Espectáculos

De estreno

“De barcos y derivas”, de Julián Venegas, una autopista de agua marrón

El músico mostrará su quinto disco, una apuesta por visibilizar a esos gigantes de los ríos y los mares que cada día pasan presurosos frente a las costas de la ciudad. Lo presentará este viernes en la Plataforma Lavardén con un concierto repleto de grandes invitados


La Rosario del Paraná es mucho más que sus costas de sedimentos, arena y camalotes. Es más que la vida del pescador que cada día sale a surcar las aguas en busca de su presa; también más que sus islas, que el Delta, la fauna y su monte. Porque es también la ruta líquida, esa enorme autopista de agua marrón que cruza de norte a sur todo el territorio y sigue más allá. En De barcos y derivas, el músico Julián Venegas apuesta a visibilizar a esos gigantes de los ríos y los mares que cada día pasan presurosos frente a las costas de la ciudad.

Definir ese concepto le demandó más de un año de investigaciones junto al gran guitarrista Marcelo Stenta. Junto a él salió a contar una historia repleta de paisajes y aromas. Y lo hizo con canciones propias y otras “prestadas” de colegas rosarinos. “Nos juntamos a escribir la música y a elegir los temas, ver qué espíritu le podíamos dar y decidir la orquestación. Fue un mano a mano en mi casa, en la suya y en la isla”, contó Venegas en un diálogo con El Ciudadano con motivo del estreno de este viernes por la noche de esas canciones que serán interpretadas por primera vez en un teatro.

La isla, por supuesto, está presente. También el agua y el Sol. Hay palabras, conceptos, que resuenan, que tienen hondo vínculo con el río, con la naturaleza. La bienvenida la da “Colgados de la luz”, canción de su autoría donde expresa una frase fundamental que resuena hasta el final: “Qué susto que da la gente despierta”. Ella conectará, más tarde, con “Despierta”, un tema de Martín Neri donde, desde la primera estrofa, se expresa ese pulso, casi como un llamado de atención. “Despierta, cobijo de mí soledad, orilla de todo mi llanto, tanta inmensidad”.

“Sigo teniendo ganas de pensar al disco como concepto más allá de que, como formato físico, sé que tiene fecha de vencimiento”, comentó el músico para quien el acto de reunir canciones con un eje conceptual, “a veces es clara y otras no tanto”, según dijo. Y ahondó: “A veces uno no sabe por qué hermanó ciertas canciones, al menos no es tan consciente porque intuye que hay un hilo conductor. Pasó eso en la elección del repertorio. Apareció lo intuitivo”.

De barcos y derivas es un disco honesto para el habitante de esta región en el sentido que lo que aparece existe y se puede ver y sentir, se ve reflejado. El material evita las figuras retóricas edulcoradas, los paisajes trillados y fotos exportadas de guías turísticas foráneas. Es lo que es: la canción, la musicalización, está al servicio de la historia. Por tanto, algunas son simples y despojadas, y otras cargadas de colores y complejidad sonora, donde, desde lo musical, convive todo.

En el tema que da nombre al disco se oye la sirena de un barco que anuncia su llegada al puerto, la nave se aproxima tras meses de navegación. “La señal del que mira y lo ve pasar como un héroe de la ciudad, saca el pecho que rompe el mar y se acerca a la orilla, un gigante que mira el sol, porque va río arriba amor, a ganarse la vida. Se abre paso en el gran caudal…”, entona la inconfundible voz de Jorge Fandermole acompañada por la percusión de Carlo Seminara que suma su impronta rítmica.

Venegas, en este tema, abunda en capas expresivas con detalles y participaciones variadas. Para profundizar en esos matices, de los que está plagado el disco, incluso, convoca a Quique Pesoa a quien le asigna el rol de sumar un silbido mientras Fernando Silva marca el ritmo con su contrabajo. “Los invitados se pensaron siempre al servicio de la canción, no se invitó a nadie que no pudiera sumar a lo que yo necesitaba decir”, refirió el músico. Y al hablar sobre esa canción insignia al disco, dijo: “Jorge (Fandermole) es ineludible si quiero cantarle al Paraná. Su participación me ayuda a reforzar una identidad. Si hay una intensión y rítmica portuaria del Atlántico no puedo dejar de llamarlo a Carlo (Seminara), él es una persona que investigó y tiene los por qué de cada ritmo”.

Corrido de las historias habituales, en De barcos y derivas, material que fue elegido mejor disco de 2018 por el certamen Rosario Edita, Venegas apuesta a una poesía dedicada al gigante de los ríos y los mares. “Me pareció que era una temática poco abordada cantarle a los barcos de altamar. A pesar de su tremendo tamaño no parece tan romántico cantarles. Quise romper un poco con eso”, expresó.
Los paisajes del disco se multiplican, fluyen y bifurcan como el mismo Paraná, como el agua que baña sus costas en “la brisa al despertar” o en “el agua por la tarde cuando el sol no está”, como se escucha en “Despierta”, el segundo tema.

Hacia el final del disco, y luego de entregar un himno a la pasión que despierta el fútbol en la ciudad compuesto con la colaboración de Florencia Croci y Ramón Merlo titulado “El Clásico”, Venegas le pone pausa a la impronta litoraleña que nutre la introducción y el desarrollo de su historia para expresar su pulso más rockero con “La puerta de al lado”. Es una canción más extensa que las demás donde la potencia se combina con un mensaje contundente.

“Me interesa la canción como vehículo de expresión porque es una vertiente de la música que no se casa con ningún ritmo. La canción es panorámica, no está definida por el ritmo sino por el maridaje entre poesía y música. En Rosario, como en cualquier ciudad importante y con inmigración, se da ese mensaje ecléctico. Yo también hijo de la educación de los 90, de una época muy permeable a músicas foráneas, arranqué tocando la guitarra con canciones de afuera y ahí había rock, además del que se escuchaba acá. En el disco está el rock; el rock es una actitud”.

 

Presentación

La presentación del disco de este viernes contará con una catarata de músicos invitados además de los propios músicos de la banda que tendrá a Santiago Arroyo en batería y percusión, Tutu Rufus en bajo, Marcelo Stenta en guitarras y Ariadna De Naxos en coros. Y entre los invitados serán de la partida Carlo Seminara en percusión, Fernando Silva en contrabajo, Leandro Moyano en guitarras, Juan Barreto en voz y Mariano Ruggeri en teclados. Además, el Dúo Barro de Santa Fe será la banda encargada de abrir la velada donde, como anticipó Venegas, más allá de las canciones de su flamante material, se sumarán músicas que quedaron afuera del disco.

 

Para agendar

Julián Venegas presentará De barcos y derivas, su quinto disco de estudio, este viernes a las 21.30, en el Teatro de Plataforma Lavardén, de Sarmiento y Mendoza, donde se pueden adquirir las entradas generales a 200 pesos (sin numerar), o bien a través del sistema ticketway.com.ar

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