Claudio Perusini había sufrido un accidente cerebrovascular en 2017. Enseguida fue internado en el hospital santafesino, Cullen. El cuadro era muy grave y corría peligro su vida. Su familia recibió una estampita de la primera santa argentina y empezaron a rezar. Luego, una tomografía mostró un infarto extenso del tronco encefálico. Los doctores afirmaban con los estudios en la mano que Claudio tenía pocas posibilidades de volver a la vida normal.
Claudio Perusini, un hombre cuya vida fue marcada por un milagro que lo llevó a experimentar la santidad de Mama Antula, y compartió su emocionante historia de recuperación. Su caso fue introducido como una causa de santificación al ser un milagro comprobado.
«Estoy muy emocionado», confesó Claudio, «me enteré varios meses después de que habían introducido mi caso como una causa de santificación. Fueron meses de hospitales, trabajos, muchas terapias. Cuando me enteré que le estaban rezando a Mama Antula para su santificación, pensé que seguramente no lo vería ¡y me tocó verlo!».
A pesar de su recuperación inexplicable para la ciencia, Claudio se muestra humilde: «Les soy sincero, yo no he hecho absolutamente nada, al contrario me dieron una segunda oportunidad».
La fe y la oración desempeñaron un papel crucial en su recuperación. Claudio recuerda cómo su amigo, ahora obispo, Ernesto Giobando, viajó desde Buenos Aires a Santa Fe para rezar por él durante horas más críticas en el hospital. «Cuando yo me desperté, cuando empecé a andar yo soy profesor de Filosofía, lo primero que leí fue la historia de Mama Antula», comparte Claudio. «Ahora leo mejor, estoy lento todavía, pero estoy mejor».
A pesar de los desafíos que enfrentó, Claudio mantiene su fe inquebrantable: «Yo siempre he tenido fe y siempre he sido de rezar, desde chico. Rezo todos los días y he aprendido mucho».
La historia de Claudio Perusini es un testimonio conmovedor de fe, esperanza y el poder de la oración, que ha inspirado a muchos y continúa siendo una fuente de fortaleza y consuelo para aquellos que la escuchan.