El Hincha

Que no sea tabú

De eso sí se habla: la selección de Estados Unidos y un programa innovador

El combinado que conquistó el Mundial de Francia implementó un método sin precedentes para minimizar el impacto adverso en el rendimiento del ciclo menstrual de las jugadoras


ARTE EL CIUDADANO

El seleccionado femenino de Estados Unidos es una potencia mundial y con el título obtenido el pasado 7 de julio en el Mundial de Francia no hizo más que afianzarse como referente. El equipo que conquistó cuatro títulos mundiales y el mismo número en medallas en los Juegos Olímpicos no para de demostrar que la clave está en la inversión.

No sólo en salarios o estructuras formativas, sino en procesos de investigación que sirvan para mejorar el rendimiento de las jugadoras. Y ahora se conoció un último programa por demás de innovador.

En Francia, el plantel estadounidense implementó un método sin precedentes para minimizar el impacto adverso en el rendimiento del ciclo menstrual.

“Andrés, el que viene una vez al mes”, “el asunto”, “en esos días”. Son muchas las formas de nombrar a la menstruación sin llamarla por su nombre. Durante mucho tiempo el ciclo menstrual fue un tema “tabú”. Y hoy lo sigue siendo.

El domingo 7 de julio en el estadio Olympique de Lyon, Estados Unidos superó 2-0 a Holanda en la gran final de la Copa del Mundo. El gol que sentenció la victoria en la Copa del Mundo lo anotó Rose Lavelle, quien al día siguiente comenzó con su período. Las entrenadoras de Lavelle ya lo sabían por el programa implementado. No era un detalle menor.

“Un problema emergente en el deporte femenino es el ciclo menstrual y su impacto en el rendimiento, la salud de las jugadoras y el riesgo de lesiones”, afirmó Dawn Scott, entrenadora física de la Liga Estadounidense, en el periódico británico The Telegraph.

“He sabido acerca de estos efectos y lo investigué durante mucho tiempo. Pero trabajando con 23 jugadoras siempre me había costado saber cómo monitorearlo con precisión y cómo individualizar las estrategias para cada una”, explicó Scott, quien se unió a US Soccer en 2010 después de casi una década de trabajo con la Federación Inglesa.

Cuando llegó esperaba encontrarse con un sofisticado programa de ciencia del deporte dada la posición de los Estados Unidos en la vanguardia del fútbol femenino, teniendo en cuenta que ya habían ganado dos Copas Mundiales. Pero en su lugar encontró un lienzo en blanco. “De alguna manera tuve suerte porque había muy poco en el lugar. Estaba empezando desde cero”, reveló Scott.

El programa contaba con algunos puntos básicos: seguimiento de la frecuencia cardíaca, énfasis en la recuperación y nuevos programas de nutrición e hidratación. Pero después de monitorear los períodos de las jugadoras desde 2016, el año pasado Scott decidió que se necesitaba un enfoque más avanzado. Buscó fondos adicionales y contrató a la doctora Georgie Bruinvels de la consultora líder de deportes Orreco, quien acababa de lanzar una iniciativa dirigida a optimizar el rendimiento entre las atletas. “Históricamente, las jugadoras no hablaron sobre sus períodos con entrenadores y personal de apoyo”, destacó Bruinvels.

Así que el dúo hizo que el equipo nacional estadounidense realizara una encuesta detallada sobre su ciclo y los síntomas asociados, y comenzó a monitorear a las jugadoras con la ayuda de una aplicación: “FitrWoman”. Allí cruzaron los datos de las diferentes jugadoras: edad, última menstruación y la duración del período.

“Luego tuvimos el ciclo y la duración promedio para cada una”, explicó Scott y amplió: “Podíamos comprobar cuándo cada jugadora tuvo síntomas en diferentes fases del ciclo”.

La investigación demostró el impacto adverso en el rendimiento de varias fases del ciclo menstrual. “La fase premenstrual y durante la menstruación son las peores: cuando las hormonas disminuyen y están en su nivel más bajo”, afirmó Bruinvels.

Pero con una comprensión completa del ciclo de cada jugadora y los indicadores médicos relacionados, Bruinvels y Scott pudieron desarrollar estrategias para minimizar el impacto en el rendimiento: ajustar las dietas, los hábitos de sueño, los factores del estilo de vida y las cargas de entrenamiento para cada una.

“No hay evidencia de que alguien no pueda rendir al máximo en cualquier momento de su ciclo, si es proactivo en tomar medidas”, coincidieron.

Los equipos de alto rendimiento son notoriamente callados sobre sus innovaciones en ciencias del deporte, deseosos de mantener la ventaja sobre los competidores. Pero el equipo de los Estados Unidos optó por la transparencia en torno a esta iniciativa, con la esperanza de que aliente a más equipos a que tomen en serio el tema y tengan un impacto más amplio más allá de los límites del deporte profesional.

“Queremos acabar con el tabú”, destacó Scott. Pero, dijo, no sólo “a nivel de élite”, sino también, “para chicas adolescentes. Deben sentirse cómodas al hablar de esto con sus entrenadores”.

Bruinvels admite que la conciencia y una mejor educación son motivaciones clave para su trabajo. “A menudo tenemos miedo de discutir esto porque realmente no lo entendemos”, argumentó.

Scott y sus colegas han impartido sesiones educativas sobre cómo minimizar el impacto en el rendimiento del ciclo menstrual para cada uno de los nueve equipos de la Liga Nacional de Fútbol Femenino de Estados Unidos, mientras que Bruinvels ha consultado con clientes en el Reino Unido y Nueva Zelanda.

Para un equipo nacional dominante como Estados Unidos, existe un riesgo de escepticismo sobre la necesidad de nuevas innovaciones. Pero, dice Scott, las 23 jugadoras abrazaron con entusiasmo el programa. Incluso se convirtió en una broma interna.

Scott insiste con Lavelle, quien jugó excepcionalmente en la final del Mundial a pesar de estar en una etapa premenstrual. “Rose demostró que, aunque el ciclo menstrual podría afectar el rendimiento, puede limitar esos efectos a través de la dieta, la nutrición, la recuperación y el sueño”, explicó Scott y continuó aportando datos: “Las medallas de la Copa del Mundo han sido ganadas por jugadores en fases disruptivas de su ciclo menstrual”.

“¿Fue la receta definitiva para el éxito? Quién sabe”, afirmó Scott. “Fue una de las cien cosas útiles que hicimos, sí, y para mí, tuvo un gran impacto”.

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