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Despliegue de pasiones ante la aparición de un monstruo mitológico

La "Serpiente de Essex", ambientada a fines del siglo XIX en el contexto de cambios políticos y científicos, hace foco en una mujer viuda de su abusivo esposo que busca saber si existe una extraña criatura mientras se opera en ella un redescubrimiento en todos los ámbitos de su vida


La serpiente de Essex es la nueva miniserie de Apple TV+ que adapta la novela de la escritora británica Sarah Perry editada en 2016. A cargo exclusivo de la dirección de todos los episodios se encuentra la destacable Clio Barnard, que había destacado allá por 2010 con la singular The Arbor, una peculiar mezcla de documental y ficción (con testimonios interpretados por actores y actrices) en la que abordaba la figura de la dramaturga Andrea Dumbar y la de su hija Lorraine.

Posteriormente se abocó estrictamente a la ficción, con películas también logradas como Dark River (2017). Con La serpiente de Essex se inserta en el mundo del streaming de la mano de la guionista Ana Symon y de la gran Claire Danes en el rol protagónico.

El relato se focaliza, en cierto modo, ya que una de las características de esta miniserie es el despliegue de personajes, aristas temáticas y situaciones, en el personaje de Cora (Claire Danes). A fines del siglo XIX, en un mundo sacudido por violentos cambios políticos y científicos, el brutal y abusivo esposo de Cora muere dejándola repentinamente en una inusitada situación de libertad y redescubrimiento personal de la que inmediatamente y sin reparos ella se hará cargo.

Profundamente dañada (en todos los aspectos) pero embriagada por su nueva y vital condición, Cora desata toda su fortaleza y emprende un viaje a Essex, desde donde se propagan noticias de la aparición de un monstruo mitológico, la serpiente del título. Apasionada por la paleontología, secreta estudiosa de las teorías de Darwin, Cora emprende inmediatamente el viaje acompañada por su hijo y por Martha, su amiga y ama de llaves, para dilucidar el misterio que aqueja al pueblo.

La ciencia contra la fe, el paganismo contra el cristianismo y el socialismo como amenaza

En La serpiente de Essex parece haber, en un comienzo, un centro claro constituido en esa trama fantástica del monstruo, pero muy pronto queda claro que, sin dejar de ser fundamental, en realidad forma parte de un conglomerado mucho mayor de conflictos y de apuntes, sin que nada jamás pierda su lugar en el relato. El despliegue incontenible de las pasiones va tomando cuerpo, en paralelo a las incidencias del misterio que da título a la miniserie, hasta el estallido anunciado y esperado, mientras otros bosquejos periféricos trazan sutil y cuidadosamente las múltiples aristas de un relato sobrecargado con precisión.

Todo sucede de a poco, todo se demora, todo se despliega como impulsado por una fuerza febril pero a la vez contenido por la constante contramarcha del aplazamiento. La dilación minuciosa del estallido pasional o de la revelación de lo ominoso hace de <La serpiente de Essex< un relato algo extraño, a la vez reconocible en sus situaciones y enrarecido en su desarrollo. Hay una fuerza en todo eso que reviste al conjunto con sesgos alucinatorios constituidos desde lo estrictamente mundano.

Si la amenaza del monstruo es el fondo común sobre el cual todo se asienta, la relación entre Cora y Will (Tom Hiddleston), el vicario del pueblo, es como una ventisca que lentamente va levantando polvareda, entre miradas, gestos y roces,  hasta convertirse en tormenta incontenible desatada en un paso de baile incómodo y memorable. Mientras tanto, pautando las dilaciones y las demoras, las múltiples caras de un mundo en trance de cambio radical se van delineando ampliando el espectro de juego: el rol de las mujeres en ese mundo, la ciencia enfrentándose a la fe, el paganismo chocando con el cristianismo, y el socialismo como amenaza en ciernes.

Muchas líneas temáticas ya muy abordadas en la actualidad, pero en este caso articulándose con sutileza entre climas de novela gótica y códigos de terror pagano contemporáneo, y jugando con aplazamientos y relevos que hacen que cada situación se vea atravesada por un cúmulo de matices diversos.

 

Extraña danza de pasiones febriles y misterios sobrenaturales

Al llegar al pueblo, Cora se empeña en desentrañar el misterio que ronda a la supuesta criatura, cuyo origen, desde la férrea doctrina religiosa local, se supone demoníaco. Las teorías de la evolución le hacen pensar a Cora en la posibilidad de un antiguo animal que ha sobrevivido y quedado al margen del desarrollo evolutivo. De inmediato encuentra apoyo en Will, el párroco, casado con una mujer aquejada por una seria enfermedad y que desde su dura fe cristiana se opone a lo que considera supersticiones paganas de los lugareños.

Entra en juego también, viajando desde Londres, el joven y eminente doctor Luke Garret, quien, además de pretender a Cora desde que enviudó, aporta su radical e innovadora perspectiva científica en contra de la visión religiosa y la mítica. A la par, Martha incorpora el elemento coyuntural estrictamente político; ella es una militante socialista que brega contra las desigualdades promovidas por la clase privilegiada para la cual trabaja, y a la cual pertenece, claro, su amiga y “patrona”, Cora. Entre todxs ellxs se despliega esta extraña danza de pasiones febriles y misterios sobrenaturales, una danza parsimoniosa a la que Clio Barnard le encuentra el tono justo: un academicismo preciosista en la puesta en escena amenazado por las pulsiones arcaicas que luchan por surgir desde el barro mismo.

Si bien el relato no desatiende a ninguno de sus personajes (sumando varios a los mencionados), dándole su tiempo y lugar al desarrollo de cada uno, la corriente principal se establece en torno al dúo protagónico, Cora y Will, cuya pasión enardecida encuentra un cauce paralelo al del misterio de la criatura y las muertes asociadas.

Y en algunos puntos, también remarcables, muchas de las aristas logran reposar momentáneamente en ciertos acontecimientos redimensionando el conjunto, como cuando el pueblo encolerizado ve en la marca que Cora tiene en el cuello, rastro de los flagelos físicos infligidos por su marido muerto, la marca demoníaca que signa en ella esa condición. Cora es quien ha desatado la fuerza demoniaca de la bestia. Cora es quien ha desatado la indigna pasión del párroco. Y tal vez Cora sea, a fin de cuentas, con su arrasadora y liberadora “desobediencia”, la verdadera bestia que viene a dinamitar ese mundo.

La serpiente de Essex / 1temporada / Apple +tv

Dirección: Clio Barnard

Intérpretes: Claire Danes, Tom Hiddleston, Clémence Poésy, Frank Dillane

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