Ciudad

barrancas, a 85 kilómetros de rosario

Denuncian fumigación con glifosato cerca de escuela

El martes los alumnos estaban en el patio cuando regaron el agroquímico con sistema mosquito.


Los vecinos de Barrancas, un pueblo de ocho mil habitantes distante 85 kilómetros al norte de Rosario, denunciaron que desde un campo de soja fumigaron con glifosato a menos de 50 metros de una escuela. Fue el martes a la mañana en la primaria N° 1095 La Misericordia, cuando los alumnos estaban en el patio y vieron cómo la máquina fumigadora conocida como mosquito regaba con el agrotóxico. El campo comienza al cruzar la calle que marca el límite municipal. Según los vecinos, desde hace casi dos años una ordenanza impide fumigar cerca de escuelas de lunes a viernes pero aseguran que desde el municipio no hay control. La denuncia se suma a las hechas en Arroyo Leyes, a 15 kilómetros de la capital provincial, por fumigaciones a 15 metros de un jardín de infantes y de una escuela.

En diálogo con El Ciudadano Juan Manuel Regis, vecino de Barrancas, contó que la fumigación fue entre las 10 y las 11, en la hora del recreo de la escuela. Apenas apareció el mosquito, los vecinos se preocuparon. Un ingeniero que trabaja para el dueño del terreno les confirmó que estaban fumigando con glifosato y les dijo que estaban autorizados a hacerlo por las condiciones climáticas. La fumigación duró media hora. Regis es uno de los tres veedores de la ordenanza que regula las fumigaciones en el pueblo. Según contó, la norma dice que está prohibido regar agrotóxicos cerca de escuelas rurales durante la semana. Tampoco pueden hacerlo a menos de 50 metros del límite municipal. “La ordenanza dice que cada vez que se haga una aplicación de agroquímicos nos tienen que avisar. La escuela La Misericordia no es rural y está dentro del límite municipal. Lo que hicieron es irregular en todos los sentidos”, explicó.

Ernesto Tapia, otro vecino del pueblo, contó que no es la primera vez que denuncian fumigaciones. “Cada vez que pasa hacemos el reclamo en el Juzgado de Paz, pero no investigan ni sancionan a los que fumigan”, opinó. Para los vecinos, uno de los motivos son los vínculos familiares y políticos entre los dueños y administradores de los campos de soja y los funcionarios públicos.

Fumigaciones en Arroyo Leyes

El martes 14 de noviembre, vecinos de Arroyo Leyes e integrantes de la multisectorial “Paren de Fumigarnos” denunciaron fumigación con agroquímicos a 15 metros del Jardín de Infantes Nº 281 y de la Escuela Nº 30 Domingo Silva. Fue a las 8.30, según la denuncia, regaron glifosato con dos aplicadores y sin aviso previo.

Facundo Viola, uno de los vecinos, contó que es una zona de inundaciones y que el agua de los campos fumigados escurre hacia las casas. “Llega el agua con burbujas, como si fuera detergente, y de un color verdoso”, contó. Un  estudio de la Universidad Nacional del Litoral, registró que por los agrotóxicos, el agua en la zona tiene altos índice de nitritos, nitratos y amonio.

Por una ley de agroquímicos

Las organizaciones que forman parte de la multisectorial “Paren de Fumigarnos” insisten en la necesidad de avanzar hacia la reforma de la actual ley provincial de agroquímicos. Buscan establecer nuevos límites al uso de productos tóxicos y a las fumigaciones sobre zonas pobladas.

El proyecto estaba trabado en la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, donde no hubo acuerdo para avanzar hacia un dictamen unificado. Tras varios reclamos y movilizaciones, las entidades ambientalistas lograron que el proyecto sea estudiado en la comisión de Salud. Los integrantes de la comisión citaron para el 13 de diciembre a los referentes de “Paren de Fumigarnos” para analizar la reforma.

La ley vigente es de 1995, antes del ingreso al país de la soja RR (resistente al Round-Up), que modificó los esquemas productivos y originó el sistema actual agrícola basado en los paquetes tecnológicos. Desde hace una década, entidades ambientalistas pelean por una legislación protectiva del ambiente y la salud. Desde “Paren de Fumigarnos” proponen un límite de 800 metros respecto del ejido urbano para las fumigaciones terrestres y plantean la prohibición en toda la provincia de las fumigaciones aéreas. La ley vigente establece 500 metros para las terrestres y 3 mil para las aéreas.