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Después del canje, al Club

El secretario de Finanzas de la Nación, Hernán Lorenzino, reveló que el gobierno nacional le hará una oferta al Club de París, el último gran acreedor “institucional” del país. Se le deben u$s 6.706 millones.

A desendeudar. El secretario de Finanzas del Ministerio de Economía de la Nación, Hernán Lorenzino, reveló ayer que el gobierno espera lanzar el nuevo canje de deuda en default “antes de fin de mes” y dejó entrever que tras esa operación habría una oferta para el Club de París, el último acreedor “institucional” del país –en rigor es la suma de deudas menores con Alemania, Japón, Francia, España y otros países– que reclama unos 6.700 millones de dólares. “En este momento estamos muy enfocados en la transacción de los holdouts. Imagino que la hoja de ruta seguirá con una propuesta para el Club de París. Pero hoy la prioridad es el canje, los mercados están mirando eso”, dijo Lorenzino.

La deuda con el Club de París es vista –o al menos lo era hasta la fallida creación del Fondo del Bicentenario por parte del gobierno nacional– como una de las grandes trabas que tenía la Argentina para lograr financiamiento externo –público o privado– a tasas no “ruinosas”. Su cancelación en cuotas fue anunciada por la presidenta Cristina Fernández en septiembre de 2008, cuando consultoras internacionales y calificadoras de riesgo advertían sobre un posible nuevo default del país.

En cambio, lo que sobrevino –y postergó cualquier discusión sobre las cuotas del Club– fue la crisis internacional, que significó un barajar y dar de nuevo en la economía internacional. Tal fue el temor que hasta los países más ricos del planeta aceptaron desplazar al exclusivo G-8 como principal foro económico y poner en su lugar al G-20, que además de las ocho naciones más poderosas incluye a un núcleo de países emergentes, entre ellos Brasil y Argentina.

Ahora, con la crisis global contenida fronteras afuera de Argentina, el gobierno quiere ir por más: además de adelantar una posible oferta a los acreedores nucleados en el Club de París, Lorenzino confirmó que para la nueva reestructuración de la deuda –cuyos tenedores son los bonistas que no entraron en el canje de 2005– el gobierno prepara una oferta “en peores términos” que hace un lustro. En ese entonces, el gobierno de Néstor Kirchner logró una adhesión del 76,5 por ciento de la deuda, con una quita cercana al 60 por ciento sobre el capital nominal.

Tras efectuar esa operación, el gobierno dejó en cesación de pagos unos 20.000 millones de dólares en capital y otros 9.000 millones de la misma moneda en intereses, que son los que entrarán en la nueva operación.

Ahora, la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC), el organismo bursátil que regula esta clase de operaciones, está estudiando la propuesta oficial, y se esperaba que diera dictamen en la semana que pasó.

No obstante, Lorenzino señaló que los trámites para el canje de deuda están “transcurriendo por sus carriles normales” y agregó, optimista: “Pronto vamos a tener todas las aprobaciones para estar lanzando la oferta. Estamos apuntando a marzo más que a abril”.

Con todo, Lorenzino dijo no creer que el conflicto político con la oposición por el uso de reservas para pagar deuda haya demorado el canje, aunque reconoció que “hubiera sido mejor” si no se desataba la pelea.

De igual modo, el funcionario aseguró que las iniciativas del ya derogado Fondo del Bicentenario y del peliagudo (ver aparte) Fondo para Desendeudamiento Argentino “siempre tuvieron como principal meta conseguir financiamiento tanto para el Estado como para las empresas”.

“El Fondo va en el sentido de mejorar las expectativas y esto tiene que tener un efecto positivo en el canje y en cualquiera de las iniciativas que Argentina plantee”, concluyó Lorenzino.

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