El seleccionado argentino masculino de vóleibol perdió anoche con su par de Cuba por 3-1 en su debut por la Liga Mundial 2010, celebrado en la Ciudad Deportiva, de La Habana, en la apertura del grupo D.
El equipo centroamericano ganó con parciales de 25-23, 25-20, 21-25 y 25-17. Mañana se jugará el segundo partido desde las 21.30, en directo por la señal de cable ESPN+.
El opuesto cordobés Gustavo Scholtis fue el goleador del juego con 19 puntos, mientras que el receptor punta local Wilfredo León, de apenas 16 años, resultó el máximo anotador del elenco local con 17.
Argentina sumó su quinta derrota ante Cuba, de visitante, en Liga Mundial, después de las dos sufridas en 1996 y el par de 1999. Además, los centroamericanos vencieron en la fase final de la edición pasada, en Belgrado.
El conjunto dirigido por Javier Weber tiene su clasificación asegurada al hexagonal final por su condición de anfitrión, en Córdoba, entre el próximo 21 y 25 de julio.
Sofocados por el intenso calor, los jugadores argentinos no tuvieron lucidez suficiente para aprovechar el alto porcentaje de errores no forzados de Cuba en el primer set, que lo cerró a su favor por el poderío ofensivo.
Los dirigidos por Orlando Samuels cedieron doce puntos en el segmento inicial pero el aporte de Joandry Leal (6) y Wilfredo León (5) en ataque, más la performance del capitán Carlos Simón en el servicio fueron factores determinantes para el 25-23 final.
En el segundo set, Cuba corrigió las imprecisiones y mantuvo la contundencia ofensiva expresada en los siete puntos sumados por León.
Además, el saque local fue un problema difícil de resolver y provocó demasiadas complicaciones en la recepción de Argentina, también dificultada por la falta de reacción ante las condiciones climáticas.
El opuesto Gustavo Scholtis, autor de siete unidades, mantuvo al equipo de Weber en carrera hasta que Cuba encontró los espacios por el centro de la red y definió el parcial.
Una baja en la intensidad del juego cubano colocó a la Argentina con una diferencia de cinco puntos en el arranque del tercer parcial (12-7), que conservó hasta el desenlace, favorecido por los nueve saques fallidos del rival.
El cuarto set, ya con ambos equipos visiblemente agotados, se desarrolló a un ritmo más lento, con un progreso punto a punto, que se transformó en una ventaja decisiva cuando Cuba acertó de contraataque con la zurda de Fernando Hernández.
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