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Del Potro ya ganó


Juan Martín del Potro ya ganó. Aún más que una medalla de plata como la que consiguió en Río o un cuarto de final de un Grand Slam como el que alcanzó en la noche de miércoles en el último Us Open.

Seguramente algún trasnochado, de esos que nunca faltan, podrá preguntarse como ganó si perdió la final de los Juegos Olímpicos o no pudo llegar a la definición en el Abierto de los Estados Unidos. Es que la actualidad del tandilense se transita y mueve por otros carriles.

En realidad por aquellos que la gran mayoría entiende, excepto en el fútbol argentino y vaya uno a saber porque extraño fenómeno, a la hora de hacer un balance cuando de una actuación deportiva se trata.

Seguramente todos, en este caso los deportistas, buscan ganar y ser los mejores. Pero compiten contra otros, en grupo o individualmente, que también persiguen lo mismo. Y porque no reconocer que en determinados momentos y circunstancias, los rivales/adversarios pueden encontrar la forma de neutralizar tus cualidades para así superarte.

Quizás eso fue lo que pasó entre Delpo y Wawrinka. Del suizo se sabe que cuando su radar está enfocado, es de los rivales más peligrosos que exciten en el circuito profesional. Un revés a una mano delicioso, potente y casi perfecto como no hay otro hoy en día. Si a eso lo acompaña con el saque y la derecha, “Stan The Man” puede volverse incontrolable.

Algo de todo eso “sufrió” el tandilense. Aunque en realidad, lo disfrutó. Porque en esta etapa de su carrera, Juan Martín Del Potro disfruta, vive y siente cada momento como quizás nunca antes.

Sentirse tan cerca de ser un ex tenista y no poder volver a realizar nunca más eso que tan feliz lo hace, le ha permitido en este tiempo ver y valorar las cosas de otra manera. Ya lo dijo tras el encuentro: “Puedo haber perdido, pero jamás olvidaré esto. Fue algo mucho más fuerte que ganar cualquier partido. Me han hecho muy feliz y no me importa el resultado”.

Seguramente le importará el resultado. Pero eso será en otro momento. Porque hoy lo que realmente destaca es que volvió a sentirse tenista. Y de elite. Esa que integran muy pocos y que él ya había demostrado pertenecer. Tuvo que tomarse un “parate” obligado. Que vuelva a integrarla, si su salud deportiva así lo quiere, es cuestión de tiempo.

Hoy el ranking lo ubica en la posición 142, desde el lunes probablemente, puesto más puesto menos, sea el 63. El número actual o el que tendrá la próxima semana “mienten”. Delpo es top5. Lo era antes de las lesiones, lo demostró en este último mes y lo será si nada raro pasa.

Desde su regreso al circuito tuvo victorias “lógicas”, caídas también esperables por el momento, y algunas (las menos) sorpresivas. Pero cuando hace exactamente 31 días dio el gran golpe en los Juegos Olímpicos de Río al bajar al número 1 del mundo Novak Djokovic en el debut, mandó el primer aviso. En ese tiempo se cargó al cinco, Rafael Nadal, y le disputó mano a mano al 2 (Andy Murray en la final olímpica) y al 4 (Stan Wawrinka en el Us Open).

Juan Martín Del Potro ya ganó. Está de regreso y parece camino a las grandes tapas que ya supo ocupar. Pero más que eso, volvió a ser feliz. A hacer lo que más le gusta, a disfrutarlo, a permitirse emociones en pleno partido (algo impensado en el pasado). En definitiva, a sentirse tenista. El mejor trofeo que puede levantar.

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