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Despiden a 15 empleados de una quesería en el sur provincial

Son los trabajadores de Chateubriand, en Carmen. Cuando estaba prevista una reapertura, recibieron los telegramas.


Llegó febrero y, al final, las novedades no fueron para nada buenas. Unos 15 trabajadores de la fábrica de quesos de Carmen Chateubriand recibieron esta semana el telegrama de despido en el marco del largo conflicto laboral que vienen transitando. Tras el hecho realizaron una presentación en el Ministerio de Trabajo provincial para concertar de forma urgente una nueva audiencia con la patronal todo con el fin de conservar sus  puestos.

Los despidos se dan luego de que el 30 de diciembre la empresa suspendiera la producción hasta el 31 de enero aduciendo una crisis y después de distintas reuniones con el sindicato y autoridades provinciales.

En ese marco, los trabajadores decidieron instalarse y custodiar la fábrica (algo que siguen hasta hoy) con el fin de sostener sus puestos y la fuente laboral.

Lo pactado era que el primero de febrero la quesería reabriera. Sin embargo, lo que llegaron son los telegramas de despidos. Los trabajadores cesanteados fueron 15 de un total de 17 los otros dos son el delgado gremial y un integrante de la Comisión directiva de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra).

Sebastián Salas, uno de los empleados, contó a este medio que todo comenzó a precipitarse cuando dos días antes, el 30 de enero, Aldo Muscolini, el titular de Lácteos Chateubriand, llegó a la planta con una escribana “para llevarse la mercadería” que permanece dentro y que por un acuerdo celebrado en el Ministerio de Trabajo quedó como garantía del cobro salarial del mes de enero.

En tanto, el telegrama que recibieron el miércoles acusó a los trabajadores de tener una “conducta contraria al principio de la buena fe” por “ocupar de manera ilegítima” el establecimiento. También se les imputa impedir “el ingreso de camiones que transportan leche, los directores de la empresa, la fabricación y comercialización de los productos”, colocando así a la firma en “situación de cesación de pagos”.

Salas negó las imputaciones y dijo que son los obreros quienes buscan la reapertura y la materia prima para trabajar.

“Fue la empresa la que dijo que el 30 de diciembre la planta cerraba por 30 días. Los quesos y el camión que no pudieron sacar son la única garantía que tenemos. No sé donde está la justa causa que argumentaron para echarnos sin indemnización”, señaló.

Los empleados temen ahora que no se les pague el sueldo de enero. Salas recordó que la firma tiene plazo hasta el cuarto día hábil de febrero para depositar. Sin embargo, ya realizaron una nueva presentación al Ministerio de Trabajo de Santa Fe para que destrabe la situación. Fue a partir de la intervención de esa cartera que los obreros pudieron cobrar diciembre y el aguinaldo.

Historia de un vaciamiento

Apenas iniciado el conflicto labralo, los empleados de la quesería denunciaron que la empresa fue vaciada por su propio dueño, quien -según Salas dejó ir a los proveedores tamberos más importantes y disminuyó así el ingreso de leche, insumo básico para la producción láctea.

El trabajador también relató que Muscolini intentó llevar a la compañía a un procedimiento preventivo de crisis. Pero el Ministerio de Trabajo de Santa Fe le negó esa declaración por “falta de documentación pertinente y confiable”.

En torno al futuro, Salas dijo que en las reuniones que se desarrollaron en la cartera laboral se supo que existía una posibilidad de venta. Sin embargo, fue Muscolini –dijo- quien puso palos en la rueda a una cesión.

Inicios

Lácteos Chateubriand se encuentra a 35 kilómetros de Venado Tuerto, ingresando a la localidad de Carmen.

Según el portal Argentina.indymedia, empezó en 1997 fabricando leche fluida y en 2001 se volcó a la producción de quesos duros, semiduros, blandos y ricota. Además, vendía crema y suero. Empleó 17 trabajadores, que para una localidad de 1800 personas (según censo 2010) es una fuente de empleo y actividad indirecta importante.

En las mejores épocas se procesaban entre 25 y 30 mil litros de leche, que equivalen a mil hormas de queso diario. Los salarios de los trabajadores se pagaban sólo con la venta de crema. En un cálculo “rápido”, una buena carga rondaba los 400 o 500 mil pesos en esos buenos tiempos se hacían dos o tres veces por semana.

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