Lo tenía pero se le escapó. Dos puntos perdidos y que duelen aún más por el momento en el cual Talleres llegó al empate. La bronca por lo que poseía y que después de la definición del delantero de la visita ya no tuvo. Central empató con Talleres 2-2 en un partido que tenía a su favor y que se le fue porque no tuvo oficio para controlar hasta el final lo que parecía un triunfo seguro.
El equipo de Matías Lequi perdió dos puntos. Le empataron sobre el final con un hombre menos luego de controlar casi todo lo que pasó en el complemento. Así, el hincha canalla se fue con bronca porque a pesar de que el equipo no mostró grandes luces la victoria estaba al alcance de la mano.
El gol del chileno Catalán antes de los cuatro minutos de partido fue un baldazo de agua helada en el amanecer del juego. Un descuido a la hora de tomar las marcas que le costó caro. Con el 1-0 en contra el equipo del Flaco Lequi tuvo que batallar de atrás desde el inicio del juego, pero la lucha tuvo sus frutos cuando Malcorra marcó, de penal, el empate. Antes y después del gol de Nacho, Werner dijo presente en un par de oportunidades, así de intenso fue el primer tiempo que jugaron Central y Talleres.
El partido ante la T, tras el receso por eliminatorias, generó expectativa en la previa. Y la misma tenía como fundamento el hecho de observar en cancha el trabajo que había hecho el cuerpo técnico tras lo que fue la seguidilla de partidos. Claro que Central llegó con bajas importantes al juego y eso se debe tener en cuenta. Pero a la hora de definir a los once el entrenador movió piezas y le dio titularidad al juvenil Giménez y a Solari. Más allá de los nombres, se notó que Lequi le quitó toda responsabilidad de retroceso a Malcorra y esto hizo que el 10 tuviera la posibilidad de asociarse en varias oportunidades con Campaz.
Además, la voluntad de ir a presionar siempre en cada salida fue evidente; más allá que no dio los resultados esperados. Otra de las cuestiones que se observaron fue la intención de salir de manera más prolija desde el fondo para dejar al pelotazo frontal solamente como una alternativa más y no como un método de juego. Claro que lo malo se vio en el primer gol de la T (NdR: Catalán tuvo total libertad para marcar) y en la gran falta de oficio del equipo para quedarse con el triunfo.
Tras el descanso obligado, Talleres se hizo de la posesión de la pelota. Y casi marca el segundo, pero Werner se estiró para evitar el tanto luego de que la pelota se desviara en el Gitano. Central emparejó rápidamente las acciones y aprovechó al máximo la chambonada que hizo Ortegoza que derivó en el segundo penal y en su expulsión. Al mismo lugar que el primero pero en distinto arco Malcorra ejecutó con maestría y puso el 2-1.
Cuando los hinchas ya festejaban la victoria, apareció la experiencia de Tarragona para ganarle la espalda a Giménez y convertir el 2-2. A Central le faltó oficio para guardar hasta el final lo que tenía que eran los tres puntos. Cuando se vaya la bronca por el final, quedará que este equipo extraña a Quintana, que Lequi le erró en poner a un inexpresivo Solari como titular y que a este Central todo le cuesta como en este 2024 que por ahora tiene muchísimas sombras y muy pocas luces.
Comentarios