País

Topadoras y cerco electrificado

Denunciaron al dueño de un campo en Chubut por la matanza de pingüinos en un área protegida

El propietario construyó una traza de 700 metros de largo y las máquinas sepultaron cientos de nidos, además de aplastar pichones. Lo peor: es época de reproducción de la especie, y el alambre energizado impide a los adultos ir a buscar comida para sus crías


La reserva natural de Punta Tombo en la provincia de Chubut alberga a una de las mayores colonias continentales de pingüinos de Magallanes del planeta en una extensión de 210 hectáreas de estepa patagónica sobre la costa atlántica. Allí, el dueño de un campo construyó una traza de 700 metros de largo por tres de ancho para control de agua sin ningún cuidado: las topadoras enterraron 146 nidos y mataron, entre pichones y huevos destruídos, a casi 300 aves, a lo que se suman casi un centenar de adultos. El camino, además, está protegido por alambres electrificados que impiden el desplazamiento de los animales para darle de comer a sus crías, en plena época de reproducción. Lo denunciaron el lunes y este martes hubo procedimientos de la justicia.

En un campo vecino al área protegida, en el departamento Florentino Ameghino y a 110 kilómetros de la capital provincial, se constató la apertura de “una amplia traza” con desmonte de vegetación nativa para controlar el flujo del agua, reportó el biólogo que preside la Global Penguin Society, Pablo García Borboroglu, quien realiza tareas de investigación para el Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas.

“La traza atraviesa un área de nidificación de pingüinos de Magallanes, incluyendo zonas de alta densidad”, donde constataron la destrucción de al menos “146 nidos, tanto por aplastamiento y posterior compactación del terreno, como por el depósito de material extraído con la pala sobre nidos linderos al camino”.

También se verificó “un total de 292 pichones muertos y/o huevos destruidos, sin poder estimar aun el número de adultos que pudieran haber resultado aplastados por las maquinas dentro de sus nidos”.

El informe realizado por el experto destaca que “ante el disturbio, los pingüinos se mantienen en sus cuevas si estas son profundas, y sobre todo cuando se encuentran incubando huevos o empollando pichones”.

El ministro de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut, Néstor García, lo califió como “un hecho totalmente grave”. Y agregó: “El propietario del campo aledaño, que trabaja muy vinculado con el Ministerio, nos hizo saber del hecho y designamos a un investigador que está relacionado directamente con los pingüinos (Borboroglu) para que nos haga un informe in situ”. Con ese estudio, hicieron la denuncia.

García aclaró que “el lugar es una propiedad privada, un campo a kilómetros al norte del Área Protegida Punta Tombo y es fuera de la jurisdicción, donde los guardafaunas no pueden tener intervención”.

El ministro recalcó que esa zona de alta densidad quedó cortada al medio por un camino y un alambrado con energía. “Lo mejor que podíamos hacer es una denuncia penal y que intervenga la Justicia, y en estos momentos está trabajando en el lugar la fiscal a cargo de la causa”, puntualizó el funcionario.

La electrificación del alambrado, explicó, “hace que el pingüino no pueda pasar a concretar su ciclo alimenticio. Cuando la pareja tiene sus dos crías, uno va a buscar alimento y el otro se queda a cuidar los pichones, es un tránsito permanente y estaba impedido de hacer ese tránsito”.

La consecuencia, dijo, es que “se está rompiendo el ciclo reproductivo del pingüino en la etapa de nacimiento de las crías”. García abundó: “Para ser más claros, con ese alambrado, el propietario fragmentó la colonia de pingüinos en plena temporada de reproducción, lo que es altamente nocivo para la especie porque estamos hablando de 146 nidos con dos huevos por cada pareja, alrededor de 500 animales afectados más los que no puedan cruzar el alambrado y amenaza a los pichones de muerte por inanición”, resumió el ministro.

 

Allanamientos

La Fiscal de Rawson Florencia Gómez informó que en la denuncia se indica que “una persona realizó un camino sin autorización desde su campo hasta la costa con una máquina de alto porte, enterrando todos los nidos de pichones de pingüinos en una zona de alta densidad”.

La funcionaria policial, en coincidencia con la evaluación del biólogo Borboroglu.añadió que “por este accionar, quedaron enterrados más de 140 nidos de pingüinos que habitan la reserva. Además, electrificó el cerco y mató a un centenar de pingüinos adultos”. El cercado con voltaje, señaló, “hizo que muchos de los pingüinos adultos mueran electrocutados”.

La fiscal confirmó que este martes, con autorización judicial, se envió una comisión compuesta por personal de Policía Montada, criminalística, investigaciones y de la comisaría de Rawson para realizar allanamientos de inspección ocular y secuestro de pruebas. Participó también gente del Ministerio de Trismo y Áreas Protegidas, guardafaunas, biólogos y miembros del Centro Nacional Patagónico (Cenpat, que depende del Conicet).

“Levantarán todos los individuos muertos para su posterior análisis y se va a realizar un reclutamiento para tener una noción real del impacto que ha generado esta mortandad de pingüinos”, explicó Gómez.

En principio, la imputación contra el dueño del campo será por violación a la ley de maltrato animal. “A lo largo de la investigación, iremos evaluando si hay otro delito. Estamos realizando toda la investigación preliminar para saber la magnitud del impacto”, indicó Gómez. Y confirmó que se trata de un campo lindero a Punta Tombo, pegado a la reserva.

Sobre las motivaciones del propietario, arriesgó: “Creemos que era para tener un acceso directo a la costa, pero para eso habría que tener una autorización previa y un estudio para analizar el impacto ambiental, que es lo que se generó: un daño irreparable”.

 

 

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