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Desestiman abuso sexual de un condenado por amenazas

El hombre fue acusado por su ex pareja que había logrado enviarlo a prisión por 6 años por haberla golpeado regularmente. El juez dijo que no pudo corroborar el delito y le pareció “extraño” que la mujer tardara más de un año en sumar la denuncia.


Diez años de acoso y violencia marcaron la vida de Silvana. Convivió con un violento, pero se animó a enfrentarlo y denunciar. También logró que la Justicia lo excluyera de la casa y le prohíba acercársele. El hombre no respetó ninguna. Silvana abrió 6 causas penales que sobrevivieron al camino judicial, llegaron a juicio y en diciembre de 2014 tuvo una condena: 6 años de prisión por amenazas reiteradas y lesiones. Un año y medio después de la primera denuncia Silvana lo denunció por abusos sexuales que sufrió durante toda la relación, incluso a un día antes de dar luz a su hija. Las pocas pruebas y el tiempo que tardó en denunciar le jugaron a favor al hombre. La Justicia lo absolvió por el beneficio de la duda. El examen médico policial de 2013, cuando ya tenía prohibido acercarse a ella, no estaba en el expediente. El informe psicológico dijo que tenía evidentes secuelas de haber vivido situaciones de sometimiento y maltrato.

Desde 2001 Silvana vivió una década de tormentos. David sólo podía relacionarse con ella a través de la violencia. A los tres meses de conocerse el hombre mostró su costado más agresivo. Golpes, insultos, amenazas de todo tipo se repitieron. Escándalos en la calle y en el trabajo. La seguía a su trabajo, la insultaba, se escondía debajo de la cama cuando ella llegaba a su casa para espiarla. En 2009 la mujer presentó un pedido de exclusión de hogar en un la Justicia de familia. Siete meses después David apareció de nuevo en la casa. No pudo sacarlo, según el fallo de la Justicia al que accedió El Ciudadano.

En marzo de 2013 Silvana presentó una prohibición de acercamiento. David no hizo caso. Ella denunció amenazas y lesiones. Le rompía los teléfonos celulares por celos, la acusaba de acostarse con vecinos o personas que conocía en el trabajo. Silvana consiguió ayuda de “Aprendé a vivir mejor”, una ONG que acompaña víctimas de violencia de género. Fue al Centro de Asistencia Judicial (CAJ) donde recibió contención de un equipo profesional.

David fue condenado a 8 años de cárcel. La Cámara Penal disminuyó la condena. En diciembre de 2014 el Juzgado Correccional de la 9° Nominación lo condenó a 6 años de cárcel.

En 2013, un año y medio después de la primera denuncia, Silvana volvió a la Justicia. Dijo haber sido abusada sexualmente por David durante toda la relación. Contó que la empezó a forzar desde que estaba embarazada de su hija, que hoy es adolescente. Cuando se negaba y la golpeaba. La exclusión del hogar no cambió nada.

El informe forense hecho después de la denuncia no le dio elementos a la Justicia para corroborar los hechos. Al juicio se sumaron testimonios que confirmaron situaciones de violencia física o verbal, pero no aportaron datos sobre el delito de abuso.

El juez de sentencia 3° Edgardo Fertita evaluó las pruebas. Dijo que si bien era un caso de violencia de género no hubo elementos para probar el abuso sexual. El juez se apoyó en la pericia hecha por el método Cámara Gesell a la hija de Silvana. Fertita sumó: “Es muy llamativo que se radicada la denuncia años después”.