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Denuncian a dos policías por pedir coima en Tribunales

Le exigieron a la familia de un detenido por robo $ 5 mil para no achacarle otros 15 hechos. Están prófugos.

Dos efectivos de la Brigada de Investigaciones quedaron comprometidos en un intento de extorsión, luego que familiares de un joven arrestado anteayer por varios robos cometidos en zona oeste denunciaran que les pidieron una “importante” suma de dinero a cambio de librarlo de una imputación. Según una denuncia presentada ante la jueza Alejandra Rodenas, personal de esa repartición detuvo a dos muchachos a los que consideraron sospechosos de tres atracos, dos a un mismo supermercado, ocurridos en el lapso de cuatro meses. Pero, antes de presentar a los muchachos en Tribunales, los dos uniformados a cargo del traslado se pusieron en contacto con la familia de uno de ellos y le hicieron una propuesta: si les pagaban cinco mil pesos, saldrían en libertad. Si no, su prontuario se agrandaría en forma considerable. La familia rechazó la oferta, ilegal de por cierto. Pero los policías la reiteraron ayer minutos antes de que uno de los muchachos brindara su declaración indagatoria. Los familiares de ese detenido y la abogada de su supuesto cómplice decidieron denunciar el intento de extorsión en el Juzgado de Instrucción en turno, pero cuando personal de la División Judiciales quiso detener a los uniformados, estos se dieron a la fuga, señalaron fuentes de la investigación. Al cierre de esta edición, continuaban siendo buscados.

Según contó a El Ciudadano la abogada Susana Zulkarneimuff, su cliente, José F., y Pablo R., fueron detenidos anteayer  en inmediaciones de Solís al 200 bis, por personal de la Brigada de Investigaciones. Fuentes allegadas a la causa indicaron que los jóvenes estaban sospechados de haber cometido dos robos a un supermercado ubicado en Montevideo al 5900, uno el 18 de junio y el restante a mediados de octubre pasado y asaltar a fines de septiembre una vivienda de Monte Flores al 7900, de donde se llevaron 20 mil dólares, 11 mil pesos y varias armas de fuego.

Por esos tres hechos, este diario publicó en su edición de ayer que dos de ellos fueron apresados luego de una ardua tarea investigativa que incluyó el análisis de las imágenes captadas por la cámara de seguridad del comercio asaltado en dos oportunidades

Según establece el Código de Procedimiento Penal, cuando una persona es detenida porque está sospechada de un delito, existen pasos que deben cumplirse. Estos pasos incluyen, entre otras cosas, que la Policía traslade al apresado hasta el Juzgado de Instrucción correspondiente, adonde se le informa al sujeto en cuestión las imputaciones en su contra y se le toma declaración indagatoria. El sospechoso podrá hablar (negando o dando su versión de los hechos), o abstenerse. Es responsabilidad de la repartición policial que investiga el delito llevar al detenido hasta la sede judicial.

Fue por esto que en horas de la mañana de ayer, efectivos de la Brigada de Investigaciones trasladaron a los muchachos hasta Tribunales, ya que debían presentarse en el Juzgado de Instrucción de la 10ª Nominación, que investiga los hechos que se les achacan.

De acuerdo con Zulkarneimuff, el primero en brindar declaración fue su defendido, José F.; pero mientras ella esperaba afuera del juzgado junto con la madre del sospechoso, se acercó hasta allí la suegra de su supuesto cómplice, Pablo B.

“Se acercó esta señora muy asustada para hablar con la madre de mi cliente, y contó que los dos policías que habían trasladado a los chicos hasta Tribunales le había dicho que si pagaban 5 mil pesos iban a dejar a Pablo en libertad y no lo iban a subir a que prestase indagatoria”, explicó la letrada.

A pesar de que no se trataba de su defendido, la abogada se ofreció a ir con la mujer hasta la alcaidía del edificio para ver lo que ocurría. Pero no llegaron, porque a los pocos metros se cruzaron con el policía que había ofrecido el trato ilegal, quien fue reconocido por la mujer.

“Le pregunté si era cierto lo que me habían contado, pero el policía se fue caminando para el otro lado y agarró a un hermano de Pablo y le empezó a mostrar una pila de papeles”, detalló la letrada.

De acuerdo con la denuncia presentada luego ante la jueza Alejandra Rodenas, en ese momento el uniformado le dijo al hermano del detenido que si no pagaban le iban a achacar al sospechoso unos 15 hechos.

“Eso fue adelante mío, adelante de todos, entonces me acerqué al juzgado de (Instrucción 9ª, a cargo de Javier) Beltramone y le dije al secretario que quería que saliera el juez”, relató Zulkarneimuff.

Según dijeron fuentes cercanas a la causa, en ese momento el policía se fue del lugar. Enseguida, la abogada y la familia de Pablo R. se dirigieron al Juzgado de Instrucción de la 2ª Nominación, a cargo de Rodenas, que se encuentra en turno, y denunciaron todo lo que había ocurrido.

De acuerdo con la fuentes, momentos después de presentó en el edificio personal de la División Judiciales, quienes montaron un operativo para atrapar a los dos sospechosos. Sin embargo, cuando quisieron detenerlos, se encontraron con que los policías habían dejado a dos compañeros suyos en su lugar y habían escapado. Esto, a pesar de que, por regla, los uniformados que llevan a los detenidos hasta Tribunales son los mismos que deben regresarlos a su lugar de detención.           

Fuentes de la investigación señalaron que los uniformados sospechados del intento de extorsión ya estarían identificados. Además de que fueron ellos quienes trasladaron a los detenidos al edificio de Balcarce y avenida Pellegrini, las víctimas proporcionaron un número de teléfono de contacto que le habían dado los policías en cuestión para concretar el pago de la coima.

Al cierre de esta edición, los efectivos continuaban siendo buscados por la Policía.

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