Una buen rato de placer en compañía de un par de damas era la expectativa de don Gervasio para la fría tarde del jueves pasado en su casa de barrio Fisherton Sur, pero algo salió mal: su yerno se sorprendió al llegar a la vivienda y ver salir a las chicas, apuradas, y al ingresar se topó con el hombre fuera de combate. El jubilado, de 81 años, estaba dormido, al parecer por algún somnífero que le brindaron sus visitantes, y le faltaban unos buenos pesos, además de un arma de fuego.
El relato de voceros de la investigación, a cargo de la Fiscalía de Flagrancia, es clásico del rubro delictivo que describe a las viudas negras. Don Gervasio las hizo ingresar a su casa de la zona oeste y lo que aparecía como promesa de una tarde inolvidable se convirtió para el hombre de 81 años en pesadilla.
De acuerdo con los dichos de su yerno, Gabriel, a los policías del Comando Radioeléctrico que llegaron hasta esa vivienda ubicada en la zona de Donado y San Lorenzo, poco antes de las 20 de anteayer arribó allí en busca de don Gervasio pero, al llegar, se sorprendió al ver salir apuradas a dos muchachas.
Según dejó asentado Gabriel más tarde en la subcomisaría 22ª, cuyo personal colabora en la pesquisa de la Fiscalía, ingresó intrigado a la vivienda y halló a su suegro tendido sobre la cama, desnudo y dormido.
El yerno de don Gervasio describió que tras un rato logró despertar a la víctima, quien más tarde detectó que estas chicas le habían llevado un buen botín compuesto, siempre según la denuncia, por 740 dólares, 4 mil pesos y también una pistola 9 milímetros.
Voceros del caso dijeron que al parecer estas muchachas se las ingeniaron para que el jubilado ingiriera un somnífero que lo dejó fuera de combate, incluso antes de haber iniciado actividad sexual alguna.
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