesgo en base a la confidencialidad entre cliente y representante legal.

Así, aprovechaba para retransmitir comunicaciones de los reclusos con allegados en el exterior. Según la investigación, de esa manera colaboraba con la comisión de diferentes ilícitos, como cobros de dinero y blanqueo de ganancias narco.

Varios clientes vinculados a Rosario: el Peruano, el Pollo, Pupito, Fran y el hijo de El Pájaro

Méndez vivía en un departamento en plena Villa 31. Se lo había facilitado César Morán de la Cruz, conocido como “El Loco César”, quien detrás de las rejas maneja el negocio de la droga en ese populoso barrio Padre Carlos Mugica.

El abogado manejaba un Ford Mondeo también prestado. Se lo había facilitado el peruano Julio Andrés Rodríguez Granthon, preso con condena de 21 años por organizar una red de tráfico con epicentro en Rosario. No quería que siguiera yendo a verlo en colectivo.

Rodríguez Granthon no era el único «cliente» de alto perfil de Méndez vinculado a Rosario. También estaba Uriel Luciano Cantero, hijo del asesinado líder de Los Monos Claudio «El Pájaro» Cantero.  El que fue condenado por festejar la Navidad de 2021 a los tiros, desde una terraza. Y que posó con armas de alto poder junto al trapero Zaramay en fotos que se viralizaron.

Otro era Cristian Nicolás Avalle. Conocido como «Pupito», es un referente de Los Monos en Villa Gobernador Gálvez y fue sentenciado a prisión perpetua por 27 causas que incluyen homicidios, extorsiones y balaceras.

Hay más. Defendido de Méndez también era Leandro «Pollo» Vinardi, uno de los jefes de la barra brava de Newell’s, vinculado a los Cantero y acusado, entre otras cosas, por extorsionar e intimidar al presidente del club, Ignacio Astore y de instigar un ataque a piedrazos al Hospital Privado Rosario en noviembre de 2022, donde trabaja el dirigente deportivo.

Otro cliente era Francisco Ezequiel «Fran» Riquelme, acusado de liderar una violenta banda narco ligada a Esteban Alvarado y enfrentada a Los Monos, que operaba en los barrios Ludueña y Empalme Graneros.

Título habilitante

Los fiscales de la Procunar Matías Scilabra, Matías Mené y Diego Iglesias abundaron sobre la operatoria de Méndez. Describieron su verdadero papel, que no remitía a sus habilidades como letrado sino a lo que ese carácter le facilitaba. «Con todos ellos Méndez habla prácticamente a diario y les facilita un servicio rentado que permite eludir las restricciones que les ha impuesto el Servicio Penitenciario Federal».

Los fiscales agregaron aunque Méndez «logra acceso a los capos haciéndose nombrar como abogado defensor, su labor como tal en los expedientes contra sus clientes es escasa sino directamente nula. Su verdadera función es la de mandadero».

El operativo que terminó con la detención del abogado incluyó requisas a sus clientes en sus celdas de Ezeiza y Marcos Paz. Se trata de reclusos bajo el Sistema Integral de Gestión para Personas Privada de Libertad de Alto Riesgo, creado por el decreto 35/2024 del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Esos presos pasan 20 horas al día en sus celdas, tienen llamadas telefónicas limitadas y solo a números previamente registrados. Por eso Méndez, con sus visitas, era un artilugio para sortear ese régimen y habilitar las comunicaciones con el exterior.

Otros internos con quienes Méndez mantenía contacto son Evelio Horacio Ramallo, Martín Eduardo Lanatta, Francisco Rodríguez Villarreal, Jorge Adalid Granier Ruiz, el «Rey de la efedrina» Delfín Zacarías, José Uriburu y Pablo Nicolás Camino. Todos ellos, bajo el Sistema de Alto Riesgo.