Ciudad

Desde adentro

Debutó sin problemas el protocolo de fiestas electrónicas

Municipio, Policía santafesina, Federal y hasta Gendarmería controlaron el sábado el acceso al Salón Metropolitano.


El sábado por la noche se implementó por primera vez el protocolo de seguridad para fiestas electrónicas del gobierno santafesino. El DJ Nick Warren mezcló música y puso a bailar a unas 3 mil personas en el Salón Metropolitano, que tuvo un intenso operativo de control en el acceso. Incluyó cacheos de agentes de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones y de la Policía santafesina, la Federal y Gendarmería Nacional. Adentro, según contó un periodista de El Ciudadano que asistió a la fiesta, se respetó la obligación de la productora de montar puestos de hidratación con personal médico y zonas de dispendio gratuito de agua,. Lo mismo ocurrió con las instalaciones sanitarias y las salidas de emergencias. No se registraron heridos ni hospitalizados. Fue el primer evento masivo  en Santa Fe desde la trágica fiesta de Año Nuevo en Arroyo Seco que dejó un lamentable saldo de dos jóvenes muertos presuntamente tras consumir drogas sintéticas. Según testigos, la fecha se había sobrevendido, los baños no daban abasto y promediando el show no se podía conseguir agua., elemento clave en el consumo seguro de sintéticas.

Cerca de las 22 de sábado los alrededores del Salón Metropolitano se cargaron de presencia de agentes de Control del municipio, Policía y hasta Gendarmería que organizaba el ingreso hasta el galpón donde DJ Nick Warren convocó a unas 3 mil personas, que pudieron disfrutar hasta entrado el domingo. Al operativo, que fue el paso final del protocolo para fiestas electrónicas dispuesto por el Ejecutivo provincial, se sumó personal de seguridad privada contratada por la productora del recital. Hubo cacheos a quienes entraban para ver si tenían drogas de venta ilegal. Mujeres y hombres por separado fueron requisados en busca de elementos “que pudieran resultar sospechosos por inseguros o ilegales”, según contaron desde la Secretaría de Control y Convivencia local.

Se montaron cinco puestos de hidratación con paramédicos en el recinto principal y la productora instaló en el salón “de relajación”, una zona donde se servían agua, licuados y frutas de manera gratuita.

Adentro un grupo de promotores del municipio difundió una campaña de prevención de consumo llamada Rosario Baila Seguro –ver aparte– y repartieron mapas de las instalaciones con las ocho salidas de emergencia, según apuntaron desde la Secretaria de Control.

Afuera del galpón el gobierno dispuso tres ambulancias de alta complejidad con médicos y un móvil de Tránsito para escoltarlas en caso de emergencias en caso de que algún asistente se descompusiera.

En las inmediaciones hubo varios controles de tránsito donde se hicieron test de alcoholemia y de drogas de venta ilegal.

El municipio celebró la colaboración de la productora, que habilitó el lugar desde el miércoles para hacer inspecciones eléctricas, entre otros controles. “En la ciudad seguimos trabajando para que los lugares de encuentro que prefieren los jóvenes cuenten con la seguridad suficiente para preservar la salud de todos”, sostuvo el secretario de Control y Convivencia, Gustavo Zignago.

Rosario dio el ejemplo con una noche inolvidable (Por Franco Trillini)

Con los ojos de todos la prensa clavados en el evento, la ciudad superó este sábado con puntaje altísimo una verdadera prueba de fuego. El británico Nick Warren brindó un espectáculo sublime, que lo llevó derecho al Olimpo de las mejores noches de música electrónica en la historia de la Chicago Argentina.

La disposición del espacio, los puestos de hidratación y de relajación, el control en los ingresos, la buena circulación de la gente fueron los puntos claves. Tanto el público como el DJ se llevaron como recuerdo un encuentro mágico e imborrable.

A poco más de un mes de la tragedia en el boliche Punta Stage de Arroyo Seco, que tuvo como fatídico final la muerte de dos jóvenes, fue obligación recapacitar en el porqué de tan triste desenlace. La respuesta fue muy sencilla: esa noche se hizo todo mal. Todo. Una desidia pasmosa. Una impericia inaudita. De los organizadores y los dirigentes políticos a cargo. El único “mérito” que se le podría atribuir es el de haber sentado las bases de lo que no se debe hacer. Algo así como el manual de “¡Así no!”.

El sábado la ciudad entera se comprometió. Y ganó. Dio el ejemplo. Se puede. Con seriedad y responsabilidad. Corazón y mente trabajando juntos. #Rosario Baila Segura fue el hashtag que circuló por las redes sociales durante toda la previa. Así como la productora Live Art nos hizo pasar un infierno el 1 de enero en Arroyo Seco, esta vez la productora Lado B dio una muestra cabal de profesionalismo: una excelente planificación y ejecución. La noche estuvo plagada de mensajes positivos: “Cuidate”, “Respetate”, “Estamos para ayudarte”. Fueron muestras de contención y seguridad reconfortantes a las que nadie pudo haber hecho oídos sordos. Imposible no verlas. No sentirlas. Después, como siempre, está la decisión de cada uno.

Aún hay mucho por hacer. Porque se puede más. Siempre. Más que entregar algunos folletos pidiendo mesura o poner videos breves llamando a la reflexión que se pudieron ver durante toda la noche por varias pantallas instaladas alrededor del predio. Pero fue un primer paso. Firme. Sólido. Seguro. Fue primer paso hacia un futuro mejor.

Fue una fiesta nomás. Inolvidable. Realmente memorable. Todo salió perfecto. De principio a fin. Rosario demostró que se puede. Vivió una noche maravillosa y sin tener que lamentar absolutamente nada.

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