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De la soja al fuego: un cuarto de siglo del campo bajo la influencia de las dinámicas astrológicas

Hay ciertos eventos políticos y ambientales que ocurren al mismo tiempo que las últimas uniones de Júpiter y Plutón en el cielo. Cada vez que estos planetas conjuntaron, un evento importante en el territorio agrario ocurría. El primer punto es 1995: al año siguiente ingresaba la soja transgénica


Alma del Universo

Especial para El Ciudadano

La historia es un ovillo que se narra, ningún fragmento está diferenciado del otro porque todo es un continuo de eventos. La historia de la destrucción de los humedales no escapa a este principio temporal y podríamos marcar un inicio tan lejano como 500 años atrás con la conquista del Abya Yala. En ese momento, astrológicamente, Plutón y Saturno se unían en Capricornio de la misma manera en que lo hicieron en enero de este año. El ovillo a veces se reencuentra con su centro.

Sin embargo, más cerca podríamos decir que hay tres instancias bien marcadas en el proceso contemporáneo de destrucción del medio ambiente en Argentina y, en particular, de los humedales. Para poder entender cómo están hiladas entre podemos tomar ese espejamiento celeste: hay ciertos eventos políticos y ambientales que ocurren al mismo tiempo que las últimas uniones de Júpiter y Plutón en el cielo. Cada vez que estos planetas conjuntaron, un evento importante en el territorio agrario ocurría.

El primer punto es 1995. Ese año Júpiter y Plutón se unieron en Escorpio, arquetipo de la transformación, lo radical, lo extremo, la muerte. Al año siguiente Felipe Solá habilitó, con una investigación por lo menos polémica llevada adelante por la misma empresa interesada en el negocio (Monsanto), la entrada de la soja transgénica y del glifosato en la Argentina. Fue el inicio de la sojización con las consecuencias que hoy conocemos: tierras arrasadas, ausencia de variedad de cultivos y altísimas tasas de cáncer y muerte (Informe sobre Cáncer en la provincia de Córdoba 2004-2009) entre muchos otros resultados.

El segundo punto es en 2007, cuando Júpiter y Plutón se unieron en Sagitario, arquetipo de las ideas, de los fanatismos, de lo exagerado. Al siguiente año estalló el conflicto con el campo en medio de un nuevo proceso de sojización: con ganancias extraordinarias el campo se negó a pagar retenciones para que ese dinero quedara en el país. Por otro lado en 2008 se daba, como ahora, uno de los peores incendios en el Delta del Paraná, tan grave que dio origen al proyecto que el entonces presidente Maurico Macri se encargía de desarmar en 2018: el Plan Integral Estratégico para la Conservación y el Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (Piecas-DP), el mismo que ahora se intenta reflotar en el marco de la ley de Humedales. Como un dato quizás no tan anecdótico, al año siguiente la Gripe A dio la vuelta al mundo como una especie de aviso de lo que llegaría más adelante.

El tercer punto es este año con las sucesivas uniones de Júpiter y Saturno en Capricornio, signo de la dificultad, del statu quo, del poder y del sistema. Como hace 12 años Felipe Solá completa la rueda habilitando que diferentes capitales (algunos argentinos y otros no) cierren un acuerdo que habilitaría a China a criar y exportar millones de cabezas de cerdo originadas en territorio argentino. Escribo millones porque nadie tiene un número cierto, no porque no nos interese sino porque los documentos no son públicos. Este acuerdo implica mayor producción de soja para alimento animal con la consecuente deforestación, envenenamiento y empobrecimiento del suelo, el uso de un millón y medio de litros de agua por día (en un contexto donde la crisis climática ya no asegura el agua potable a futuro) y la mayor producción de medicamentos para mantener a estos estos animales. A su vez, implica un aumento extraordinario en la posibilidad de gestar una nueva pandemia y de contaminar los afluentes de agua. De hecho, esta es la razón por la que China elige trasladar la producción porcina a otro país, luego de que en 2018 estallara una epidemia de gripe porcina africana entre los animales con altísimo potencial de traspaso a los seres humanos. No es necesario ver fotos para imaginar lo que significó el sacrificio de 150 millones de cerdos.

Júpiter expande lo que Plutón destruye, o podríamos decir que agranda lo que Plutón mata; si Júpiter trae nuevos paradigmas, Plutón los radicaliza. La pregunta es en qué nueva visión vamos a colocar el poder colectivo, si uno que defiende la soberanía alimentaria o uno que representa la posibilidad de que la vida humana sea inviable.

Las predicciones están en la historia. Para saber qué hay en el futuro simplemente tenemos que mirar hacia atrás.

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