Últimas

Crónicas de cuarentena

Detrás del árbol, el bosque viral sigue agazapado en las sombras de una noche larga

Si bien las autoridades han abierto una puerta para disfrutar de los meses vacacionales, el cálido abrazo de los aires veraniegos no debería hacernos olvidar el mortal acecho de un virus que aún está lejos de la extinción. Ahora todo corre por nuestra cuenta

Foto: Telam

Elisa Bearzotti

Especial para El Ciudadano

Se acerca el cierre de un año de alto impacto. En las redes ya comenzaron a circular los memes que aluden a una pronta despedida del 2020, soñando que la metáfora del fin implique cambios reales, un mejor pronóstico y buena ventura para los meses venideros. Incluso una bodega muy conocida se animó a lanzar una edición especial de un champagne que apela, con humor, al recurso de brindar por este 2020 dedicándole los insultos que se merece. De nada sirve recordar que el año pasado a estas alturas estábamos comenzando a preparar el siempre complicado cronograma de fiestas navideñas, y soñando con las merecidas vacaciones. Hoy por hoy son demasiadas las preguntas sin respuestas, y la incertidumbre cotidiana nos obliga a dejar de lado los planes para vivir un presente continuo que obstaculiza incluso avanzar en las decisiones más simples.

La consecuencia es que cuesta un poco enfocarse en estos momentos. El alma cruje arrastrada por noticias disímiles y contradictorias: el cerramiento de fronteras en Europa refuta la apertura de sitios vacacionales en Argentina. No logro imaginarme la realidad aferrada a la falacia segregacionista que postulan quienes piensan que basta cerrar una ventana para mantenerse a salvo de… casi todo. El mundo interdependiente de hoy ha sabido demostrar de modo suficiente cuánto se impactan mutuamente las acciones (incluso aisladas) de cualquier habitante del planeta. Por eso, el cálido abrazo de los aires veraniegos no debería hacernos olvidar el mortal acecho de un virus que aún está lejos de la extinción.

Si bien, por fortuna, en nuestro país el número de casos está bajando, y los operadores turísticos claman por abrir la temporada veraniega, los 1.330.000 contagios y más de 36.000 víctimas fatales registradas hasta el momento obligan a extremar las precauciones que implica la circulación de personas a lo largo y ancho del territorio nacional.

En este sentido, las autoridades se están afanando por armar protocolos que garanticen un mínimo de cuidados y lleven algo de oxígeno al sufrido sector turístico. Hace unos días, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, anunció cómo será la próxima temporada en la costa atlántica, que incluirá estrictos protocolos en los alojamientos, la clausura de la temporada teatral en espacios cerrados (al menos hasta el momento) y la utilización de la aplicación “Cuidar Verano”, donde se cargará el número de pasajeros, el lugar de hospedaje y la fecha, para evitar aglomeraciones. A partir de ahí habrá que esperar que se otorgue la autorización para circular. Los permisos para los turistas en general comenzarán el 1° de diciembre y se extenderán hasta el 4 de abril, es decir hasta el final de Semana Santa. Si bien no se pedirá un hisopado negativo a la hora de ingresar a la costa, se realizarán pruebas de temperatura y olfato, lo cual, en principio obligará a ralentizar la ya usualmente insoportable fila de autos que pretende acceder a los municipios costeros en temporada alta.

Tras el lanzamiento de la temporada estival bonaerense, el resto de las provincias avanza en el mismo sentido: muchos controles, estrictos protocolos y refuerzo de los sistemas sanitarios para evitar desbordes en caso de rebrotes, que se verán apoyados por un fuerte trabajo de capacitación para todos los sectores involucrados: establecimientos gastronómicos y alojamientos, prestadores, agencias de viajes, balnearios, y organismos locales de turismo.

En cuanto a los medios de transporte, Pablo Ceriani, titular de Aerolíneas Argentinas indicó que “es importante para la empresa y para el país seguir dando pasos hacia la normalización de la actividad”. Por lo tanto, desde el 22 de octubre, la aerolínea de bandera ha retomado su operación de vuelos domésticos con partidas diarias a los principales aeropuertos del país, y desde el 17 de noviembre comenzó a atender sus partidas internacionales desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Los requisitos que solicita cada destino de cabotaje e internacional para abordar el avión han sido publicados en la página web de la aerolínea. La mayoría de los lugares exigen certificados de circulación y un testeo de coronavirus tipo PCR. Algunas jurisdicciones requieren un permiso provincial especial.

Debido a todas las medidas necesarias para conformar los protocolos sanitarios, es esperable que los costos de los servicios crezcan. Para afrontar esta contingencia, el gobierno lanzó el plan PreViaje, que permite recibir un reintegro del 50% de lo que se haya gastado a modo de crédito. “Por cada compra que se haga y se presente el comprobante correspondiente, los usuarios recibirán el 50% de lo gastado a modo de crédito para realizar más compras en el sector turístico desde la fecha del viaje hasta el 31 de diciembre de 2021”, señalaron desde el Ministerio de Turismo. Después de la compra hay 30 días para completar un formulario y cargar los comprobantes.

A contrapelo de la afirmación popular, yo creo que las rutinas nos salvan. Y en este caso, la posibilidad ínfima de recuperar hábitos que nos hacían felices, puede actuar como remanso y placebo de una cuasi normalidad. Sin embargo, el virus, que parece haber decrecido en ferocidad, se encuentra acurrucado, siempre a tiempo de alargar sus garras y pegar el arañazo final. Si bien, con vigilante prudencia, las autoridades han optado por abrir una puerta, el resto corre por nuestra cuenta. Ojalá no nos equivoquemos. Ojalá el agotamiento, las imposibilidades, el hartazgo, no nos tapen el bosque viral agazapado en las sombras. Ojalá la brisa cálida de las jornadas veraniegas no nos haga olvidar que esta noche tan larga aún no ha terminado.

Comentarios