Vande Guru
“Isolda abrió los ojos, miró por su ventana y la nube ya estaba allí”. Así comienza la historia de Un hechizo pluripotente, el libro-objeto que ambas Virginias, Luco y Giacosa, crearon a modo de amuleto mágico para combatir la nube negra que a menudo se posa sobre nuestra ciudad.
Y así comienza también el día del viernes, porque una nube nocturna avanza por Oroño tiñendo de sombras la luz del día. Nada nuevo: es un viernes como tantos otros en Rosario, el humo del fuego de las islas ya es parte del paisaje de esta ciudad que amanece “abrazada por el río” y por el olor a quemado. Un viernes común si no fuera porque hay una excepción: lxs niñxs de la ciudad recibieron una invitación: una cita para un ritual pautado a las 17.30 en la Biblioteca Argentina.
El aquelarre comienza con la presentación de Caro Musa editora a cargo de Libros Silvestres, el sello editorial de libros infantiles “desafiantes, salvajes y desprejuiciados” que desde hace varios años ya “conecta a lectores curiosos y exigentes de todas las edades con textos literarios de la actualidad”. Caro comenta el proceso de creación: de la idea original a la versión final del libro. Transmutaciones, reconversiones, recreaciones. El inicio de un proyecto que concluye en un libro ilustrado a todo color por los trazos de Flopa, la artista que además les dio forma a las imágenes de las seis cartas del tarot reversionadas que acompañan la publicación.
Abracadabra
“Luna abrió la puerta antes de que Isolda llegara a golpear y la hizo entrar de un empujón. La sombra que cubría la ciudad había empezado a despedir un fuerte olor. (…) – Algo hay que hacer – dijo Luna”
Las protagonistas de la historia buscarán en los libros de sus abuelas, brujas reconocidas y declaradas, la fórmula para crear un hechizo capaz de combatir la nube negra que inunda la ciudad. Entenderán que para encontrar la receta necesitarán conversar con las mujeres sobresalientes que vivieron en Rosario. Para ello se servirán de unas antiguas cartas que les dará la pista para acceder a los puntos emblemáticos de la ciudad por los que pasaron poeta y artista Emilia Bertolé, la militante sindicalista y anarquista Virginia Bolten, la periodista Nora Lagos, la tenista Mari Terán y la escritora Rosa Wernicke, y encontrar allí el ingrediente especial para realizar el hechizo.
En el cuento, la fórmula funciona. Pero, entre nosotrxs, ¿qué ritual crea un libro?, pregunta Pilar Sequeira. Este libro en particular, nace de la combinación de varios ingredientes, comenta Virginia Luco: intereses, historias, gustos en común, saberes compartidos. Un poco de caos, agrega Virginia Giacosa. Ante todo, curiosidad. La necesidad de conocer más acerca de la historia de las mujeres que habitaron la ciudad y que hoy no aparecen ni en los nombres de las calles, ni en las escuelas ni en los museos. Y una propuesta: la de recorrer los lugares por los que transitaron estas mujeres para visibilizar sus hazañas.
La única manera de hacer visible lo invisible es nombrarlo, decir que existe y mostrarlo en todos sus matices. Es por eso que, tal como Isolda y Luna, Giacosa y Luco se proponen contar una historia para todas las edades que sirva a modo de conjuro, un hechizo que combata no solo el humo negro de las islas, sino la nube negra de las concepciones arcaicas que regulan los modos violentos de relacionarnos en esta sociedad. Un conjuro que además sirva para preguntarnos cómo construimos ciudad y sociedad.
El ritual
Antes de cualquier comienzo brujeril, es necesario limpiar el ambiente. Ana Inés Laurenti rocía con esencias purificadoras al público presente. Lxs niñxs están en ronda sobre un manto rojo cubierto de objetos: el caldero, las flores, los polvos encantados, los cuencos, las cartas, las piedras. Con frases mágicas que invocan los cinco elementos, todxs lxs niñxs van poniendo sus ingredientes en el caldero para armar el hechizo pluripotente que nos proteja de las nubes negras. Comandados por Pilar Sequeira, al final se toman de la mano y piensan en secreto un deseo muy grande para esta tierra. Lxs adultxs que observan, cierran por un segundo los ojos, se transforman en niñxs y también desean.
El hechizo hizo su efecto. Giacosa y Luco cubrieron a todxs sus lectores con la nube violeta. El aquelarre finaliza con promesas de más encuentros, pero también de nuevos libros de “hechizos pluripotentes” que traigan a la luz a las muchas otras mujeres de nuestra ciudad que hicieron historia.
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