Gremiales

Clases subalternas

Denuncian insólito boicot a una capacitación docente oficial en el tradicional colegio San Bartolomé

El titular de Sadop, el gremio de Docentes Privados, Martín Lucero, cuestionó ácidamente la actitud del colegio inglés, y recordó que es una de las instituciones –quedan pocas– donde los trabajadores todavía no tienen delegados sindicales. Y sostuvo que en vez de corregir, se busca saber quién habló


“Y ahora, encima, la están buscando. Quieren saber quién fue que habló”, lamentó el secretario General del Sindicato de Docentes Privados (Sadop) de Rosario, Martín Lucero. El dirigente sindical se refirió así a la insólita situación que denunció une docente del Colegio San Bartolomé, cuya dirección avisó por correo electrónico al plantel docente que se iba a dictar una capacitación del Ministerio de Educación de la provincia por la emergencia sanitaria, el mismo día que arrancaba la capacitación: este lunes 3. “Y no es poca cosa, sino algo fundamental: se rediseña el sistema educativo de acá hasta a diciembre”, advirtió Lucero. Ante ello, el gremio ya hizo la correspondiente denuncia ante las autoridades educativas y advirtió públicamente tanto al San Bartolomé como a otras entidades privadas que cercenan derechos a los trabajadores que “el sindicato estará siempre”, apoyando a los docentes.

“Estimados docentes, a partir del lunes 3 y hasta el 18 de agosto, comenzaremos con la organización y realización de una capacitación en el marco de la emergencia sanitaria por Covid-19, instituida por el Ministerio de Educación. La misma se llevará a cabo en el horario de 11.45 a 13.15 horas. Prontamente recibirán instrucciones, material de trabajo y convocatorias a videoconferencias. Las clases con los alumnos se desarrollarán normalmente”, dice el texto, firmado por el “equipo directivo”, que llegó a los trabajadores del tradicional Rosario English School, fundado en 1868 y que tiene niveles inicial, primario y secundario, en sus dos sedes, la del centro, en Tucumán al 1200, y la de Fisherton, en Wilde al 1100. Pero en ninguna de las dos los trabajadores tienen delegados gremiales, lo que enuncia la resilencia de la institución privada a la sindicalización, un derecho básico de cualquier trabajador.

La inobservancia de la circular oficial para dictar la capacitación enfunreció a otra directiva, la del Sadop, que viene librando trabajosa batalla para que todas las insituciones cuenten con delegados y las y los trabajadores puedan ejercer plenamente sus derechos.

“Un 20 por ciento”, estimó Lucero el número de instituciones en las que los docentes están todavía desacoplados del sindicato que los representa. Es un porcentaje menor, pero el número sigue siendo alto, reparó el dirigente sindical: estima que eso ocurre en 20 edificios de los 100, y hace así la cuenta para no hablar de instituciones diferentes y con distinto nombre que pueden funcionar en el mismo lugar: una, por ejemplo, es la que corresponde al nivel primario, y otra al nivel secundario. No en todos los establecimientos ocurre, eso, pero facilita la cuenta para entender en cuáles no se respeta plenamiente el derecho de agremiación, y entre ella se cuentan buena parte de las más rancias de la ciudad.

“Nos acaba de llegar un mail informando que las clases no se suspenden como indica la resolución ministerial y que debemos hacer la capacitación estas semanas de 11.45 a 13.15. Esta es la gota que rebalsa el vaso de meses de abusos laborales de todo tipo”, dijo una docente del colegio inglés, según publicó el sitio Redadcción Rosario. Y Lucero confirmó a El Ciudadano que por ese atrevimiento los directivos del San Bartolomé la están buscando, en lugar de corregir el rubo y ajustarse a las disposiciones de la cartera educativa.

“Incluso algunos colegios pretendían que los docentes trabajaran de manera presencial”, se escandalizó el gremialista, que prefirió dar cuenta de la batalla que vienen librando en los últimos meses sin mencionar dónde.

Lucero también hizo un llamado de atención a los directivos de todas las instituciones, ya que “algunas” pretenden dictado de clases a distancia a ritmos que “destruyen la salud” de los docentes. Por caso menciona que un docente normal, por ejemplo una maestra primaria, dictaba antes de la pandemia de coronavirus cinco horas de clase en un establecimiento, lo que le implicaba al menos otras dos horas de trabajo en el hogar, para prepararlas. “Pero ahora es una locura, hay docentes que arrancan temprano a la mañana y terminan a las doce de la noche. Trabajan de forma intermitente, pero es lo que termina pasando”, advirtió.

Como otro ejemplo práctico menciona a un profesor de secundaria, que tenga a cargo tres cursos. “Si trabaja un cuadernillo de tres páginas, son 3 fotos que envía, una por página, a sus 30 alumnos. Son 90 fotos que manda. Y si tiene tres cursos, recibe después 270 fotos que tiene que corregir…”, relata Lucero el trabajo en pandemia. Y también distingue una dificultad, porque las clases a través de una aplicación instalada en un teléfono celular, tablet o computadora “son para el centro, no para los barrios”. Y marca que en la zonas más empobrecidas, donde las familias no tienen computadora, las clases se dictan por Whatsapp, lo que no sólo es complicado para los docentes sino para los propios alumnos, especialmente los de primaria: “¿Cuántas horas van a estar frente a la pantalla de un teléfono”, se pregunta. No da la respuesta pero sí la advertencia: “Cuatro horas es imposible”. Y afirma que es lo que pretenden algunas instituciones.

Por ello volvió a ratificar que la capacitación del Ministerio es “imprescindible” para los docentes, y advirtió a los colegios que no pueden de ninguna manera boicotearla.

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