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Desbaratan banda que traficaba cocaína a España

Incautaron autos de lujo, embarcaciones deportivas, 5,5 millones de euros y arrestaron a 65 personas.

Una de las mayores organizaciones de tráfico de cocaína desde Argentina a España fue desbaratada ayer en el viejo continente, donde fueron incautados 65 autos de lujo, media docena de embarcaciones deportivas y cinco millones y medio de euros. Durante los allanamientos, realizados en forma simultánea en varias ciudades de la península ibérica, fueron detenidas 65 personas. La operación Manzanas Blancas había comenzado en marzo pasado en Argentina y Brasil, y desde esa fecha han sido secuestrados 3.400 kilos de cocaína procedente de Argentina y Brasil, que era camuflada en contenedores con manzanas.

Los especialistas en la lucha contra el narcotráfico constataron desde el inicio la importancia y complejidad que tenía la organización ahora desarticulada, compuesta principalmente por ciudadanos españoles, colombianos y mexicanos.

Éstos ocultaban la cocaína en paquetes de un kilo, perfectamente envueltos para protegerlos del frío y la humedad, y estaban identificados mediante un logotipo del Pato Donald.

Los envíos se lograban con el apoyo de empresarios que utilizaban su habitual actividad comercial de importaciones y exportaciones entre Argentina y España para el transporte transoceánico de la cocaína.

Además, narcos españoles eran los encargados de la recepción de los contenedores cargados de estupefacientes a través de distintos puertos de ese país.

Una de las vías de entrada de la droga se ubicaba en el puerto de Vigo, donde un importante grupo de narcos gallegos recibía la cocaína, la custodiaba y la entregaba a los definitivos destinatarios a través de una empresa de distribución de contenedores.

El transporte era organizado por diferentes firmas en ambos países, dedicadas al envío anual de decenas de contenedores con manzanas, es decir, miles de cajas donde podían camuflar los estupefacientes.

Los investigadores explicaron que los envíos se concentraban en los primeros meses del año, que es la época de envío de manzanas desde Argentina a España.

El contacto entre los traficantes se daba en frecuentes viajes entre Argentina y España para supervisar el narcotráfico. De hecho, uno de los “empresarios” gallegos permanecía en Argentina gran parte del año para controlar desde sus inicios las operaciones.

Para desarticular a la banda, la Policía española solicitó la colaboración de sus pares de Argentina y Brasil, la cual en junio pasado (luego de dos meses de profunda investigación) condujo al secuestro, en ambos países, de dos contenedores de fruta cargados con 3,4 toneladas de cocaína en total.

En la terminal 4 del puerto de Buenos Aires, el 4 de junio se secuestraron 1.570 kilos de cocaína ocultos en un contenedor con cajones de manzana identificadas con la leyenda “Brisa” y un stiker pegado con el nombre “Exportador Frutol SRL – dirección Puerto de Bs. As.”.

Tras este hallazgo, por el cual hubo siete detenidos, se emitió una alerta a Brasil, que interrumpió el tránsito de otro cargamento de 1.724 kilos de cocaína que estaban en el puerto de Santos.

En tanto, 15 miembros de la organización fueron detenidos y otros 200 kilos de estupefacientes interceptados cuando estaban ocultos en un contenedor de chatarra que llegó al puerto de Barcelona.

Después de junio, las operaciones cesaron, pero los investigadores determinaron que se planeaban nuevos envíos y agentes españoles detuvieron a 40 personas en Madrid, Alicante y Galicia, a las que se sumaron otros 10 detenidos en Argentina.

Según pudieron establecer en la pesquisa, los traficantes gozaban de un muy alto nivel de vida: por ejemplo, los gastos del principal investigado podrían superar los 2.000 euros diarios y el uso de autos lujosos.

En un total de 20 allanamientos, se encontraron los autos y 5,5 millones de euros en efectivo, en su mayor parte envasados al vacío, lo que llevó a abrir otra causa por el delito de blanqueo de capitales.

Una de las vías principales de este blanqueo pasaba por diferentes concesionarios de autos de lujo, donde se recibían importantes sumas de dinero en efectivo por vehículos que figurarían a nombre de empresarios que actuaban como testaferros a cambio de una contraprestación económica.

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