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Debía estar detenido, pero salió y asesinó a un anciano

Fue en abril de 2009, durante un robo en una casa de zona norte. Fue condenado a 16 años de cárcel.

Un hombre de 32 años fue condenado a 14 años de prisión por el delito de homicidio en ocasión de robo. La víctima del hecho fue Isaías Gabriel Retamar, un anciano asesinado en abril de 2009, cuando un grupo de personas ingresó a su casa de la zona norte con intensiones de robo. El cuerpo fue encontrado dentro de la vivienda, atado de pies y manos y con un trapo en la boca. Las pericias determinaron que había muerto asfixiado. Según fuentes judiciales, el condenado reconoció el hecho y fue a juicio abreviado, figura prevista por el nuevo Código Procesal Penal. El juez Julio César García, que homologó la sentencia, lo consideró reincidente ya que al momento del crimen debía estar tras las rejas, pero había salido con permiso y no regresó, por lo que unificó la condena con una anterior, elevando la pena a 16 años tras las rejas.

Voceros judiciales detallaron que el condenado es Edgardo Emilio Oviedo, de 32 años, quien se encuentra detenido desde la tarde del 3 de abril de 2009, acusado del delito de homicidio en ocasión de robo.

Según reza el fallo que fue homologado por el Juzgado de Sentencia de la 6ª Nominación, a cargo del magistrado Julio César García, el hecho por el que Oviedo fue penado a 14 años de prisión ocurrió horas antes de que fuera apresado, durante la madrugada de ese mismo día.

Según se desprende de la causa, ese día, cerca de la 1.40, una mujer conocida como la Negra –quien también está detenida, pero a la espera de un juicio oral– tocó el timbre de una vivienda ubicada en Casiano Casas 1645, y llamó al dueño de casa: Isaías Gabriel Retamar, quien en el barrio era conocido como Elías, de 81 años.

El anciano abrió la puerta, y la Negra le pidió permiso para que una adolescente que la acompañaba pasara al baño. El hombre accedió, y ese fue el preámbulo de su muerte.

De acuerdo con la investigación, enseguida se acercaron a la vivienda tres muchachos: Oviedo –conocido como el Colorado–, un tan Pipino –también detenido a la espera de un juicio oral–, y un tercero apodado Narigón.

El trío, junto con la Negra, ingresaron por la fuerza a la vivienda, tumbaron al anciano e indicaron a la adolescente que salía del baño que buscara en un placard de la habitación el dinero que, supuestamente, Retamar tenía guardado.

Según la declaración que la chica de 16 años brindó ante la Justicia, ella se dirigió al lugar indicado, pero se encontró con una puertita interior del ropero que estaba cerrada con llave. Y, cuando se acercó al comedor, vio que sus cómplices habían atado a Retamar de pies y manos y lo había amordazado con una toalla.

De acuerdo con su versión, la Negra le indicó que se hiciera cargo del hombre mayor, mientras ella destrababa la puerta que protegía el botín. Allí encontró “euros viejos”, dijo la adolescente, quien según sus dichos en seguida se retiró del lugar.

Mientras esto ocurría dentro de la casa de Retamar, vecinos de la cuadra dieron aviso a la Policía, porque habían escuchado gritar al anciano y vieron que había gente dentro de la casa.

Cuando los uniformados llegaron, vieron que un grupo de personas salía del lugar a la carrera. La Negra y Pipino fueron detenidos cuando intentaban subirse a un Fiat Regatta color gris que estaba estacionado en la esquina, con varios objetos robados al anciano; mientras que los demás se dieron a la fuga.

Cuando los pesquisas entraron a la vivienda de Retamar, lo encontraron sin vida. De acuerdo con las pericias realizadas luego sobre el cadáver, la causa de la muerte fue la asfixia mecánica provocada con la toalla con la que había sido amordazado.

Oviedo, quien fue detenido horas más tarde, debía estar purgando una condena en la cárcel de Piñero, pero no había regresado a prisión después de una salida transitoria.

El juez García entendió que, si bien el hecho fue admitido por el acusado, ese no fue el único elemento en el que se basa la sentencia, puesto que los testimonios de varias personas lo ubican en el lugar del hecho.

De este modo, el magistrado condenó a Oviedo –durante un juicio abreviado– a la pena de 14 años de prisión por el delito de homicidio en ocasión de robo. Y, como sobre él pesaba una condena anterior que no había terminado de cumplir ya que había optado por no regresar al penal tras un permiso de salida, el juez resolvió unificar la sentencia en 16 años.

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