La jueza de menores María Dolores Aguirre Guarrochena –junto con el fiscal Enrique Paz– le tomó ayer declaración en el sanatorio donde se encuentra internado a Ezequiel, el alumno baleado el último martes en la escuela media 661 Juana Azurduy. Según pudo saber este diario “no hay una sindicación clara del chico” a la hora de determinar quién efectuó el disparo que lo terminó hiriendo en una de las piernas. El pibe de 14 años habló de “de un grupo de chicos de otra división que no conoce” y confirmó su declaración inicial sobre “un altercado que tuvo en el patio”. Además, se le tomó testimonio a directivos y preceptores de la institución educativa. Se aguarda el informe de los peritos en balística para determinar el calibre del arma desde donde salió el tiro que pudo haber terminado con una tragedia.
Fuentes judiciales comentaron que Ezequiel se refirió –tal como lo había declarado públicamente– a “un problema que tuvo con un chico puntualmente” y que el día del disparo “hubo un incidente que se produjo en el patio”. Lo que se investiga ahora es quién disparó y si existió la participación de otras personas, esto es: alguien que lo haya instigado a disparar, si otra persona tenía un arma y se la pasó a quien disparó en ese mismo momento o si la persona que disparó tenía el arma.
En la inspección que se realizó en la escuela ubicada en barrio Parque se pudo determinar que por la posición del patio “no es posible que alguien haya disparado desde afuera”. El calibre del proyectil que se le extrajo a Ezequiel todavía no está oficialmente determinado pero se estima que es un 22.
Otro de los aspectos que trascendió es que el chico con el que supuestamente tuvo el altercado tiene 16 años y es de otra división. En la planta baja del edificio de la escuela ubicada en Ovidio Lagos 2228 están los cursos inferiores y los superiores están en la planta alta. Todos comparten un patio en común. La Justicia continuará indagando distintos testimonios y pidió la nómina completa de los alumnos de segundo y tercer año y la constancia del hecho labrada por la escuela.
El abogado de la familia de Ezequiel, Sebastián Pietrani, contó a El Ciudadano que el chico “sigue internado, se encuentra bien y está un poco dolorido”. “Cerca de las diez de la mañana se acercó la jueza y Ezequiel le dio su testimonio contándole todo lo que podía recordar. La operación salió bien y según nos dijo el médico que lo operó la bala que le extrajeron de la pierna derecha sería de un revólver calibre 22. Ahora tiene que corroborar ese dato la gente de balística”, destacó.
Sobre cómo se encontraba de ánimo el chico baleado, el abogado señaló que “es como que recién le está cayendo la ficha de lo ocurrido”. “Primero fue todo muy vertiginoso pero ahora se da cuenta que le dispararon. Uno puede estar preparado para discutir con un compañero y hasta pelearse pero recibir un balazo es algo distinto y es algo que uno nunca se espera”, continuó.
Sobre la identidad del agresor, Pietrani explicó que “tanto Ezequiel como sus compañeros tienen un indicio aunque todavía no pueden determinar la identidad de quién efectuó el disparo. Es prematuro hablar del futuro del chico, de si continuará en la escuela o no. Por lo pronto tiene que ponerse bien y recuperarse definitivamente. Los padres tienen miedo de que vuelva al colegio pero él dice que quiere volver y que no quiere empezar en otra escuela. Igualmente esa es una decisión que tomarán cuando sea necesario”, concluyó.
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